Jorge Luis Borges , escultura en los jardines de la B. N. A.
Julia Sáez-Angulo
02/01/22 .- Buenos Aires.- La Biblioteca Nacional Manuel Moreno de Argentina me recibió con la puerta en las narices. “Es debido a la pandemia”, me dijo el vigilante en medio de una soledad arbórea que rodea el edificio de hormigón, brutalista donde los haya, de cuyos arquitectos autores no quiero acordarme. No he encontrado a nadie de mis amigos argentinos que les guste esa mole proyectada en 1962 e inaugurada por el presidente Carlos Saúl Menen en 1992.
Ni qué decir tiene que es la Biblioteca más importante de Argentina, fundada en 1810 por la primera Junta del país, como institución pública que albergara los tesoros bibliográficos de la nación. La institución fue dirigida, entre otros, por Jorge Luis Borges en 1975-1973, ese escritor, premio Cervantes 1979, que quedó ciego y escribió en el “Poema de los dones”:
Nadie rebaje a lágrima o reproche
Esta declaración de la maestría
De Dios, que con magnífica ironía
Me dio a la vez los libros y la noche.
De esta ciudad de libros hizo dueños
A unos ojos sin luz, que sólo pueden
Leer en las bibliotecas de los sueños
Los insensatos párrafos que cede.
(Escribo cada verso con el inicio en mayúsculas, a la francesa, pues así se publicó el poema en Argentina).
Curiosamente la Biblioteca Nacional argentina tuvo tres directores José Mármol, Paul Groussac y Borges que llegaron a ciegos, como si se tratara de una constante. El edificio tiene también una historia azarosa. Era el palacio Unzúe, residencia presidencial de J. D. Perón y fue demolida en 1955 por el golpismo militar que quiso arrasar toda presencia histórica del régimen anterior. A todos nos suena la damnatio memoriae practicada desde los romanos hasta el momento presente, con la precisión y el complejo de inferioridad, de cada racha de políticos que llegan “sobrados” al poder y se creen eternos.
Para compensar aquel bombardeo, el recinto exterior de la Biblioteca cuenta con una estatua gigante de Evita Perón como gran diosa del lugar junto a la avenida del Libertador, escultura que compite con la de Juan Pablo II que visitó Argentina en 2014, y un busto de J.D. Perón, amen de la estatua sedente del gran Borges (premio Nobel in pectore de muchos de sus lectores). Un poco más lejos, en un anexo de la Biblioteca, en la Plaza del Libertador, una escultura del gigantón Julio Cortázar, realizada por Yamila Cartannilica, que se instaló en 2014.
Como no pude entrar a la B.N.A. me dediqué a contemplar los grandes árboles y estatuas, de lo que es tan pródiga la capital argentina. En el muro un gran panel habla de los distintos departamentos, donde se albergan: novecientas mil piezas, entre libros, periódicos, revistas, mapas, fotografías, negativos, fondos de archivos, ex libris, partituras musicales y una veintena de incunables, entre ellos dos incunables de la “Divina Comedia” de Dante Alighieri… Existe cierta leyenda sobre la desaparición de uno de los incunables de Dante en un momento concreto. La “Divina Comedia” y su autor salen con frecuencia en la capital, no olvidemos el palacio Barolo inspirado en ella. El escritor Roberto Alifano conoce mucho mejor este asunto novelesco del Dante “afanado”.
Borges donó ochocientos volúmenes de su biblioteca a la Nacional y, por tanto están a buen recaudo.
Recordemos a Cicerón para quien el sumun del placer estaba en una casa con biblioteca y jardín.
No sólo está cerrada al público la Biblioteca Nacional Argentina (que indirectamente invita al computador y a la lectura digital), sino también el Teatro Colón (desde hace dos años) y el Teatro Cervantes, con lo cual la pandemia deja mancada las visitas culturales en Buenos Aires. Solo los cafés y restaurantes acogen sin límite.
Afortunadamente, el cercano Museo de Arte Decorativo permanece abierto y pude contemplar una interesante colección artística. Está situado en el palacio Errázuriz Ortúzar y su esposa Josefina de Alvear que concibieron cada uno de los salones como un periodo histórico para ornamentarlo con arreglo a su época. Al igual que Sol Durini y su esposo Miguel Nougués conciben sus casas como museos para albergar sus colecciones.
En la colección Errázuriz Alvear, hecha museo en 1937, se pueden ver ambientes y piezas del Renacimiento, del Neoclásico, y de los siglos XVIII, XIX y XX. Varios nombres españoles: un salón del catalán José María Sert nos lleva al art decó; Joaquín Sorolla retrata a las damas en gran formato, al igual que Hermenegildo Anglada Camarasa; Álvarez de Sotomayor en tamaño mediano… Una singular estancia rusa. Muy curioso un relieve de Ossip Zadkine en madera. El subsuelo se reserva para el diseño argentino contemporáneo.
Esto de los cierres de instituciones culturales, unas sí y otras no, no se entiende muy bien, pues todos dependen más o menos del mismo departamento o idéntico poder. “Hay cierta comodidad funcionarial para cerrar estos lugares -incluidos los escaños de los diputados- y trabajar a distancia, mientras las cajeras de supermercados están a pie de trabajo cada día”, se lamentaba Ricardo, cuando visitábamos algunos museos del barrio de san Isidro y nos encontrábamos con los salones cerrados. La pandemia da lugar a estas cosas con razón o sin ella. Ni siquiera Internet nos puede ayudar en estas circunstancias, más bien confunde sobre aperturas y horarios.
Escultura de Juan Pablo II, que viajó a Argentina en 2014, junto a la B.N.A.Estatua de Evita Perón, junto a B.N.A. sobre el pedestal con la inscripción: "A María Eva Duarte de Perón, legado de luz, arte y bandera"
"Los atributos de la música"Relieve de Zadkine (Museo de Arte Decorativo, Buenos Aires
4 comentarios:
El Edificio brutalista ese,es feísimo,no dan ganas de entrar a la Biblioteca,el arquitecto que lo diseñó se ha cubierto de gloria.
En fin... Para gustos colores.
Feliz año nuevo a todos.
Julia, Feliz Año, leído y sorprendido con ese cierre total. ¿No es extraño pasar unas Navidades en verano? Gracias. Tomás Paredes
Lamento que no puedas conocer el Teatro Colón y otros sitios de sumo interés
Elsa L. di Santo
Amigos:
Aconsejo una visita al “Museo Nacional de Artes Decorativas”. Calle de Montalbán, nº 12, 28014 Madrid. Entrada gratuita hasta el 9 de enero 2022.
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