viernes, 8 de junio de 2012





“El último Rafael”, exposición de pinturas en el Museo del Prado






L.M.A.



El Museo del Prado presenta la exposición “El último Rafael”, una de las exposiciones más importantes      dedicadas al artista y su taller, y la primera centrada en sus años finales,      etapa de su producción que le convirtió en el pintor más influyente del  arte occidental. Coorganizada con el Musée du Louvre –que acogerá la      exposición entre octubre y enero de 2013- y patrocinada por la Fundación AXA, la muestra será inaugurada el próximo lunes, 11 de junio por  SM la Reina acompañada por el presidente de la Cámara de diputados      italiana, Gianfranco Fini, el presidente del Congreso español, Jesús Posada, y el ministro de Educación y Cultura, José Ignacio Wert.
Con setenta y cuatro obras en total, de las cuales la mayoría no se han  expuesto nunca antes en España, la exposición traza un recorrido  cronológico por la actividad del maestro, desde el inicio del pontificado   de León X (1513) hasta su muerte en 1520, y de la de sus principales      discípulos, Giulio Romano y Gianfrancesco Penni, hasta finales de 1524

“El último Rafael” es, hasta ahora, la      primera gran exposición monográfica de Rafael (Raffaello Sanzio,      1483-1520) que combina pinturas y dibujos centrándose en los últimos      siete años de su corta vida – murió en Roma el día que cumplía treinta y      siete años-, el periodo de su carrera que alcanzaría mayor  impacto      en el arte europeo posterior. Sin embargo, sus últimas pinturas no han      sido bien comprendidas, en parte porque presentan problemas de      cronología, en parte porque su diversidad desconcierta, y en parte      también porque no trabajaba solo. Esta importante muestra ha sido posible      gracias al patrocinio de la primera entidad que se incorporó como      Benefactor del Museo, la Fundación AXA, que precisamente esta semana ha      vuelto a renovar su compromiso con la institución por otros cuatro años      más.

Las tres últimas exposiciones sobre      Rafael, celebradas en Londres, Roma y Urbino, se centraron en su juventud      y el único intento que se ha hecho de repasar su última época ha sido a      través de la exposición celebrada en Mantua y Viena en 1999, pero se      trataba de una muestra fundamentalmente de dibujos.

Delimitar mejor las fronteras entre las      obras ejecutadas por Rafael y las realizadas con la participación de sus      principales ayudantes, Giulio Romano (h. 1499 – 1546) y Gianfrancesco      Penni (h. 1496 – 1528) es a lo que aspira esta exposición que      arranca en 1513, cuando Rafael ya llevaba trabajando en Roma cinco años      decorando las monumentales estancias vaticanas en paralelo a otros      importantes artistas italianos, como Miguel Ángel (su principal rival que      trabajaba entonces en la Capilla Sixtina) y Sebastiano del Piombo,      primero bajo el pontificado del Papa Julio II y después del Papa León X.

Con el cambio del pontificado, Rafael      asume un nivel mayor de encargos tanto del Papa como de sus benefactores,      y empieza entonces a rodearse de ayudantes. Su taller fue, posiblemente,      el mayor de los formados hasta entonces bajo el magisterio de un único      gran maestro de la pintura,  llegando a contar con cincuenta pupilos y ayudantes.

La exposición enfrenta al espectador con      el resultado de la eficiencia de ese taller, liderado por la gran      versatilidad de Rafael, quién, además de pintor de pinturas de      caballete –el objeto de la muestra-, fue pintor de frescos -en      las estancias vaticanas o Villa Farnesina-, diseñador de cartones para      tapices –para la Capilla Sixtina-, y arquitecto -continuó la construcción      de San Pedro a la muerte de Bramante.

Gracias a la colaboración entre el Museo      del Prado y el Musée du Louvre, propietarios de la mayor parte de las      obras de este último período de la producción de Rafael, la exposición ha      podido contar con un conjunto histórico de cuarenta y cuatro      pinturas, veintiocho dibujos, una pieza      arqueológica y un tapiz, procedentes de cerca      de cuarenta instituciones distintas. A través del mismo, el público podrá      disfrutar de un recorrido en el que se presenta de forma cronológica y en      seis ámbitos temáticos el desarrollo pictórico y estético de Rafael al      tiempo que se compara su evolución artística final con una selección de      obras de sus dos seguidores Romano y Penni, tanto de las realizadas en      vida del artista de Urbino como de las inmediatamente posteriores a su      muerte.  Esta inédita comparación permitirá identificar la      participación de maestro y alumnos en las obras, así como dilucidar la      contribución intelectual y estética de éstos a la obra de Rafael.



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