jueves, 8 de octubre de 2020

RECITAL MÚSICA Y POESÍA por CARMEN PALOMERO y ROGELIO SÁNCHEZ. Exposición “Buscando lo sublime” de Adriana Zapisek

Adriana Zapisek desciende tras dar las gracia por el recital


Casa de Vacas, Madrid, 4 de octubre de 2020


L.M.A.


La Música como la Poesía son los lenguajes del alma. 

Un lenguaje hecho de frases que se mecen sobre la dulce cadencia del ritmo, de la armonía, de la melodía. La Poesía y la Música son acordes que se encuentran; que se funden; que dicen el silencio o callan rumorosas.

Todos los poetas se han preguntado, nos hemos preguntado acerca de qué sea la Poesía. Yo intenté encontrar una respuesta con estos versos


La poesía es 
turbulento cauce.
O tranquilo estanque.
Remanso de sueños.
Proceloso valle.
Sinuoso meandro.
Herida carmesí 
en la piel del aire.

Sonrisa esmeralda.
Corona de rimas.
Llanto de los montes .
Rosa sin espinas.
Una mariposa.
O la foto fija
del alma en el hueco
de unas manos tibias.

…Es decir te quiero.
Es pensar un cielo.
Es buscar estrellas
y encontrar respuestas.

Un poema es agua
resbalando dulce
del cuerpo desnudo 
de la luna llena…

…Un poema es tierra
y madre nutricia.
Verde en los trigales.
Ocre en la esperanza.

Un poema es fuego
incendiando el alba.
Labios que se abrasan.

Un poema es aire.
Azul alborada
Burbuja de calma
Vida en cada verso.

Poesía es azul.
Azul es la rima
Azul la guitarra
que llora su arpegio
desde el pozo hondo
Del fondo de su alma.

La Música y la Poesía forman parte de nuestras vidas. Y la vida es, además de todo, amor. No podríamos imaginarnos sin amor. El amor es una presencia o una ausencia en todos cuantos aquí estamos. 

Ya lo decía Juan Ramón Jiménez: “¡SALVADO EL AMOR, LO DEMÁS SON PALABRAS!”

Vendrás un día de luz sonora,
con tus alegrías colgadas al cuello
como un collar de risas y amapolas.

Llegarás; y me traerás un ramillo de promesas
que yo colocaré en el agua fresca
de tus amaneceres a mi lado.

Florecerás cien primaveras en el lecho
fértil, fecundo y cálido del lago
apacible del deseo.

Atraparás las mariposas de mi pecho
y harás con ellas versos escapados.

Querrás ser cien razones de azucenas
abiertas en mis manos.

Y YO ESTARÉ AQUÍ, AQUÍ, AQUÍ.
YO TE ESTARÉ ESPERANDO.

Rogelio Sánchez Molero

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