Julia Sáez-Angulo
26.04.2022.- Jerusalén.- “En Jerusalén siempre hay flores”, comenta Carmen R. Eyre, al tiempo que corta un lirio morado y varias frisias de un jardín a la sans façon, de una antigua casa, pendiente de rehabilitación y remozamiento, una de esas casas con persianas venecianas o mallorquinas -mediterráneas en suma- con ventanas de medio punto, que confieren al edificio y a Jerusalén cierta nobleza de principios del XX, en tiempos de la presencia británica. “También puede nevar algunos días en invierno”, añade Carmen, para poner de manifiesto que el clima de la ciudad santa es muy oscilante y conviene vestirse como las capas de la cebolla, para abrigar o aligerar.
“La municipalidad nos obliga a conservar toda la arquitectura de origen, no solo la carcasa. Hemos de guardar el alfombrado de los suelos de azulejo hidráulico”, me explica, mientras disfruto del jardín, ahora enmarañado.
Hay días en que el paseo matutino o vespertino con Cloe, lo convierto en una observación, estudio y lenguaje de la Naturaleza en los jardines y parques adyacentes a la casa. Comienzo a pronunciar en voz alta el nombre de las cosas, quiero decir de las flores, arbustos y árboles como si fuera yo la creadora del universo o maestra de la Kábala: rosas, vincas, verbena, glicinas, geranios, calas, esterlicias… palmeras, araucarias, naranjos, limoneros, olivos, cipreses, yucas, magnolios… En los bardales abundan los ailantos, alcauciles, avena vana y las malvas silvestres.
Después miro al cielo y veo bandadas de golondrinas, alondras en los cables de la luz (que en Jerusalén apenas están soterrados), escucho zureo de palomas negras como en Barcelona y veo los mirlos de pico amarillo o negro, según sean macho o hembra (el macho siempre más presumido en el reino animal), y a los cuervos, que son tremendamente rapaces en la ciudad santa. Hay muchos cuervos en Jerusalén, casi tantos como gatos. Me dicen que en Tel Aviv hay menos felinos.
“Pórtico de la Biblia”, libro didáctico clave,
ilustrado con cronologías, mapas y gráficos
“Pórtico de la Biblia”. Recursos didácticos para comprender la Biblia: Cronologías, mapas y gráficos de cada libro, ha sido el volumen de los autores Jesús Gil y Joseángel Domínguez, presentado en inglés en Saxum Visitor Center. El libro, profusamente ilustrado en color y blanco y negro, está editado por la Fundación Saxum, se puede descargar en formato electrónico en www.saxum.org
Está traducido al inglés y al italiano.
En la presentación se recuerda que “la Biblia (significa “libros” en griego) no es una obra concebida y escrita por un solo autor, de principio a fin, sino una biblioteca: una recopilación de libros de género literarios diversos, escritos por diversos autores que vivieron en épocas y contextos culturales e históricos diferentes”.
“La historia de la salvación es verdadera historia: Dios se da a conocer y ofrece su amistad a unas personas que vivieron en unos lugares concretos y en un tiempo determinado y todo esto está relatado o manifestado en unos libros que fueron escritos por inspiración del Espíritu Santo”, se resalta en otro momento.
El libro comienza por la presentación de las tierras de la Biblia y continúa con una cronología general desde los patriarcas hasta Jesucristo.
Existen dos claros recorridos de los israelitas: el de Abraham desde Ur en Caldea, y el Éxodo, desde Egipto a Israel. Dios hizo dos pactos con los hombres para guardar la verdad y fidelidad del monoteismo, de reconocer y adorar a un solo Dios, en medio de pueblos politeistas: un pacto personal con Abraham, y otro con el pueblo de Israel por medio de Moisés. La culminación llegó con Cristo.
Resulta clarificador ver las ilustraciones en color, con cuadros, mapas y dibujos que facilitan la comprensión de las cosas en su periodo correspondiente. Los recursos visuales ayudan a grabar mejor la comprensión y la memoria. El libro, obra capital de consulta, que llega hasta el capítulo “Palestina y el Estado de Israel”, aporta también bibliografía y lecturas recomendadas.
Una visita anterior o posterior a la abadía benedictina de Abu Gosh vale la pena. Es una edificio magnífico con larga historia monástica, preciosa abadía, espléndidos frescos -borrado el rostro de los personajes bíblicos por los otomanos- cuidados jardines y atractivos recuerdos de madera tallada en su tienda. El cristal de Hebrón, que parece cerámica es otro de los atractivos como recuerdo, junto a la cerámica armenia, amé de las cruces de Jerusalén.
Más información
Julia Sáez-Angulo (Foto Teresa Vallès)
2 comentarios:
Me
Encantan tus crónicas.
Te echaremos de menos. Ojalá
Quieras regresar a Jerusalem
Fantástica. Me encantan tus crónicas, y más cuando he vivido tan de cerca los mismos lugares.
La abadía benedictina es una preciosidad; me gustó muchísimo, las pinturas, los espacios, etc...
Y el libro, me parece muy interesante. A recomendar, a difundir, a dar a conocer.
Gracias por tu magnífica labor de difusión en unas crónicas amenas y claras.
maria JOSÉ MIRANDA
María José Miranda
Historiadora de Arte
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