viernes, 17 de julio de 2020

CARMEN VALERO ULTIMA SUS MEMORIAS BAJO EL TÍTULO “LA MEMORIA REPOSADA”


Ha sido Directora de Recursos Humanos en Fujitsu y la Agencia Efe. Consultora de la Ley de Extranjería y Delegada en la República Dominicana


Carmen Valero imparte una conferencia en la Fundación Esther Koplowitz (2018)

Carmen Valero Espinosa, abogada (2024)




L.M.A.

            16.07.2020.- En plena celebración de su santo, el Día del Carmen, la abogada, periodista y crítica de Arte Carmen Valero ha declarado que está ultimando sus memorias bajo el título La memoria reposada. Un libro que comenzó hace ya más de siete años y que va dando forma poco a poco a hasta encarar ya su final. “Espero que no sea el parto de los montes”, dice con humor.
            Entre los apartados más importantes de las memorias está su estancia en la República Dominicana como delegada de Cáritas por parte de España a partir de 1998, tras los grandes huracanes Georges y Mitch, que asolaron la isla caribeña. Su tarea fue la de levantar, con el presupuesto asignado, dispensarios, escuelas, servicios de higiene, espacios polivalentes para el culto, la vida y la educación de los ciudadanos, así como muchas tareas más, entre ellas las de salvar vidas de haitianos condenados a muerte, pasándolos en su coche, una pick up de Haiti a Dominicana, jugándose la vida. “A los de Caritas nos respetaban en la frontera”.
La estancia de Carmen Valero Espinosa (Madrid, 1944) en la R. Dominicana permanece viva en su recuerdo, porque allí “la vida es impensable e intensa”, donde ha dejado multitud de amigos con los que sigue manteniendo contacto. “Lo mejor de la isla es su gente, siempre positiva, feliz y amable, siempre sonrientes, pese a la escasez de tantas cosas y la dureza de ciertas situaciones. He vuelto allí varias veces”.
“Yo tenía contacto con el obispo de la diócesis en Santo Domingo y con las Hermanas Carmelitas Vedrunas, que hacen una gran labor de formación y solidaridad, además de construcción de viviendas en los barrios más pobres como los de Guachupita y los de cerca del río Ozama. También trabajé con los jesuitas o dominicos, Padres Jorge Cela, Fernández Olmo, Duvert, Javier Atienza, P. Avelino y Huchy Lora que hacían una gran labor en los barrios pobres de la isla. 
Por otro lado, hicimos una gran labor contra la transmisión del sida de la madre embarazada a los hijos, en colaboración con la Delegación de Cáritas en La Rioja y la Doctora Carmen Rivas Llorente.
“Las vivencias y anécdotas en la R. Dominicana se suceden sin parar, desde un entierro improvisado con la caja del muerto en mi camioneta pick up, al entusiasmo de los dominicanos tras cada objetivo logrado por Caritas”.

Otro de los apartados interesantes de las memorias es el referido a su vida profesional, antes de partir a la República Dominicana, cuando Carmen Valero ejerció el Derecho como directora de los de Departamentos de Recursos Humanos en las empresas Fujitsu y la Agencia de Noticias EFE. Fue la primera mujer en desempeñar estos cargos y fue llamada como asesora empresarial por la Administración del Estado para redactar la nueva Ley de Extranjería en los 80, “pues la situación era grotesca. En Fujitsu yo tenía que contratar a expertos japoneses para que explicaran el funcionamiento de los aparatos y preparasen a los nuevos técnicos en España, y la Ley me obligaba a contratar dos españoles por cada japonés que lo hacía. Era absurdo y de locos”.
Carmen Valero, junto a un equipo, puso también en funcionamiento Alcatel Espacio, en la zona de Tres Cantos. Madrid, al tener que contratar distintos expertos en Física Aerospacial y otras titulaciones superiores para España. “Tuve que viajar al MIT – Massachusetts Institute of Technology, para elegir y llevar a cabo los contratos de expertos con arreglo a las leyes españolas”, explica.
Por otro lado, la autora de La memoria reposada, impartió clases de Derecho Mercantil en el C.E.U. San Pablo, como ayudante del profesor García Villaverde.
En el campo jurídico, a Carmen Valero le cabe el honor de haber ganado en 1982 la primera sentencia en el Tribunal Constitucional en favor de los enfermeros hombres, ya que se les negaba el pago de la nocturnidad, frente a las enfermeras mujeres. “Hay que afinar en el tema de la igualdad de derechos entre hombres y mujeres, por tanto, también en la carga de la prueba, para evitar agravios comparativos que no son justos”.

Por último, Carmen Valero recoge en sus memorias la vida familiar, el recuerdo de sus padres, su infancia y veraneos en Villacastín y Puente Viejo (Segovia y Ávila respectivamente). Carmen se detiene sobre todo en su padre, don Antonio, el abogado, por el que sentía adoración. Fue el que consiguió que ella dejara la Escuela de Fomento de las Artes y se dedicara de lleno a estudiar Derecho en la Complutense y al despacho paterno en la madrileña calle de Santiago. No lo lamenta, porque el Derecho le ha dado trabajo y satisfacciones. “La parte familiar es la que me parece más delicada, pues sé que algunos miembros de mi familia podrían no contemplar las cosas como yo las vi y viví en mi infancia y juventud. Cada percepción es muy subjetiva”, añade la autora.
Las memorias de Carmen Valero, no exentas de humor, podrían estar terminadas para la próxima Navidad.
Más información
https://lamiradaactual.blogspot.com/search?q=Carmen+Valero



Retrato de Carmen Valero, por Mercedes Ballesteros


Carmen Valero Espinosa
           
Carmen Valero en la Casita del Príncipe de abajo. El Escorial 2020
Carmen Valero en Collado- Villalba (2020)

2 comentarios:

Juana Mari Herce dijo...

Saber que tenemos cerca a personas dispuestas a dar con generosidad es un regalo de la vida.
Gracias Carmen por los buenos momentos que me brindas cuando voy a Madrid.
Un fuerte abrazo desde Benalmádena.

Anónimo dijo...

Me complace que mi amiga Carmen Valero esté en trance de dar a conocer "La memoria reposada", un balance de sus diversificadas proyecciones profesionales y humanas.
Carmen es asidua de la tertulia sobre el Mediterráneo (Tertumed). Victor Morales Lezcano