Julia Sáez-Angulo
Fotos: Laila Gruarin
01/01/22.- Buenos Aires.- “¿Quién me librará de este cuerpo de muerte?” ( Romanos 7:24-8:!) , se quejaba Pablo de Tarso, ciudadano romano, judío de la tribu de Benjamín y de la escuela de Gamaliel, apóstol de los gentiles. Yo también me quejo de este cuerpo que me presenta episodios de una alergia ideopática, en los tiempos y momentos más inoportunos. Cuando estoy en Madrid, me refugio y escondo como el pájaro espino, hasta que pasen los síntomas, pero en un viaje de un mes en Argentina, ¿cómo voy a desaprovechar los días, por más que vengan con calores extremos hasta el punto de provocar algunos cortes de luz? Yo estornudo hasta seis veces seguidas y la gente, a veces, me mira circunspecta.
Hay exceso de sobrecarga eléctrica, dicen los responsables ante los apagones. Lo importante es que duren poco tiempo. Una no sabe si es mejor, que le pillen en casa o en la calle, por aquello del aire acondicionado tan necesario.
En los parques se alegra la vista, al ver a los niños que celebran sus santos o cumpleaños, estando al aire libre en estos tiempos de epidemia que es como una plaga que no se acaba de erradicar. En Argentina se han vacunado casi todos con la vacuna rusa Sputnik, que a juzgar por los resultados parece eficiente, aunque los Estados Unidos no la reconocen como válida y no permiten entrar a los viajeros argentinos o de otro lugar con esta vacuna. Los hisopados para saber el estado de la cuestión están a la orden del día.
Claro que no hace falta pensar en Estados Unidos para suspender viajes, como hemos hecho nosotros a Uruguay, donde estábamos invitados a Colonia del Sacramento, conocida coloquialmente como Colonia, una de las localidades coloniales más bellas y pintorescas del país. Está justo enfrente de Buenos Aires, al otro lado del estuario del río de la Plata. La pintora y el empresario, ahora yo también, la vemos desde el piso 21 en una torre de la cercanía al río, durante algunos días despejados. Pensábamos ir en barco.
Verónica Musselli, experta en cooperación internacional, nos había invitado gentilmente a su finca, pero la idea de dos PCR en poco tiempo y mi latosa alergia idiopática me desalentó. Verónica, que nos esperaba ilusionada, nos respondió:
”Ya sabéis tú y tus amigos que, en Colonia tenéis donde recalar en cualquier momento. Con mi familia pasaremos navidades en la finca familiar en el campo que data del S.XIX. Me habría encantado enseñárnosla, pero no faltará oportunidad. En marzo, estaré de nuevo por Madrid. ¡Ojalá podamos vernos!” No estaba de Dios, como dicen los andaluces, pero ya se andará. A Verónica la veremos en Madrid. No sé por qué, los americanos suelen viajar más a Europa que viceversa.
Son tiempos difíciles, a veces duros para hacer planes, pero maravillosos, por cuanto son vida.
CASA MUSEO DE CAPOTS
INTERVENIDOS EN NORDELTA
El Año Nuevo 2022 volvió a transcurrir en Nodelta, en el barrio del Golf, con buenos amigos y buenos deseos ante la providencia divina. La pintora Laila Gruarin toma fotografías del lugar a cual más bella. Las del atardecer le fascinan, nos fascinan. Sabe que la Naturaleza imita al arte y ella, como buena artista, secuestra sus momentos con la cámara digital, porque el arte de la Naturaleza es efímero y cambiante. También hace fotos de luna llena.
El escritor Raúl Lavalle lamenta que la lengua española no tenga la palabra “luar” como el portugués o el gallego, concepto que comprende “luz de luna" o "brillar de la luna”. No le basta con la palabra “rielar”, aunque su significado parece ligeramente distinto. Los que escribimos sabemos que no hay sinónimo perfecto, porque cada palabra tiene su carga semántica, por la etimología, la historia y el uso. Es la precisión y el amor a las palabras de los que no se contentan con doscientos vocablos para hablar, como los pintores, que no se conforman con los cuatro colores puros.
En Nordelta viven magnates, futbolistas famosos, corredores de automóviles célebres, actores, actrices… Un paseo viendo los distintos tipos de casas es una reflexión sobre la arquitectura. Las casas racionalistas del movimiento moderno dominan el panorama, los cubos blancos se alternan de una y mil maneras para ocupar a su modo el espacio. Todas aspiran a mirar a los brazos del río Luján o Paraná y los canales por los que se pasean cisnes negros de cuello corto, patos, castores, cuis, carpinchos y vuelan caranchos… Los perros, visibles vigilantes de las casas los miran y, a veces, los ahuyentan con sus ladridos.
Llama la atención en Nordelta la Casa Museo Colección Gómez, inaugurada en 2018, rodeada de grandes esculturas al aire libre, entre ellas un gran Don Quijote. En su mayoría son esculturas pop: un gran lego, una mano gigante con un lápiz que dibuja en el muro… Muchas de ellas buscan el reflejo en el agua que casi circunda la casa. Es el museo con más colección de capots de automóviles, en consonancia con su propietario, Jorge Gómez, “el Encapotado”, lo llaman, empresario de artículos eléctricos, coleccionista, aficionado a los automóviles, con algunos ejemplares magníficos de Pagani, Lamborghini, Ferrari o Porche. Él le compró a Horacio Pagani el auto Zonda C12, seguido del Zonda F. Dos joyas.
A principios de 2000, Gómez encargó 24 capots a una fábrica de Alemania y los hizo intervenir, tunear, a artistas destacados como Marta Minuhin, Rogelio Polesello, Clorindo Testa, Carlos Paez Villaró o Rosendo Roux. Una libre extravagancia de rico, que, al menos, cuenta con los artistas. No todos los residentes de Nordelta celebran esta Casa Museo tan llamativa desde fuera, pero su presencia rompe el paseo monocorde de las hermosas casas.
La palabra museo, casa de musas, desde los griegos, tiene algo de sagrado. En sentido estricto, la “Casa Museo Gómez” no es un museo, sino una Colección de Arte, por cuanto no tiene apertura firme al público, con horarios marcados, como exige el Ministerio de Cultura de España para entrar en su guía de museos. Solo se accede a la Casa de Gómez y a la colección, por invitación privada.
El Año Nuevo 2022 llegó a Nordelta con el alborozo de fuegos artificiales y cohetes en la lejanía. Las prohibiciones sirven de muy poco aquí y en todas partes. Los ciudadanos se desbordan como el champagne en estas fechas. Vivir y olvidar por unas horas para cumplir el rito de recibir el Nuevo Año. Los teléfonos cruzan de nuevo el Charco para felicitarnos todos.
Escultura pop de un "Lego"
"Puesta de sol en Nordelta", fotografia por Laila GruarinAdriana Zapisek y Laila Gruarin, pintoras
Foto de familia recibiendo el Año Nuevo 2022
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