lunes, 19 de abril de 2021

Georgia O´Keeffe, afortunada pintora en vida y en subastas


El cuadro femenino más valorado en pública subasta, de Georgia O´Keeffe


"Nueva York con luna", Pintura de Georgia O´Keeffe


Julia Sáez-Angulo

    19/4/21.- Madrid.- Fue, ha sido una mujer pintora afortunada, no como la mayoría de las mujeres artistas que en el mundo han sido. En vida tuvo la suerte de que, su iconografía de flores sexualizadas llamara la atención -el sexo vende y sobre todo en los años 20-, y el hecho de emparejarse, luego casarse- con el casado fotógrafo Alfred Stieglitz, que además tenía una galería de arte en Nueva York.

    Georgia O´Keeffe (1887-1986), que actualmente se exhibe en el Museo Thyssen Bornemisza hasta el mes de agosto, tenía méritos suficientes para ser estimada como una buena pintora, por su tensión entre figuración y abstracción, pero esto tardó en reconocerse. Los dos factores citados la ayudaron en extremo, siendo como era mujer, cuando lo normal es que acabara dando clases de dibujo y pintura en la enseñanza secundaria, por el biológico argumento de ser fémina.

    Para colmo a su favor su celebre cuadro de “Flor blanca” (el antimonio venenoso y común que prolifera como mala y venenosa hierba que nunca catarán las vacas, por tienen un instinto muy fuerte y las aleja de ella) alcanzó la cifra record pagada en una subasta de Sotheby´s por la pintura de una firma de mujer: 44,4 millones de dólares el pasado año.

    Georgia O ´Keeffe nació con buena estrella y llegó a ser venerada en los Estados Unidos, aunque le ha costado trascender esa fama a Europa y el mercado internacional. Las otras mujeres de los años 60 la tomaron como modelo y referencia de artista mujer de éxito, aunque muchas de ellas no tuvieron su suerte. Quizás Frida Khalo la igualó en popularidad.

    La pintora de Wisconsin que vivió 93 años ha pintado mucho y bien, aunque algunas críticas la hayan tildado de ingenuista. Debilitó la frontera entre la figuración y la abstracción con temas de la Naturaleza: flores, huesos, objetos… Sus nubes onduladas son singulares. Sus graneros llevan a pensar en Hopper. Su pintura emana el perfume del arte norteamericano.

    Hay que superar la cifra de la subasta del antimonio de Georgia, para creer que el arte de la mujer merece un respeto.

    Con la exposición de Georgia O ´Keeffe en los museos Thyssen de Madrid, Pompidou de París y la Fundación Beyeler en Suiza, su lanzamiento en Europa está asegurado.

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