Irene
Iribarren expone en el Centro Cultural Coreano
Julia
Sáez-Angulo
La pintora Irene Iribarren lleva a cabo una exposición retrospectiva
en el Centro Cultural Coreano, que abarca figura y paisaje, especialmente
retrato, género en el que se ha especializado notablemente la autora.
En el acto, muy concurrido de personas del mundo de la
cultura, hubo palabras elogiosas para la pintora, por parte de la dirección del
Centro de Cultura Coreano y de Salvador Estébanez Eraso, delegado del gobierno
de Navarra en Madrid, que recordó el origen familiar y de apellido, las raíces navarras
de la pintora.
Hija de militar, Irene Iribarren López-Rubio (Valencia 1948)
estudió Bellas Artes en la Ciudad Condal y reside en Madrid, donde ha mostrado
su trabajo pictórico que abarca pintura, grabados murales o estampación.
La exposición actual, que abarca distintas épocas de Iribarren,
ofrece una obra muy colorista con temas orientales en la sala inferior a ras de
suelo, mientras que en el salón superior ofrece una retrospectiva de retratos
de etapas anteriores muy interesantes, como el de María Ángeles de Armas. Una
siente que la pintora haya dejado esta línea de retratos suelto y frescos en
aras de otros más recientes y académicos al óleo. Parece ganar en solemnidad,
pero ha perdido espontaneidad y frescura.
Especializada en la figura y el rostro humano, la pintora ha
llevado a cabo numerosos retratos, de distintos personajes del mundo de la política,
la diplomacia, la judicatura o la cultura. Uno de los más recientes ha sido el
del Papa Benedicto XVI, que Iribarren regaló al pontífice.
Muy interesantes los dos grandes toros de la exposición y algunos
paisajes como el de “La montaña Sorak” o el “Campo de colza”.
Irene Iribarren pintó recientemente un cuadro de gran
formato sobre Santa Teresa de Jesús, reformadora del Carmelo en el siglo XVI, como
carmelita andariega. Una pintura para la biblioteca del castillo de Castilnovo
en Segovia.
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