“El último Rafael”, exposición de pinturas en el
Museo del Prado
L.M.A.
El Museo del Prado
presenta la exposición “El último Rafael”, una de las exposiciones más
importantes dedicadas al artista y
su taller, y la primera centrada en sus años finales, etapa de su producción que le convirtió
en el pintor más influyente del arte
occidental. Coorganizada con el Musée du Louvre –que acogerá la exposición entre octubre y enero de 2013-
y patrocinada por la Fundación AXA, la muestra será inaugurada el próximo
lunes, 11 de junio por SM la Reina acompañada
por el presidente de la Cámara de diputados
italiana, Gianfranco Fini, el presidente del Congreso español, Jesús
Posada, y el ministro de Educación y Cultura, José Ignacio Wert.
Con setenta y cuatro
obras en total, de las cuales la mayoría no se han expuesto nunca antes en España, la exposición
traza un recorrido cronológico por la
actividad del maestro, desde el inicio del pontificado de León X (1513) hasta su muerte en 1520, y
de la de sus principales discípulos,
Giulio Romano y Gianfrancesco Penni, hasta finales de 1524
“El último Rafael” es,
hasta ahora, la primera gran
exposición monográfica de Rafael (Raffaello Sanzio, 1483-1520) que combina pinturas y dibujos
centrándose en los últimos siete
años de su corta vida – murió en Roma el día que cumplía treinta y siete años-, el periodo de su carrera que
alcanzaría mayor impacto en el arte europeo posterior. Sin
embargo, sus últimas pinturas no han
sido bien comprendidas, en parte porque presentan problemas de cronología, en parte porque su diversidad
desconcierta, y en parte también
porque no trabajaba solo. Esta importante muestra ha sido posible gracias al patrocinio de la primera
entidad que se incorporó como
Benefactor del Museo, la Fundación AXA, que precisamente esta semana
ha vuelto a renovar su compromiso
con la institución por otros cuatro años
más.
Las tres últimas
exposiciones sobre Rafael,
celebradas en Londres, Roma y Urbino, se centraron en su juventud y el único intento que se ha hecho de
repasar su última época ha sido a
través de la exposición celebrada en Mantua y Viena en 1999, pero
se trataba de una muestra
fundamentalmente de dibujos.
Delimitar mejor las
fronteras entre las obras ejecutadas
por Rafael y las realizadas con la participación de sus principales ayudantes, Giulio Romano (h.
1499 – 1546) y Gianfrancesco Penni
(h. 1496 – 1528) es a lo que aspira esta exposición que arranca en 1513, cuando Rafael ya llevaba
trabajando en Roma cinco años
decorando las monumentales estancias vaticanas en paralelo a otros importantes artistas italianos, como
Miguel Ángel (su principal rival que
trabajaba entonces en la Capilla Sixtina) y Sebastiano del Piombo, primero bajo el pontificado del Papa
Julio II y después del Papa León X.
Con el cambio del
pontificado, Rafael asume un nivel
mayor de encargos tanto del Papa como de sus benefactores, y empieza entonces a rodearse de
ayudantes. Su taller fue, posiblemente,
el mayor de los formados hasta entonces bajo el magisterio de un
único gran maestro de la pintura, llegando a contar con cincuenta pupilos y
ayudantes.
La exposición enfrenta
al espectador con el resultado de la
eficiencia de ese taller, liderado por la gran versatilidad de Rafael, quién, además de
pintor de pinturas de caballete –el
objeto de la muestra-, fue pintor de frescos -en las estancias vaticanas o Villa
Farnesina-, diseñador de cartones para
tapices –para la Capilla Sixtina-, y arquitecto -continuó la
construcción de San Pedro a la
muerte de Bramante.
Gracias a la
colaboración entre el Museo del
Prado y el Musée du Louvre, propietarios de la mayor parte de las obras de este último período de la
producción de Rafael, la exposición ha
podido contar con un conjunto histórico de cuarenta y cuatro pinturas, veintiocho dibujos, una
pieza arqueológica y un tapiz, procedentes
de cerca de cuarenta instituciones
distintas. A través del mismo, el público podrá disfrutar de un recorrido en el que se
presenta de forma cronológica y en
seis ámbitos temáticos el desarrollo pictórico y estético de Rafael
al tiempo que se compara su
evolución artística final con una selección de obras de sus dos seguidores Romano y
Penni, tanto de las realizadas en
vida del artista de Urbino como de las inmediatamente posteriores a
su muerte. Esta inédita comparación permitirá
identificar la participación de
maestro y alumnos en las obras, así como dilucidar la contribución intelectual y estética de
éstos a la obra de Rafael.
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