Palacio de Congresos. Madrid
Julia Sáez-Angulo
20.11.12.- Madrid.- Confiesa que su vocación vital es la pintura. María Luisa
Valero se recuerda siempre a sí misma queriendo pintar y, para
ello, se preparó profesionalmente, y a la pintura se dedica con entrega, ardor y
pasión, aún a costa de sacrificios intensos, porque para ella la pintura es un
arte, un placer y una entrega en su existencia. Una razón de vivir.
El desaparecido profesor Joaquín de la Puente, conservador
del Casón del Buen Retiro del Museo del Prado, tenía gran fe en la obra
plástica de su alumna María Luisa Valero Espinosa (Madrid, 1948) y le apoyó con la presentación en el
catálogo para la muestra que la pintora realizó en la Sala Joan Miró del
palacio de Exposiciones y Congresos de Madrid en 1999.
La trayectoria de María Luisa Valero como pintora ha sido
imparable desde los años 80, con casi un centenar de exposiciones a lo largo de
su vida profesional, la última en la Feria
de Arte Independiente 2012, FAIM,
en la capital de España. “A través de unos años” fue el título de la exposición
que le dedicó la Casa de Galicia en Madrid, donde la pintora mostró su amor a
la naturaleza y su virtuosismo a la hora de aplicar el pigmento –casi siempre
el óleo sobre lienzo o tala- y atrapar la forma de las cosas.
Todos los géneros pictóricos
Marinas
y paisajes bellísimos entre los que destacan los grandes dípticos (70 x 200
cm.) de la isla del Hierro, tierra que M. Luisa Valero Espinosa frecuenta periódicamente. También
los mares de Mojácar han pasado a sus lienzos, así como parques, jardines,
arboledas, sabinas, hortensias, girasoles, almendros, hojas de plátanos…
Pintora de todos los géneros, cabe recordar sus bodegones
coloristas expuestos en la muestra titulada “Esencias”, donde plasma casi con
asombro la maravilla del color y de la formas de las naranjas, las piñas, las
berenjenas o los pimientos. Es el asombro de la pintura, el “Esto no es una
pipa” de Magritte, porque es pintura. En el caso de los cuadros de M. Luisa
Valero: estas no son naranjas, ni piñas, ni berenjenas, aunque sean aparentes magníficas
naranjas, piñas, berenjenas… porque son por encima de todo, espléndidas
pinturas.
También la figura humana y los retratos como el de Eugenia, “La
Cacharritos” figuran en el quehacer pictórico de la autora.
M. Luisa Valero acude todos los años a un simposio de
mujeres artistas en Salzburgo (Austria), donde se intercambian sabores y
experiencias sobre el arte entre las creadoras que allí acuden para expresar
con su lenguaje el mundo interior o exterior que les motiva. En una ocasión fue
ella, Valero, la convocante y anfitriona en Madrid de una exposición de las artistas
internacionales allí asistentes.
Disciplinada, exigente, trabajadora al máximo, M. Luisa
Valero pinta siempre, aun cuando el circuito comercial esté ralentizado. Pintar
es como el respirar para ella, que confía en los tiempos mejores venideros cuando
los artistas podrán dar mejor salida a sus creaciones plásticas.
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