BUENA PARTE DE LOS ARTISTAS DE LA MUESTRA ESTÁN
REPRESENTADOS EN EL MUSEO DE ARTE ABSTRACTO DE CUENCA Y EN EL MUSEU FUNDACIÓN
JUAN MARCH DE PALMA
El viernes 8 de noviembre se inaugura en el Museo de Arte Abstracto Español de Cuenca, de la
Fundación Juan March (www.march.es,
también Facebook y Twitter:@fundacionmarch), la exposición 59 ABANICOS DE 59 ARTISTAS, que supone un
lazo de unión con la Colección Fundación Juan March
puesto que una parte importante de los artistas que forman parte de esta
muestra, especialmente los vinculados a la generación de los cincuenta, están
representados en el propio Museo de Arte Abstracto
Español de Cuenca y también en el Museu
Fundación Juan March de Palma.
La exposición 59 ABANICOS DE 59 ARTISTAS
incluye además de los abanicos, una pequeña selección de obra gráfica de los
fondos de la Colección Fundación Juan March. Se trata de diez artistas que tienen un
abanico en la muestra y que están representados en el Museo
de Arte Abstracto Español. La
selección se ha hecho intentando relacionar la trayectoria de cada uno de ellos
con la manera en la que trabajaron el encargo del abanico.
En 1971, con motivo de una
subasta benéfica, treinta artistas y literatos fueron instados a decorar un
abanico. El conjunto conformado por ellos fue adquirido en su totalidad por el
coleccionista Carlos de Aguilera i Fontcuberta quien, a su vez, realizó el
mismo encargo a una serie de pintores que no habían formado parte del proyecto
inicial hasta reunir un total de cincuenta y nueve abanicos. En noviembre de
1971 fueron presentados al público en la barcelonesa galería Trece.
La exposición 59 ABANICOS DE 59 ARTISTAS muestra aquel
conjunto que, como definió Rafael Santos Torroella en el texto de presentación
de la citada galería, conforma una colección «[…] en la cual todos los “ismos”
recientes, a través de sus más destacados cultivadores, han tenido oportunidad
de rendir homenaje nuevamente al “eterno femenino”».
Ciertamente, la colección
da buena cuenta de la escena artística española del momento en la que convivían
pintores y escultores de distinta índole. Engloba a artistas de las vanguardias
históricas (Caballero,
Dalí, Miró) y de la Escuela de París (Clavé, Grau Sala), dando paso a
la renovación de los últimos años cuarenta de la mano del grupo que nació en
torno a la revista Dau al Set (Cuixart,
Guinovart, Tàpies). Asimismo,
están representados los artistas vinculados al informalismo, tanto en su
vertiente catalana (Hernández Pijuan, Ràfols Casamada), como madrileña, con
el grupo El Paso (Canogar, Millares, Rivera, Serrano, Francés) y los
artistas en torno a él (Farreras, Hernández Mompó, Lucio Muñoz). La abstracción
viene también acompañada de su vertiente geométrica (Gabino, Sempere), así como de
los artistas que trabajaron en torno al Museo de Arte Abstracto Español (Torner, Zóbel).
El paso a los años sesenta lo marca principalmente la presencia de artistas
catalanes (Arranz-Bravo,
Artigau, Llimós, Sala) y la selección se cierra con una serie de
artistas activos en la década siguiente (Gudiol, Maya, Muntadas, Soler Pedret).
El abanico, en general, ha
estado presente en la pintura española como elemento parlante desde los
retratos femeninos de Sánchez Coello. Sin embargo, lo que los artistas
contemporáneos españoles proyectaron en esta ocasión dista de los
planteamientos de la tradición pictórica española. Ante el reto del encargo, decorar un
abanico, los pintores plasmaron sus preocupaciones artísticas como si el
soporte no fuera distinto de un lienzo o un papel. Aunque
indudablemente el abanico limitaba el radio de acción, muchos de los
desarrollos planteados estaban en completa consonancia con la trayectoria
artística del pintor en cuestión.
Tal es el caso de Joan Miró, que desarrolla con enorme soltura grafismos
coloristas de gran simplicidad que entroncan con sus Constelaciones; de Antoni Tàpies, quien aplica la pintura
directamente recurriendo a planteamientos informalistas y utiliza la cruz
propia de su imaginario artístico; de Eusebio Sempere, que aplica una alternancia
cromática en cada uno de los pliegues para remitir a la abstracción geométrica
de efecto óptico que caracteriza su producción; de Manuel Millares, que entiende el
abanico como otro soporte en el que desarrollar la suerte de escritura antigua,
misteriosa e indescifrable, en la que trabaja a partir de los primeros años
setenta.
Cabe destacar también la
distinta manera en la que cada uno de los artistas se enfrentó a este encargo.
Mientras algunos de ellos concibieron el abanico de una manera más decorativa,
dejando la fuente, nombre que recibe la base rígida y plegable, sin intervenir
(Araujo,
Burguillos, Gabino, Ràfols-Casamada), otros decoraron el pais, la
tela adherida, y la base entendiendo el soporte como un todo (Artigas,
Francés,
Llimós,
Muntadas).
En este sentido, resulta interesante el uso que Rafael Canogar hace de la
fuente: se sirve de ella para ocultar los cuerpos de los personajes que
protagonizan una composición marcada por la denuncia social. Pero no fueron
únicamente artistas los que participaron en el proyecto, también algunos
literatos aficionados al dibujo (Alberti, Neruda) desarrollaron composiciones.
59 ABANICOS
DE 59 ARTISTAS
MUSEO DE ARTE
ABSTRACTO ESPAÑOL,
C/
Canónigos, s/n
16001 Cuenca
16001 Cuenca
8 DE NOVIEMBRE DE 2013
16 DE MARZO 2014
1 comentario:
Pocos pintores de esta época han innovado y salieron de su zona de confort para crear nuevas obras de arte como lo viene haciendo de Gabino Amaya Cacho con el Puntillismo Abstracto, una técnica original y moderna que está dando de qué hablar.
La gran trayectoria del artista español no se queda solo ahí, porque pintó obras de arte relevantes como: Las tres gracias, Concierto para Venus, El Morralero, Niñas jugando en el árbol, La Primavera, La Tempestad, El sueño de Jacob, La Fábula del Perro y el Hueso. Las Edades de baco, Leda y el Cisne, Icaro y Dedalo.
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