Manuel
Ortega finaliza sus Memorias de artista
Vidrieras de M Ortega
L.M.A.
El artista Manuel
Ortega y Pérez de Monforte (Madrid, 1921)
ha finalizado sus memorias, en las que narra su trayectoria de infancia,
artística y su paso por la catedral de la Almudena para llevar a cabo las
vidrieras, al ganar el concurso internacional de las mismas. Su título
“Recuerdos de vida y arte”, que se publicarán en breve.
El pintor, premio extraordinario en dibujo y composición en
la Escuela de Bellas Artes de San Fernando de Madrid, ha pintado casi
doscientos metros de murales para hoteles, urbanizaciones e iglesias. Las
vidrieras han sido una de sus especializaciones mayores y cuenta así lo que
sucedió con las que hizo para la catedral de la Almudena en Madrid:
“Gané
el primer Premio y Adjudicación de Obra del Concurso de Vidrieras en la
Catedral de la Almudena (Madrid). Esto fue para mí un gozo primero y un
sufrimiento más tarde. Era un gran logro en mi carrera artística llevar a cabo
un trabajo que habría de permanecer para
siempre en la catedral madrileña. Me entregué por entero a dibujar los bocetos
del ábside, el crucero y las naves, pero al poco tiempo el deán me dijo que algunas
vidrieras del crucero las iban a hacer una señoras de no sé donde. Protesté. No
procedía. Yo era el ganador del concurso y de pronto llegaba una extraña injerencia
que iba a perturbar la armonía del conjunto catedralicio de vidrieras. No hubo
nada qué hacer. ¡Con la Iglesia hemos tomado, amigo Sancho! Luchar contra el
clero es hacerlo contra un muro de sillería. Tuve que pasar por la invasión de
unas vidrieras con extrañas figuras rojizas y acarameladas de aire
decimonónico, que ocuparan los vanos del crucero y contrastaban con las mías
diseñadas con un concepto moderno, a base de composición geométrica que
distribuye y unifica las figuras siguiendo el ritmo de la proporción áurea”.
Vidriera de Manuel Ortega
“Pero mi cruz iba a ser todavía más dolorosa, cuando de
pronto irrumpe en escena Kiko Argüello, un pintor con obra de aire pseudo-bizantino
fuera de tiempo y lugar, al que el obispado le da carta blanca para que levante
mis vidrieras del ábside y coloque sus nada originales pinturas junto a unas
vidrieras también diseñadas por él a tono con su pintura. Aquello fue
intolerable. La mayor falta de consideración y respeto que yo he recibido a lo
largo de mi vida profesional. Soy persona creyente en Dios y en la Santa Madre
Iglesia Romana, Católica y Apostólica. Ninguna actuación de un clérigo o un
obispo va a remover mi fe porque está acendrada, pero sé distinguir muy bien lo
que es una actuación pastoral de una actuación mitral abusiva”.
“Yo gané el concurso de vidrieras de la catedral de la
Almudena. Ir contra mis derechos es injusto. Conozco mi trabajo y sé que tiene
altura y dignidad, por eso, echarlo abajo fue un atropello”.
“Mis
vidrieras están a lo largo de las naves de la catedral de la Almudena, pero las
que diseñé para el crucero o las que hice para el ábside, se han levantado,
descabalando un magnífico de conjunto, original y no copia, como la obra de
Argüello, idéntica a unas que hizo en la República Dominicana. Mis bocetos son
de actualidad, entroncan con las vanguardias artísticas y no apelan a
movimiento neo-bizantino alguno”.
“Lo
que más me entristece de todo este asunto, es el disgusto que tuvo mi esposa
Carmina cuando tuvo noticia del atropello. Estuvo toda una semana sufriendo,
muy preocupada, sin atreverse a decirme que iban a remover algunas de mis vidrieras
para poner otras de evidente menor valor artístico”.
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