L.M.A.
22/7/24.- Madrid.- Crónicas de Avonlea es una colección de historias encantadoras ambientadas en la pequeña comunidad de Avonlea, en la Isla del Príncipe Eduardo de Canadá. Estos entrañables relatos nos acercarán más a la vida Ana Shirley, pero sobre todo de sus vecinos. A través de las aventuras de sus queridos personajes, el libro captura la esencia de la vida en una comunidad rural de principios del siglo XX y los desafíos y alegrías de crecer y madurar en cualquier época. Cada historia es una deliciosa mezcla de drama, romance y humor que permitirá al lector vivir en ese placentero mundo, casi fantástico, de principios del siglo XX.
Esta edición de Toromítico es una ocasión para sumergirse en las historias que han cautivado a generaciones de lectores y experimentar la magia de Avonlea. A lo largo de sus páginas, que darán voz a otros habitantes de la ficticia ciudad canadiense, también veremos como Ana y otros personajes de la saga de Ana Shirley cruzan sus vidas con ellos. Acompañaremos a otros residentes del pequeño pueblo situado en Isla Príncipe Eduardo, para comprobar que en cada familia y a cada vecino le pueden ocurrir historias entrañables, divertidas e interesantes que nos llegarán al corazón y nos harán sonreír.
«Todos los que han leído el inolvidable Ana, la de Tejas Verdes, que perdura en el tiempo como un verdadero clásico de la literatura juvenil, se fascinarán con la publicación de esta serie de cuentos que L. M. Montgomery escribió una vez que la historia de aquella heroína sutil y valiente había concluido».
Montgomery. Escritora canadiense universalmente conocida por la serie de novelas que narran la vida de Ana Shirley, nació en 1874 en Clifton (actualmente New London), una pequeña ciudad de la Isla del Príncipe Eduardo (Canadá). Tras la muerte de su madre, cuando ella contaba menos de dos años de edad, su padre decidió dejarla a cargo de sus abuelos maternos, en Cavendish, para irse a vivir al oeste del país, donde volvió a casarse. De sus abuelos recibió una educación muy estricta, aunque dicha situación —crecer sola en la casa de dos personas mayores— estimuló su imaginación, provocando la chispa que le haría crear el personaje de Ana Shirley. Completó su formación en el Colegio Príncipe de Gales, en Charlottetown, y entre 1895 y 1896 estudió literatura en la Universidad de Dalhousie, en Halifax, Nueva Escocia.
En 1898, tras haber trabajado como maestra en varias escuelas, regresa a Cavendish para cuidar de su abuela, que había quedado viuda. Se casó con Ewan Macdonald, un ministro presbiteriano, y se mudó a Ontario, donde su marido se hizo cargo de una iglesia. La pareja tuvo tres hijos: Chester Cameron, Stuart y Hugh Alexander, quien murió al nacer, en 1914. El resto de su obra la escribió fuera de Prince Edward Island, ya que después de su matrimonio nunca regresó en vida.
Falleció en Toronto en abril de 1942 y fue enterrada en el cementerio de Cavendish, cerca del lugar en el que creció. Es en 1898, al regresar a Cavendish para cuidar de su abuela, cuando comienza a escribir los relatos que darían lugar a su mayor creación: la serie de Ana Shirley (ocho libros que narran su vida, desde la niñez hasta la edad madura). El primero de ellos, Ana, la de Tejas Verdes (Anne of Green Gables), publicado originalmente en 1908, narra la llegada de la inteligente y deslenguada Ana —a la que el propio Mark Twain consideró la niña imaginaria más encantadora que se había creado desde la inmortal Alicia de Carroll— a su hogar adoptivo en Avonlea, un pueblecito (ficticio) situado al norte de la Isla del Príncipe Eduardo. Tejas Verdes, la propiedad de Marilla, su madre adoptiva, será el centro de su universo infantil y el lugar donde, al fin, podrá sentirse parte de una familia.
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