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martes, 24 de enero de 2023

CARMEN THYSSEN-BORNEMISZA, la Baronesa que consiguió para España la Colección Thyssen-Bornemisza de su esposo Heinrich

Entrevistas en TV$, por Risto Mejide

Carmen Thyssen y Mayte Spínola en la casa "El Romeral" en 1987


Carmen Valero

25/1/23.- Madrid. Carmen Thyssen-Bornemisza fue la Baronesa que consiguió para España la Colección Thyssen-Bornemisza de su esposo Heinrich. Ella merece un reconocimiento mayor del que tiene por esa operación magna que consiguió para España una colección de arte que venía a completar las profundas lagunas en las vanguardias históricas y radicales de nuestros museos hasta entonces en 1993, fecha de la adquisición definitiva de la Colección Thyssen-Bornemisza para el Estado y por tanto para todos los españoles.
Carmen Thyssen-Bornemisza ha sido entrevistada por Risto Mejide en TV4 y dio cuenta de los avatares para la presencia actual de su colección en el Museo, como préstamo durante quince años en España, a partir de 2021. La crítica de arte Julia Sáez-Angulo también habló con el presentador para poner de manifiesto algunos entresijos de los prolegómenos de aquella operación que se tradujo en el contrato definitivo de propiedad, según el decreto-ley firmado y publicado en 1993 por la más alta representación de entonces: el presidente Felipe González y el Rey de España, Juan Carlos de Borbón.
Aquello fue una operación redonda que costó mucho dinero, 42.277.120.000 pesetas (350 mil millones de dólares) de 1993, cantidad que se pagó en “cinco anualidades, de 8.455.424.000 pesetas cada una”, según suscribe el contrato. Se pagó con crédito extraordinario, financiado con deuda exterior. 
“El precio era alto, mucho dinero para el momento, pero muy por debajo de lo que realmente vale la Colección”, explica Julia Sáez-Angulo, vicepresidenta de la Asociación Madrileña de Críticos de Arte, que trabajó durante casi veinte años en el Gabinete de Prensa del Ministerio de Cultura, especialmente en el campo de las Bellas Artes.
        "Afortunadamente España no dejó pasar de largo esta gran Colección, como sí lo hizo con la Colección Gulbenkian en los años 50 y el magnate armenio del petróleo se la llevó a Lisboa".
“Aquella operación hizo que, durante esos cinco años, los otros museos estatales dejaran de recibir las partidas habituales, salvo los mínimos de subsistencia, por lo que creó cierto descontento entre los conservadores de esos museos, que miraban al Museo Thyssen con cierto recelo. Una vez pasados esos cinco años, todo volvió a su cauce”, explica Sáez-Angulo.
“Hubo otra herida en el Museo del Prado, porque el Palacio de Villahermosa, donde está alojada la Colección -hoy Museo Nacional Thyssen-Bormemisza- se había concebido como una extensión o anexo de la primera pinacoteca, para albergar a Goya, el siglo XVIII y la Ilustración Española, a partir de una exposición con ese tema, comisariada por la conservadora Manuela Mena. Ese proyecto hubo que replegarlo, con la contrariedad del director del Prado, Alfonso Pérez Sánchez y otros conservadores.
La crítica de arte conoce bien los preámbulos o gestación de que la Colección Thyssen viniera a España:
“Lo conozco verbalmente, a través de la pintora y mecenas Mayte Spínola, fundadora del Grupo pro Arte y Cultura, que lo cuenta muy bien en su libro de vivencias “Mayte Spínola” (Vision Libros, 2021). En la cena de puesta de largo de Simoneta Gómez-Acebo, en 1987, sentaron a los Barones Thyssen en la mesa de los anfitriones, los duques de Badajoz y el Rey Don Juan Carlos. El Barón le pidió al monarca que presidiera el patronato de la Fundación Thyssen y él accedió. 
    Al día siguiente hubo un almuerzo en casa de Mayte Spínola, que invitó también a Gonzalo Anes, presidente del patronato del Museo del Prado y allí conversó junto al duque de Badajoz, Luis Gómez-Acebo y el Barón, sobre una sede para la Colección. Anes ofreció el Palacio de Villahermosa, junto al Museo del Prado y esto entusiasmó al Barón, que no le gustaba la idea del palacio del Infante Don Luis en Villaviciosa de Odón, como alguien le había sugerido. Lo veía lejos del corazón de Madrid”.
    Mientras hablaban, Carmen Thyssen y Mayte Spínola rezaban en lo alto de la casa para que la operación cuajara. No hay que olvidar que en aquel almuerzo estaba también Gordon Getty con su familia, y éste deseaba adquirir la Colección Thyssen para su Museo en Los Ángeles, California. También Margaret Thacher, a la sazón primera ministra de Gran Bretaña, estaba interesada. Ella cuenta en sus memorias que, por más que intentaron, no acababan de encontrar un interlocutor válido entre los Thyssen para llevar a cabo la operación.”
    Para la crítica de arte Sáez-Angulo está muy claro que el “deus ex máchina de la operación Colección Thyssen en España fueron el duque de Badajoz y Carmen Thyssen. El primero sugirió a la Baronesa que la Colección se quedara en España y ella no cejó de influir en su marido para que así fuera. Por eso, siempre digo que ella merece un título nobiliario, una calle, una plaza y más cosas. Gracias a su importante mediación, conseguimos una colección espléndida que nos salvaba de las lagunas artísticas que tenían nuestros museos. Hoy podemos recorrer el Paseo del Arte en Madrid y seguir la Historia del Arte al completo”: Museos del Prado, Thyssen y Reina Sofía.
            (No olvidemos que los Barones Thyssen se casaron en Londres en 1985, y en la boda estuvo el duque de Badajoz).
    Julia Sáez-Angulo también recuerda algunas críticas sobre la Colección, sobre todo la del profesor de Historia de Arte en la Complutense,  Ángel González García en “Cambio 16”, que venía a decir, que la Colección era buena en las vanguardias de los años 20 y 60, pero que la parte antigua, tan solo era “pintura de anticuarios”.
    “Leer esto me hizo sonreír. Iba muy acorde con el tono irónico del profesor Ángel González, pero era injusta e inexacta, ya que la colección Thyssen cuenta con obras soberbias de antiguos maestros como: Retrato de Giovanna degli Albizzi Tornabuoni de Domenico Ghirlandaio; Retrato de Enrique VIII de Holbein el Joven; Jesús entre los doctores, de Alberto Durero o Santa Catalina de Alejandría, de Caravaggio”.

Colección Carmen Thyssen
    Hoy la colección de arte de Carmen Cervera, Baronesa viuda de Thyssen-Bornemisza, de 330 obras, con el célebre cuadro “Mata Mua” de Gauguin -valorada en 1.700 millones de euros- se queda en el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza de Madrid y permanecerá unida a las 800 obras del barón Heinrich Thyssen, durante los próximos 15 años. La colección de la Baronesa entró en el museo como un préstamo gratuito hace dos lustros, pero ahora hay que pagarla con un alquiler anual. Las obras se muestran en una formidable ampliación que hizo el Museo en 2004. 
    En el contrato de préstamo de las obras de Carmen Thyssen, por 6,5 millones de euros al año (lo que hará 97,5 en los quince años), la Baronesa se reserva la posibilidad de vender tres obras -siempre que no sea el “Mata Mua” de Gauguin, si bien el Estado Español tiene preferencia sobre la oferta hecha. Es una cautela jurídica, pues ya se sabe que los ricos son ricos, pero a veces les falta liquidez y necesitan una venta inmediata.
    Carmen Thyssen se ha mostrado ferviente devota de los museos como expositores de sus colecciones: además del Museo Nacional Thyssen en Madrid, están los de Málaga, San Feliú de Guixol y Andorra.
     Los descendientes de los Barones no van a la zaga: Francesca Thyssen ha creado una Fundación con sede en Madrid, que alberga su colección, especializada en videos y vanguardias radicales. Y por parte de Borja Thyssen y Blanca Cuesta, una colección especializada en hiperrealismo o fotorrealismo, con piezas relevantes como las de Richard Estes.
    ¿Qué pasará con la colección de Carmen Thyssen cuando acabe el préstamo de quince años? La tendrá que adquirir y pagar el Estado como hizo con la colección del Barón. A ella le gusta que su colección principal, la del Museo Thyssen, permanezca junto a la de su esposo y figuren juntos en la historia del arte, pero las ofertas de los Emiratos Árabes, sobre todo de Qatar son muy tentadoras. No olvidemos que ella vendió "El puente de Charing Cross" a un catarí y hoy figura en el Museo del Louvre de Dubay. Dios dirá.

Más información
Baronesa Carmen Thyssen


Carmen Thyssen, Rey Simeón de Bulgaria y Maytre Spínola (1987) en la cena en casa de los Duques de Badajoz

Carmen Thyssen, Julia de Spínola, Mayte Spínola y el Baron H. Thyssen, junto a otros dos invitados; los toreros Rafa Camino y Miguel Báez, Litri Junior, mostrando dibujos de Mayte Spínola