Sabine Weiss, El hombre y sus creencias
Comisario: Hector Fouce
Museo de las Peregrinaciones
Santiago de Compostela
Diciembre 2009 – Enero 2010-01-05
Julia Sáez-Angulo
Consagrada al reportaje fotográfico en blanco y negro, Sabine Weiss (Saint-Gingoph. Suiza, 1924) presenta una hermosa exposición de fotografías en las que el hecho religioso se tiñe de personajes singulares como curas con sotana que patinan; bonzos que rezan en la calle; familias junto a las tumbas de sus difuntos; coptos que muestran sus iconos; mujeres que lucen su chador; santones hindúes en las aceras; rosarios colgados junto a una herradura… Imágenes que impactan por su naturalidad y sencillez, contempladas desde la observación y el respeto a los creyentes, desde la ternura y la luz.
Una gran muestra en el Museo de las Peregrinaciones en este Año Jacobeo en el que miles de visitantes pisaran las tierras gallegas y la catedral con la fachada del obradoiro. Sabine Weiss es una fotógrafa sabia que ha sabido ver en las infinitas gamas del gris que hay entre el blanco y negro, una manera de transmitir el misterio de la fe unido a unos protagonistas o a unos objetos que nos hacen amar o sonreír.
La fotógrafa suiza ha dedicado buena parte de su vida a la fotografía de moda, principalmente en la revista “Vogue”, pero su sensibilidad humanitaria le ha llevado más allá con su cámara y objetivo. Viajera y amante del arte ha publicado numerosos libros temáticos con sus obras en las que huye del tremendismo y ofrece una mirada franca y directa. Teatro, ciudades o niños, han sido algunos de los temas plasmados por Weiss. La emoción sin truculencia ni ternurismo es el resultado de su fotografía. Es la fidelidad a la condición humana que se manifiesta con naturalidad.
Para el comisario de la exposición en el Museo de las Peregrinaciones, Héctor Fouce, “Los humanos son, en esencia, el resultado de sus creencias. El creer anticipa al hacer para definir quienes somos. Pero en nuestra sociedad contemporánea. Creer es un acto desvalorizado, una reminiscencia de lo antiguo; en las sociedades modernas no hay creencias, sino opiniones, argumentos, posiciones, puntos de vista (…) Sin embargo, los individuos y los grupos humanos resisten tercamente esta imaginada modernidad libre de creencias”.
Una mirada humanista sobre los hombres
Fouce resalta “el trabajo profundamente humanista de Weiss en busca de cómo los humanos manifiestan sus creencias es, como en tantos otros fotógrafos de esta corriente estética, filosófica y ética, un estudio casi antropológico sobre lo que los humanos somos” .
Frente a la idea de fanatismo, Weiss nos ofrece unas imágenes de vida y trabajo, de paz y felicidad, de coexistencia amorosa entre los hombres, de experiencias naturales y sin conflicto, como la venta de flores a la puerta de un cementerio o la visita a un lugar sagrado con una camiseta de dibujo erótico.
Respeto, sonrisa, ironía y simpatía humana en las fotos de Sabine Weiss, que sugieren más allá de la propia imagen, que invitan a la reflexión como iconos, vivo reflejo de vidas de los hombres y mujeres a los que apresa en su objetivo. Su recorrido como fotógrafa es amplio en esta muestra: desde un gesto mínimo a lo más sagrado de una comunidad religiosa, donde a veces se mixtifica con otras situaciones porque el hombre no es una criatura de bordes duros o de esquizofrenias beligerantes, sino de un día a día con la hermosa monotonía de la calma.
En suma, una exposición digna de aplauso de una fotógrafa realmente artista.
Comisario: Hector Fouce
Museo de las Peregrinaciones
Santiago de Compostela
Diciembre 2009 – Enero 2010-01-05
Julia Sáez-Angulo
Consagrada al reportaje fotográfico en blanco y negro, Sabine Weiss (Saint-Gingoph. Suiza, 1924) presenta una hermosa exposición de fotografías en las que el hecho religioso se tiñe de personajes singulares como curas con sotana que patinan; bonzos que rezan en la calle; familias junto a las tumbas de sus difuntos; coptos que muestran sus iconos; mujeres que lucen su chador; santones hindúes en las aceras; rosarios colgados junto a una herradura… Imágenes que impactan por su naturalidad y sencillez, contempladas desde la observación y el respeto a los creyentes, desde la ternura y la luz.
Una gran muestra en el Museo de las Peregrinaciones en este Año Jacobeo en el que miles de visitantes pisaran las tierras gallegas y la catedral con la fachada del obradoiro. Sabine Weiss es una fotógrafa sabia que ha sabido ver en las infinitas gamas del gris que hay entre el blanco y negro, una manera de transmitir el misterio de la fe unido a unos protagonistas o a unos objetos que nos hacen amar o sonreír.
La fotógrafa suiza ha dedicado buena parte de su vida a la fotografía de moda, principalmente en la revista “Vogue”, pero su sensibilidad humanitaria le ha llevado más allá con su cámara y objetivo. Viajera y amante del arte ha publicado numerosos libros temáticos con sus obras en las que huye del tremendismo y ofrece una mirada franca y directa. Teatro, ciudades o niños, han sido algunos de los temas plasmados por Weiss. La emoción sin truculencia ni ternurismo es el resultado de su fotografía. Es la fidelidad a la condición humana que se manifiesta con naturalidad.
Para el comisario de la exposición en el Museo de las Peregrinaciones, Héctor Fouce, “Los humanos son, en esencia, el resultado de sus creencias. El creer anticipa al hacer para definir quienes somos. Pero en nuestra sociedad contemporánea. Creer es un acto desvalorizado, una reminiscencia de lo antiguo; en las sociedades modernas no hay creencias, sino opiniones, argumentos, posiciones, puntos de vista (…) Sin embargo, los individuos y los grupos humanos resisten tercamente esta imaginada modernidad libre de creencias”.
Una mirada humanista sobre los hombres
Fouce resalta “el trabajo profundamente humanista de Weiss en busca de cómo los humanos manifiestan sus creencias es, como en tantos otros fotógrafos de esta corriente estética, filosófica y ética, un estudio casi antropológico sobre lo que los humanos somos” .
Frente a la idea de fanatismo, Weiss nos ofrece unas imágenes de vida y trabajo, de paz y felicidad, de coexistencia amorosa entre los hombres, de experiencias naturales y sin conflicto, como la venta de flores a la puerta de un cementerio o la visita a un lugar sagrado con una camiseta de dibujo erótico.
Respeto, sonrisa, ironía y simpatía humana en las fotos de Sabine Weiss, que sugieren más allá de la propia imagen, que invitan a la reflexión como iconos, vivo reflejo de vidas de los hombres y mujeres a los que apresa en su objetivo. Su recorrido como fotógrafa es amplio en esta muestra: desde un gesto mínimo a lo más sagrado de una comunidad religiosa, donde a veces se mixtifica con otras situaciones porque el hombre no es una criatura de bordes duros o de esquizofrenias beligerantes, sino de un día a día con la hermosa monotonía de la calma.
En suma, una exposición digna de aplauso de una fotógrafa realmente artista.
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