Julia
Sáez-Angulo
18.08.12 .- Saint Malo .- Es una ciudad bretona
fortificada en el casco de la ciudad antigua. Las murallas de Saint Malo se
levantaron contra la codicia de los corsarios que invadían el territorio en el
siglo XVIII penetrando en la amplia bahía y atacando las casas. Después fueron
los alemanes de la II Guerra Mundial (1939 – 45) los que se apropiaron de su
lugar estratégico para controlar la posible entrada por mar de los aliados y
construyeron una madriguera de bunkers para divisar y defenderse de a sus
enemigos.
El Memorial 1939 -1945 que sostiene la municipalidad de
Saint Malo en el fuerte de la Cité D´Alet rememora toda la resistencia alemana
y la liberación final de la ciudad por los americanos. A más de un centenar de
bunkers se tuvo que enfrentar el ejército aliado, ante una resistencia de ocho
días en primer lugar, y dieciséis días más en la cercana isla de Cezembre,
donde los alemanes había situado el cañón de mayor potencia que disparaba a una
distancia de dieciocho kilómetros.
El Memorial se ve coronado por una batería antiaérea
genuina, al igual que la mayoría de los objetos que se conservan en el interior
como banderas, pistolas, uniformes, mapas, documentos, etc. Las sabias explicaciones de Peyle Eric en nuestra visita privada ilustran con plasticidad el modo de vida dentro de los recintos subterráneos.
Los alemanes supieron siempre que no serían invadidos por Saint Malo, porque los
aliados estaban informados de que los alemanes se encontraban bien fortificados.
El ejército americano atacó la vieja ciudad por el interior, a base de obuses
incendiarios que destruyeron el 80 por ciento de las casas, no así las murallas
porque eran de piedra.
El
servicio de inteligencia USA informó que en la ciudad había más de mil
alemanes, cuando sólo había 94. Murieron 37 franceses de los setecientos que
habitaban en el viejo Saint Malo. Los americanos utilizaron bombas de napalm
por primera vez en Europa sobre la cornisa de Alet de Saint Malo.
Para construir la red de blockhaus con despachos, garitas,
cuartel y dormitorios, los alemanes hicieron trabajar a hombres polacos,
franceses, italianos y españoles republicanos en Francia. Un edicto del
gobierno francés de Petain en aquellos años obligaba a hacerlo bajo pena de
muerte.
Memoriales
y atractivos turísticos
Vale la pena visitar este Memorial de Saint Malo, así como
el de Caen. Son documentos vivos a base de elementos reales de aquella guerra
civil entre europeos que fue la II Guerra Mundial, principalmente entre
Alemania y Francia, este último país quedó convertida en un campo de batalla. A
los alemanes detenidos hubo que llevarlos a Inglaterra, estados Unidos o Canadá
para juzgarlos porque según la Convención de Ginebra no podía hacerse en el
lugar de los hechos bélicos.
Se tardó tres años en remover todos los escombros de Saint
Maló destruido en un 80 por ciento y hasta 1964, la vieja ciudad histórica no recobró su reconstrucción total.
El plan Marshall de los americanos ayudó en el empeño.
Saint Malo es también un atractivo lugar turístico, no sólo
bélico pues además de poder pasear las soberbias murallas por el adarve, se
puede visitar el castillo que alberga el gran torreón del siglo XV, la catedral
de san Vicente que arranca desde 1146; la Casa de los poetas y escritores con
paredes de madera que viene del siglo XVII o la hermosa Residencia de la
Duquesa Ana de finales de la Edad Media. Los piratas y corsarios se recuerdan
como divertimento para los más pequeños en el Laberinto del Corsario y en un
parque de 800 metros cuadrados.
Alrededor de Saint Malo se construyeron las “malounières”,
grandes residencias construidas entre 1650 y 1730, ubicadas en el campo.
No hay que olvidar que a finales del Medioevo los habitantes de la ciudad decían como divisa: "Ni francés ni bretón, yo soy de Saint-Malo".
Más información
www.sain-malo.fr
No hay que olvidar que a finales del Medioevo los habitantes de la ciudad decían como divisa: "Ni francés ni bretón, yo soy de Saint-Malo".
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