La cruz y la media luna (Foto National Geografic)
Julia Sáez-Angulo
25/4/22.- Jerusalén.- Jerusalén, la ciudad santa, apareció completamente “nevada” de arena. Una fuerte tormenta del desierto se posó densa y callada sobre la ciudad y hubo que limpiar los cristales de los automóviles para poder circular con ellos y aspirar las terrazas y las alfombras, porque los suelos estaban cubiertos del polvo fino y ocre que llegaba Judea. Respirar esa densa nube de aire terroso explica el histórico velo sobre la cara (ahora mascarillas) de los beduinos y las mujeres, pues se mete por todos los poros del cuerpo. Lo malo es cuando perdura el velo del rostro sobre las féminas, por otras decisiones ajenas a ellas.
Yo sigo preguntando y escuchando, entre conocidos y amigos, sobre la peculiar situación socio-comunitaria de este país difícil y apasionante, trufado de acontecimientos históricos que lo marcan y sellan con perennidad. “Una de las cosas que más me chocó de este país fue comprobar cómo vinculan inextricablemente creencias y territorio, ya que Occidente en general dejó de hacerlo desde el XVI”, dice una persona. “Aquí vinieron muchos colonos para buscar una situación mejor de la que tenían en su país de procedencia y fueron bastantes los rusos cristianos que se convirtieron al judaísmo como manera de lograrlo”, asegura otra, sobre la comunidad rusa, tercera después de la árabe y la judía en Israel.
“Pero muchos vinieron con la idea de convivir con los que residían, no de ocupación como vieron sobre la marcha, encastrados de golpe y a la fuerza en una situación tensa”, tercia otra persona. “Lo más triste es ver esos asentamientos y ocupaciones paulatinas y agresivas, sobre todo en Jerusalén, donde la astucia, el engaño, el acoso, el mobbing, judío sobre árabes es una realidad constatable, para echarlos de sus casas”, aventura otra opinión. “Pero lo cierto es que los palestinos solo saben lamentarse y quejarse, pero no mejoran su situación económica y social, por más ayudas del exterior que les llegan de países árabes”, tercia otra persona, “el terrorismo es la materia prima de Hamas en Gaza o la corrupción de sus políticos en Cisjordania, que solo saben enriquecerse. Así no van a ninguna parte”. "Pues los gobernantes judíos son intolerantes y desconocen muchos derechos humanos, por más que presuman de Estado democrático y laico"; "Derechos humanos, ¡ja!"...
“Es triste comprobar cómo en Israel ser judío, islámico o cristiano, equivale a una categoría económica y social más que creyente y eso se traduce en hechos de presencia y aceptación en el mundo laboral”, concluye otra persona. “Aquí hubo un vicio de amalgama en su origen, que sigue pesando hoy en día”. “Y a ello se suma la presencia internacional, previa a 1948, de consulados y embajadas europeas con los Santos Lugares, que exigió un “Statu Quo” de respeto”. “Como dicen los franciscanos: nosotros llevamos aquí más de 800 años”. “Y los judíos son duros, no parecen bien dotados para negociar, simplemente arrasan. El sionismo los ha marcado a fuego y lo sigue haciendo”; "menos mal que están los árabes para pelearse con ellos, porque si no, se pegarían entre sí los judíos ultra ortodoxos con los judíos laicos, que no practican con aquella radicalidad los 613 preceptos de la Torá", alega alguien. “No es cierto, defiende otra, hay movimientos pacifistas de convivencia muy interesantes, que se manifiestan todos los viernes en Jerusalén, como las Madres de Mayo en Buenos Aires, pero apenas se informa de ello…”
Dejemos aquí el debate sin fin, donde parece que solo cabe ir tirando.
“JERUSALÉN, LA CIUDAD IMPOSIBLE”,
DEL HISTORIADOR MEIR MARGALIT
Recordé la información que se publicó en “La Mirada Actual” en 2018, sobre el libro “Jerusalén, la ciudad imposible”, del historiador Meir Margalit, doctor en Historia Israelí Contemporánea por la Universidad de Haifa, que desarrolla su actividad docente en el ONO Academic College, además de impartir conferencias y seminarios en distintas universidades europeas y americanas.
Ha sido concejal de Jerusalén con el partido pacifista Meretz hasta 2014. Cofundador de una de las organizaciones de derechos humanos más destacadas de Israel, el Israeli Committee Against House Demolitions (ICAHD), ha sido asesor en distintos organismos de la ONU, como OCHA, UNHabitat y UNRWA y es actualmente director del Center for Advancement of Peace Initiatives. Considerado uno de los mayores expertos en el conflicto araboisraelí en Jerusalén, es autor de Discrimination in the Heart of the Holy City (2008), Seizing Control of Land in East Jerusalem (2010) y Demolishing Peace (2014). Asimismo, es miembro del consejo editorial de Palestine Israel Journal y de la revista española SinPermiso.
Esto fue lo que se publicó y parece seguir vigente:
Jerusalén la ciudad imposible. Claves para comprender la ocupación israelí es el libro de Meir Margalit, con las claves para comprender la ocupación israelí, es el IV premio Catarata ensayo, fallado a comienzos de 2018, que publica la editorial Catarata. El jurado estuvo compuesto por Constantino Bértolo Cadenas, Jordi Claramonte Arrufat, Soledad Gállego-Díaz, Enrique Gil Calvo, Diego Palacio Cerezales y Juan Manuel Agulles Martos.
Meir Margalit (Argentina, 1952) es doctor en Historia Israelí Contemporánea por la Universidad de Haifa y desarrolla la docencia el el ONO Academic College. Fue concejal en Jerusalén con el partido pacifista de Meretz hasta 2014. Es cofundador de una de las organizaciones de derechos humanos más destacados de Israel, el Israel Commitee Against House Demolitions, contra la práctica de la demolición de viviendas palestinas en la ciudad santa.
Meir Margalit está en contra de la proclamación unilateral de una “Jerusalén única e indivisible” por parte del Estado de Israel o de “capital eterna del pueblo judío”, como reconoció Donald Trump en sus polémicas declaraciones.
El autor del libro Jerusalén la ciudad imposible. Claves para comprender la ocupación israelí recuerda las tres realidades incompatibles que separan Jerusalén, donde lo eterno “religioso” y lo “temporal” laico se contradicen: la devota “ciudad santa”, a la que aspiran los judíos religiosos, la “ciudad mundana”, impulsada por los judíos laicos y la “medina islámica” en la que reza la población árabe.
Habría que añadir que una gran población cristiana en iglesias y conventos, asentados desde la Edad Media –recordemos que San Francisco visitó Tierra Santa en el siglo XII- que tienen derechos adquiridos de un Estatus de presencia y veneración de los denominados “Santos Lugares”, como hace España con unas presencias que custodian esos determinados espacios, a los que el mismo Israel está dificultando, en su deseo de absorber y estar presente de modo excluyente en la singular ciudad de Jerusalén.
Meir Margalit ofrece una buena clarividencia y análisis de la situación en su libro Jerusalén la ciudad imposible. Claves para comprender la ocupación israelí. Hombre y ensayista de paz, vale la pena conocer las opiniones vertidas en su ensayo. Una de sus últimas declaraciones fue: "Ser disidente en Israel es peligroso".
El papa Francisco y el patriarca de la iglesia rusa Kyril han suspendido su encuentro en junio, para evitar interpretaciones inadecuadas. ¡Qué pena!
5 comentarios:
juan van-halen acedo
Querida y leída Julia:
Estoy guardando tus crónicas de Jerusalén como guardé las de Buenos Aires. Me encantan y no soy dado a la lisonja.
Estos textos y los anteriores merecen ser recogidos en un libro. "Lo fugitivo permanece y dura", como expresó el clásico o "todo en el mundo existe para acabar convirtiéndose en un libro", que dijo Mallarmé a sus discípulos en la tertulia de la Rue de Rome.
Espléndida crónica. Interesantísimo artículo. Tus viajes son aprendizaje para todos, como ya te he dicho en alguna ocasión y, sin duda, merecedores de formar parte de ese libro que veo que no soy yo solo quien lo reclama. Coincidencia con Van-Halen en su petición. Conozco Israel y Jerusalen y vas más allá de una descripción geográfica. En realidad, el país y la ciudad son una pequeña parábola del mundo: todos tienen razones y nadie tiene la razón. Porque no hay una Verdad, hay verdades parciales según vidas y culturas. Viajamos, vivimos, pero no aprendemos. Si la mente y el corazón no se unen en la libertad y la tolerancia, al mismo tiempo que se respetan la tradición y los sentimientos la tierra prometida para la Humanidad, que debería ser todo el planeta no llegará a ser posible. Enhorabuena, una vez más, y gracias por tu escritura y esfuerzo al realizarla. No es fácil conseguir que cada línea abra perspectivas de pensamiento y reflexión.
Caros amigos
Me sumo a los elogios a las crónicas de Julia.
Una ínfima aclaración: las autodenominadas madres de Plaza de Mayo distan mucho de ser santas mujeres. Están asociadas al tres veces corruptísimo gobierno de mi país y participaron y participan de hechos deleznables.
Perdón por meter a la política de mi país en el medio. Nuevos saludos,
Raúl
Julia Marina
20:03 (hace 4 minutos)
para mí
Qué buena Crónica !!!
Qué se respeten y puedan seguir conviviendo allí donde Cristo vino a enseñarnos a vivir como hermanos.
El que tanto respeta la libertad y cuánto nos cuesta a nosotros.
Gracias !!!!!! Besos
Julia Marina
Qué buena Crónica !!!
Qué se respeten y puedan seguir conviviendo allí donde Cristo vino a enseñarnos a vivir como hermanos.
El que tanto respeta la libertad y cuánto nos cuesta a nosotros.
Gracias !!!!!! Besos
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