Julia Sáez-Angulo
13.03.11 .- Los toros y la caza son dos áreas en las que el escultor trabaja con más asiduidad, pero los volúmenes y las formas no tienen límites en su repertorio icónico. Nacho Martín (San Esteban del Valle. Ávila, 1953) es objeto de un homenaje en la Tertulia Peñaltar por su acendrada trayectoria como escultor galardonado. Dos museos taurinos, el de Madrid y el de Alicante albergan obras del escultor, además de numerosas colecciones privadas en Europa y América.
Discípulo del escultor Pablo Serrano, la animalística o bestiario ha sido el campo más estudiado por Nacho Martín en su escultura que sigue todo el laborioso proceso de cera, barro, escayola, hierro... hasta llegar a la fundición en bronce, que convierte a la obra en permanente y eterna. Piezas con una cuidada pátina, la adecuada a cada pieza.
“Me interesa mucho el mundo del caballo y el toro” declara el escultor y a él se ha consagrado de tal manera que el nombre de Nacho Martín se conoce bien en el mundo taurino e hípico. De los doce grandes monumentos que el artista ha realizado, dos de ellos cobran un relieve especial: “El Toro” de Ronda y “El Encierro” de Alicante.
“El Toro” de Ronda, junto al coso taurino, se ha convertido en el monumento más fotografiado de la ciudad por vecinos, turistas y visitantes. Ronda es un lugar de Andalucía muy pintoresco y por tanto muy visitado; ni un solo visitante deja de captar la escultura del toro bravo del escultor Nacho Martín.
“El Encierro” de Alicante es una obra espectacular compuesta por siete piezas entre toros y picadores, de tamaño natural y nueve metros de longitud. Las cámaras fotográficas difícilmente se resisten a capturar el conjunto en el objetivo.
Cabezas de caballo, ciervos, águilas, palomas, cabras, machos cabríos, gallos... son otros tantos animales que el escultor lleva al bronce. “Estoy terminando este gran ciervo en la berrea para una finca particular, por encargo de su dueño”, explica el escultor en su taller situado en la región madrileña.
Aunque la mayor parte de la obra de Nacho Martín es realista, también le gusta investigar y experimentar con la estilización. En su “laboratorio de ideas” algunas cabezas humanas de gran impacto expresivo, esperan en su boceto de cera a que llegue el momento de la fundición a gran escala. Lo mismo cabe decir de ciertas maquetas o formas abstractas, casi geométricas para monumentos en rotondas de carretera.
La restauración de un verraco en Villanueva del Campillo
En 2010 Nacho Martín vio como se inauguraba en El Escorial el monumento de la Virgen de la Herrería, que la ciudad le había encargado. La localidad serrana y sitio real quedó encantada con esta obra de gran tamaño en bronce.
Curiosos los verracos que el escultor ha llevado a cabo en diversos tamaños y materiales: madera y bronce principalmente. En Villanueva del Campillo (Ávila) Nacho Martín ha completado la forma de un antiguo verraco en piedra con su trabajo en bronce patinado en el mismo color de la piedra. Una reconstrucción magistral.
La figura humana también se encuentra en su repertorio y en su taller pueden verse maternidades, parejas de amantes, toreros, abrazos, manos... Una maqueta singular sobre Isabel la Católica a caballo, un preciosa obra que lamentablemente, por diversas razones, no se llevó a cabo en gran formato para la ciudad de Ávila. Una cuestión pendiente,
Nacho Martín también ha hecho una incursión en el mundo de las joyas y sus sortijas en plata con voluminosas formas de filamentos entrelazados son de gran belleza.
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