Julia Sáez-Angulo
Fotos: J. Sáez
28/7/24.- El Escorial.- Aracné, en mi ausencia, furiosa por no poder entrar en mi casa escurialense, se ha dedicado a tejer sus telas blanquipardas en la terraza acristalada y he tenido que desbrozar sus tejidos, para poder habitarla en la mañana y en la noche que es cuando refresca y se puede salir. Es mi lucha contra las arañas en El Escorial y contra las hormigas en el jardín de Madrid. El reino animal, al que pertenecemos los humanos, es muy agresivo, véase si no, en Ucrania, Israel y Gaza.
Cuando medito en la madrugada y no miro al monte Abantos, lo hago a la pintura de San Juan Bautista, patrón de los Caballeros de Malta, cuadro manierista de escuela española, a la que la familia le cortó la escena y cenefa superior, para hacerlo asequible a las proporciones del salón. Esta barbarie artística se ha hecho con cierta frecuencia en la pintura religiosa de gran formato, entre las familias nobles españolas, para adaptarla a las nuevas viviendas de techos más bajos y menos palaciegos. Recordemos que el San Sebastián del Greco está cortado por las piernas en el Museo del Prado, que adquirió ambas partes en distintas procedencias.
San Juan Bautista lleva el Agnus Dei como atributo, junto a los hermanos apóstoles: San Pedro con las llaves y San Andrés con la cruz en aspa.
El esposo de la abuelita María, condesa viguesa, era Caballero de Malta y Gentilhombre del Papa, de ahí la presencia de este cuadro en la casa escurialense. El hijo, compositor musical, estudió en el internado de los Padres Agustinos de El Escorial, un centro de prestigio, donde coincidió con el presidente Manuel Azaña, mayor que él, y vio como lo expulsaban. Dionisio Ridruejo y Antonio Tovar también estudiaron aquí -según me indica Jaime Siles-, al igual que Tomás Paredes, hoy presidente de honor de la Asociación Española de Críticos de Arte, que me añade los nombres: Rafael Sánchez Mazas, Juan Ignacio Luca de Tena, J. Mª Suárez Campos, Beteta, Juan Luis Panero, Fernando Fernán-Gómez, hijo; Ramón Galván, Augusto Bárcena...
Cuando murió el conde, la condesa viguesa despidió a la cocinera al día siguiente. La abuelita sabría por qué. En familia circula la hipótesis de que ella era mucho más joven que él y ya se sabe de las exigencias. Se supo, más tarde, que la cocinera murió de un golpe en la nuca, cuando sacó con fuerza la llave de una cerradura de puerta, que se resistía.
Si miro al exterior de la casa, hacia el cercano monte Abantos, veo la casa que cierra la salida de los jardines a la calle y los deja encerrados en un triángulo. Según leyenda de la urbanización Parque Real -en El Escorial todo es real-, los constructores dijeron a los compradores, que nunca construirían en ese lado, pero al cabo de un tiempo lo hicieron, pese a protestas de los vecinos. Uno de ellos los denunció ante los tribunales y cuando el pleito iba avanzado, los constructores le ofrecieron una de las viviendas gratis o a precio ridículo y se paralizó la reclamación.
Todos tenemos un precio. ¡La condición humana! Como para creer a Jean Jacques Rousseau y su filosofía sobre aquello de que el hombre es bueno por naturaleza y que la sociedad lo deteriora. La primera vez que lo leí en mi libro de Filosofía, dije: ¡Ja!, seguido de una carcajada, cuyos ecos todavía se escuchan en el internado donde estudié, en la Compañía de María de la Rioja, fundada en Burdeos por santa Juana de Lestonac, sobrina del ensayista Montaigne, para educar a las niñas y jóvenes señoritas.
Todas las casas encierran historias y secretos. Esta de El Escorial no escapa a ello. Su contenido venía de una gran vivienda de 400 metros cuadrados en la plaza de las Cortes en Madrid, a otra de 200 en El Escorial. Esta última estaba tan atiborrada de cosas, que la aligeré donando los archivos, la biblioteca, el piano y los retratos ovales de antepasados carlistas, a la Diputación de Pontevedra, provincia de la que era oriunda la familia de los condes. Allí se hizo una gran exposición y catálogo que da cuenta de la amplia donación. Se contaba en familia, que los retratos carlistas pusieron en situación incómoda en una visita de Alfonso XIII. Pero este monarca tenía sentido del humor.
Solo reservé para El Escorial el comedor estilo manuelino (galaico-portugués), idéntico en su talla al del palacio portugués Da Pena en Sintra, y unos muebles alfonsinos, “de luto”. También queda la vajilla de escudos y la cristalería de Baccarat, donde como niños, damos chasquidos con el índice y el pulgar, para escuchar el sonido cristalino, que se prolonga unos largos segundos en el aire.
El segundo apellido de la condesa viguesa es Spínola y el árbol genealógico con este apellido, se lo regalé a la pintora y mecenas Mayte Spínola, que lo guarda celosamente en el despacho de su Hotel del Agua en Marmolejo (Jaén). José Antonio Spínola, su hermano, escribió el mejor libro que hay sobre la trayectoria del apellido Spínola que viene, en su origen, de Génova, y que tiene una pequeña espina de la cruz de Cristo como símbolo.
Me acerco al frigorífico para tomar un refresco y veo que se ha fundido la luz interior del mismo, aunque puede verse bien el contenido, por la buena luz de la ventana de la cocina. Así se va a quedar hasta mis herederos, ya que soy alérgica a la presencia de operarios para su arreglo; me producen erisipela cuando aparecen por casa. Las incidencias domésticas pueden acabar con una crónica. Lo solemne decae de inmediato, con las pequeñas miserias cotidianas.
Más información
https://www.youtube.com/watch?v=VRWlCGafwVM
https://www.youtube.com/watch?v=JA2wkt8_FoM
Sobre la chimeneaSopera de la vajilla
Sillas del comedor junto a la vitrina y el trinchero
Muebles alfonsinos, "de luto"
"San Sebastián", de El Greco, pintura cortada. Paisaje de Toledo en la parte inferior. Museo del Prado
11 comentarios:
Jaime Siles Ruiz : Querida Julia: ene los Agustinos de El escorial estudiaron también Dionisio Ridruejo y mi maestro Antonio Tovar y tuvieron allí de profesor a un eminente historiador, Académico de número de la Real Academia de la Historia, al que fusilaron los republicanos en el 36. En mi discurso de ingreso como académico correspondiente de la Real Academia de Ci8encias, Bellas Letras y Nobles Artes de Córdoba hablo del Spínola que ocupa el centro del cuadro "La rendición de Breda" de Velázquez porque durante un tiempo fue posesor del maravilloso "Libro de Horas", que tanta transcendencia ha tenido y tiene. Un fuerte abrazo, Jaime
Interesante.Gracias.Charo Galván
Isabel Bernardo : Paciencia con Aracné y feliz verano en El Escorial.
TOMÁS PAREDES: Estamos en Galicia, pero ya sabes que te leo todos lo días. gracias por la cita y por hablar de un espacio con aura como es El escorial. Es una historia densa y hermosa a la altura de otros tiempos. Abrazo. Tomás
Luis Javier Gayá : í
Muchas gracias Julia , me ha gustado mucho el artículo. Gracias por compartirlo. 🙏🙏 Que pases un estupendo verano.
Julia: Muy bonito todo. Que lo pases muy bien y descanses de tanto trabajo. Un abrazo de María Pilar.
Muchas Gracias por tus excelentes comentarios e ilustraciones.Fuerte Abrazo y que descanses,Julia
Tomas Paredes Romero : En el Escorial estudiaron Rafael Sánchez Mazas, Juan Ignacio Luca de Tena, J. Mª Suárez Campos, Beteta, Juan Luis Panero, Fernando Fernán-Gómez, que tu conoces y que no guarda buen recuerdo; Ramón Galván. En fin, personas que demostraron talento. Abrazo. Tomás
Disfrutando tus crónicas, nos alegras día a día, te imagino guerrera con espada con las arañas, deja alguna, en Ecuador significa Buenos augurios me encanta como describes tú casa, me recuerdas mi cuadro de la escuela colonial Quiteña que me ayudaste a expertizar que era Santa Catalina, cuadro cortado por un anticuario inculto, conozco este tema cuando restauraba en la facultad de Bellas Artes gracias mil por tus crónicas
Nos veremos en el Escorial!
Patricia Larrea Almeida
Gracias por citarme.Te deseo un magnífico verano y te felicito por tu ingente tarea,excelente. Octavio Uña
Julia esta publicación es absolutamente maravillosa !!!! Has sabido conjugar riquísimas metáforas como la de " aracnè " con cotidianidades !! Eres una gran escritora .
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