Mirjam Pressler,
escritora alemana, presenta en Madrid su libro “Natán y sus hijos” en español
Julia Sáez-Angulo
Tomó una vieja fábula sobre los tres anillos y Natán y la
recreó para sus hijas en un libro titulado “Natán y sus hijos. Jerusalén,
1992”, una novela histórica dirigida a todos, niños y mayores. La escritora
alemana de origen judío Mirjam Pressler Darmstadt, Alemania, 1940), 1940 ha estado en Madrid para presentarla en
el Instituto Sefarad-Israel y en el Goethe Institut de Madrid.
La
editorial Siruela la ha publicado con pastas duras en su colección Las Tres
Edades. El libro “Natán y sus hijos” ha sido traducido por Alfonso Castelló. Esther
Bendahan abrió el acto de presentación de la novela para destacar su
importancia y singularidad.
La
obra de Pressler, “Natán y sus hijos” es una adaptación al día de la ceébre
obra dramática del escritor Gotthold Ephraim Lessin (Alemania, 1729 – 1781), un
clásico en las lecturas alemanas para escolares, donde se habla de la pacífica
convivencia entre las religiones monoteístas, por medio de la fábula de los
tres anillos para los hijos de Natán, de los que sólo uno era el verdadero que
tenía propiedades.
En
el libro de Pressler habla en su presentación de que “Natán responde con la
famosa parábola de los tres anillos que sitúa al amor al prójimo y a tolerancia
por encima de cualquier creencia”.
A
la pregunta de si no cree que las religiones predican esos valores y que son algunos hombres los que los
infringen. Pressler dijo que todo era “una cuestión del poder”. Al preguntarse si
el laicismo participaría igualmente de las creencias o trasgresiones sobre el
amor al prójimo y a la tolerancia, se escabulló con un cómodo “No lo sé”,
quizás para evitar la polémica.
“Chocolate
amargo” ha sido la obra más vendida de Mirjam Pressler en todo el mundo. Se
trata de una niña que come mucho chocolate, alimento euforizante, y eso tiene
un secreto. Se ha recomendado como libro de lectura en la escuela secundaria
alemana.
Pressler
es una mujer que creció en un orfanato y que se fue a un kibutz israelí porque
le convencía su filosofía igualitaria de trato y trabajo, pero no pudo soportar
la convivencia y la forma de vida que se le antojaba una suerte de “control”.
Es una prolífica traductora de casi cuatrocientos libros procedentes del hebreo,
yidish o nerlandés entre otro. Confiesa que es una gran lectora y la traducción
le sirve para leer.
“Natán
y sus hijos” lleva una oportuna cronología, glosario e índice de personajes que
permite seguir bien el tiempo en que se sitúa la historia en Jerusalén 1192.
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