NUEVO CICLO DE CINE
MUDO EN LA FUNDACIÓN JUAN MARCH
DE OCTUBRE A MAYO, OCHO PELÍCULAS SOBRE “EL PASO DEL CINE MUDO AL SONORO”
ESTE MES SE PROYECTA “OCTUBRE”
(1927), DE S.M. EISENSTEIN, CON
PRESENTACIÓN DE ROMÁN
GUBERN
EN SUCESIVAS SESIONES, PELÍCULAS DE VICTOR SJÖSTRÖM, KING VIDOR, JOE MAY, FRITZ LANG, MERVYN LE ROY,
CARL DREYER Y GUSTAV MACHATY
Con
las proyecciones el viernes 19 y el sábado 20
de la película Octubre
(1927), de S.M. Eisenstein, un pionero del
uso del montaje en el cine, cuya técnica sirvió de inspiración para el cine
posterior, la Fundación Juan March (www.march.es,
Facebook y Twitter: @fundacionmarch) inicia, en su tercera temporada, su ciclo de cine mudo que, en esta ocasión, está
dedicado a “El paso del cine mudo al sonoro”
(el curso pasado el hilo conductor fue el “Adaptaciones literarias” y el
anterior, el primero, “Melodrama y Star-System”). El ciclo está coordinado por
el historiador del cine Román Gubern, quien
presentará esta la película. El viernes la presentación será presencial, y el
sábado se proyectará el vídeo grabado del día anterior.
Viernes
19 y sábado 20 de octubre de 2012:
Octubre (Oktiabr, URSS, muda) (1927), de S.M. Eisenstein (100’).
Presentación:
Román Gubern
(19:00
horas; película, 19:30 horas).
RESTO DEL CICLO
Viernes 16 y sábado 17 de noviembre de 2012
El viento (The Wind, USA, muda) (1928),
de Victor Sjöström, con Lilian Gish (75’)
Presentación: Manuel Hidalgo
Viernes 14 y sábado 15 de diciembre de 2012
Y el mundo marcha (The Crowd,
USA, muda) (1928),
de King Vidor,
con James Murray (103’)
Presentación: Javier Hernández
Viernes 18 y sábado 19 de enero de 2013
Asfalto (Asphalt,
Alemania, muda) (1929),
de Joe May (94’)
Presentación: Pedro G. Cuartango
Viernes 15 y sábado 16 de febrero de 2013
M, un asesino entre nosotros (M, ein Mörder unter uns, Alemania, sonora)
(1931)
de Fritz Lang, con Peter
Lorre (105´)
Presentación: Fernando Méndez-Leite
Viernes 15 y sábado 16 de marzo de 2013
Soy un fugitivo (I Am a Fugitive
from a Chain Gang, USA, sonora) (1932),
de Mervyn Le Roy, con Paul Muni (89’)
Presentación: Eduardo Torres-Dulce
Viernes 19 y sábado 20 de abril de 2013
Vampyr (Francia-Holanda,
sonora) (1932),
de Carl Dreyer (70’)
Presentación: Clara Sánchez
Viernes 10 y sábado 11 de mayo de 2013
Éxtasis (Ekstase, Checoslovaquia,
sonora) (1933),
de Gustav
Machaty, con Hedy
Kiesler
(Hedy Lamarr, en Hollywood) (89’)
Presentación: Oti Rodríguez Marchante
Román Gubern
Probablemente la etapa de más intensa
creatividad e inventiva de la historia del cine se produjo en el período
1927-1933, en el traumático tránsito del cine mudo al cine sonoro. A finales de
los años veinte del pasado siglo el cine mudo había alcanzado su máxima
perfección estética. Por una parte, el arte de la fotogenia y el lenguaje de
las luces, las sombras y los claroscuros habían convertido al cine en una arte
plástica de gran madurez. Por otra, la agilidad en la combinación de los planos
–la sintaxis de su montaje– había adquirido una gran sofisticación,
especialmente gracias a los cineastas soviéticos, que los utilizaban para
construir metáforas y alegorías de gran aliento poético.
Tras diversos ensayos técnicos
infructuosos, y debido en parte a la competencia comercial de la radio, la
Warner Bros consiguió imponer el éxito
del cine sonoro con la película musical El cantor de jazz, estrenada en
Nueva York en octubre de 1927 con acompañamiento de discos de gramófono
sincrónicos con la imagen. Este éxito comercial supuso una revolución para la
industria, el comercio y el arte cinematográficos, acompañada de bastante
desconcierto. Los estudios tuvieron que insonorizar sus paredes y equiparse con
nueva tecnología acústica; las salas de exhibición tuvieron que añadir
amplificadores sonoros y altavoces. Y Hollywood se enfrentó al reto que suponía
que en la mayor parte de sus mercados el público no entendía el inglés,
mientras que actores con voz poco “fonogénica” tuvieron que abandonar los
estudios. Inicialmente, estos cambios traumáticos supusieron una grave
regresión estética –muy bien evocada en el film retrospectivo Cantando bajo la
lluvia (1952)–, pues la cámara tuvo que encerrarse en un pesado blindaje insonoro que impidió su
movilidad y la anterior libertad del montaje de los planos tuvo que
subordinarse a la longitud de los diálogos. El resultado de todo ello se
tradujo en la predominancia de un paralítico y chato “teatro filmado”.
Pero algunos directores de talento –como
René Clair, King Vidor, Fritz Lang, Josef von Sternberg, Carl Dreyer– supieron
descubrir la “poesía del sonido”, no como mero acompañamiento o ilustración de
las imágenes. Si al principio asombraba al público que un actor abriera la boca
y se oyera su voz, pasada la sorpresa inicial los directores de talento
descubrieron el dramatismo o la poesía de los ruidos –el chirriar de los
neumáticos en una persecución, el chapoteo de los pies en las aguas de un
pantano, los chillidos de las gaviotas– y, en el plano humano, desvelaron el
dramatismo de unos sonidos que no existían en el teatro: el suspiro, el susurro
y el gemido. Y también se descubrió, por contraste, el dramatismo del silencio.
En los primeros años del cine sonoro se
asistió, en cierto modo, a una reinvención estética del cine, convertido en un
laboratorio experimental. Hubo que aprender nuevas técnicas y nuevas
estrategias para narrar historias. Y hubo que hacer compatible la creatividad
del montaje y las longitudes de los diálogos. Y como reacción contra el chato
estatismo y verbosidad del “teatro filmado” surgieron incluso películas sonoras
de protesta, que reprodujeron música y ruidos, pero prescindieron
voluntariamente de los diálogos. El ejemplo más famoso de esta tendencia lo
suministró la película Éxtasis (1933),
incluida en este ciclo.
OCTUBRE,
de Sergei Mikhailovich Eisenstein
Octubre (Oktiabr, URSS) es una película realizada
para conmemorar el décimo aniversario de la revolución soviética. Su estreno se
retrasó un año, hasta 1928, debido a la presión de algunos grupos influyentes y
se cortaron escenas. Está basada en el libro diez días que conmovieron al mundo, de John Reed, reconstrucción de
los acontecimientos de 1917. Comienza con el derribo de una enorme estatua del
último zar, Nicolas II; sigue con el establecimiento del efímero gobierno
provisional de Aleksander Kerensky, quien acabó refugiándose en la embajada
norteamericana; el liderazgo de Lenin en la revolución; la ofensiva de una
parte del ejército y sus luchas intestinas y la ocupación final del Palacio de
Invierno por parte de los sublevados. Película épica y compleja, exhibió
virtuosos ejercicios de montaje simbólico, para construir alegorías y
metáforas. La censura soviética eliminó la presencia de Trotski.
A las 19:00 horas, presentación
y a las 19:30 horas, proyección de la película
Entrada libre. Salón de Actos
Fundación Juan March
(Castelló 77, Madrid)
OCTUBRE 2012
No hay comentarios:
Publicar un comentario