Julia Sáez-Angulo
17/12/20.- Madrid.- De Picasso nunca se hablará bastante y este libro “Picasso. El arte no es la verdad, I”, patrocinado por el Museo Picasso de Málaga y publicado por la editorial Confluencias, es otro estudio más del gran pintor del siglo XX. Se trata de una edición de Rafael Inglada, con prólogo de Enmanuel Guigon. Un libro de bolsillo de 356 páginas.
“Picasso. El arte no es la verdad” -dividido en dos partes- recoge veinticinco conversaciones/entrevistas localizadas en la prensa entre 1913-1966, aquellas en las cuales son visibles el diálogo entre el entrevistador/amigo y el propio Picasso.
En el libro se recuerda que “Picasso no fue, en absoluto, un “teórico del arte” contemporáneos (Delaunay, Gris, Kandinsky, Matisse). Acaso si en la intimidad -cuando no se veía prisionero de un micrófono o ante la libreta de apuntes de Interviuvador, como solían llamar entonces a los entrevistadores-, cuando surgía una conversación natural y espontánea con amigos cercanos. Los periodistas, y no sin razón, se quejaron siempre de sus parcas respuestas y resultaba del todo evidente su incomodidad cuando le preguntaban por sus asuntos demasiado triviales”.
Juan Ramón Jiménez escribía así: Al alba, Picasso se había quedado en mí, en la cima de mi cabeza, por decirlo así, y en el vértice -¿antípodas?- de mi corazón -hacia el otro cielo- con un prestijio juvenil -actual y futuro-. Con esta aguda cita se abre el libro “Picasso. El arte no es la verdad”.
Por su parte Picasso decía: “Yo no pinto mas que veo. Lo he visto, lo he sentido; puede ser diferente en otras épocas de mi vida, pero no he pintado jamás sino lo que he visto y sentido. El modo de pintar es un pintor es como su escritura para los grafólogos. Es la humanidad entera la que está en su interior. El resto es literatura, el comentario de los comentaristas. Esto no le importa mas que al pintor”.
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