Pilar Aroca, de la Asociación de Escritores y Artistas Españoles,
presentó una comunicación en el Congreso de la Asociación de Críticos de Arte de España,
AECA, sobre Las mujeres en el Arte, una
comunicación sobre “Maruja Mallo y los poetas” en la que, entre otras cosas, dijo:
“Maruja Mallo fue una mujer intelectual y rebelde. Una
mujer poeta que se expresó con el color y los pinceles; y al hablar de ella es
imposible separar su vida de su obra, porque ambas estaban penetradas, de norte
a sur, por el arte y sus circunstanciales vivencias. Fue una de los artistas de
la llamada “Vanguardia Interior Española”, y cabe situarla en la órbita del
surrealismo más canónico. Su innovadora obra dramática, apoyada en la
perfección geométrica, que estudia la proporción matemática, (con dibujo seguro
y pulcrísimo, imaginativo, alegre, e irónico), despertó pasiones en sus
innumerables admiradores y algunas fobias en sus detractores más acérrimos,
como lo fue Jiménez Caballero, como ya veremos más adelante... pero a pesar de
éstos, y otros sinsabores, Maruja nació a la luz, con esa estrella con la que
nacen, de vez en cuando, algunos seres especiales; y fue en Viveiro (Lugo), a
primeros del siglo XX, concretamente un 5 de enero –en esa noche mágica de la
Festividad de los Reyes Magos-, quizá en el año 1902, como apunta Gómez de la
Serna, o en el 1909 como afirman algunos estudiosos (entre los que se encuentra
Consuelo de la Gándara). La misma Maruja, en el año 1928, en su primera
exposición, declara tener menos de 20 años; cuando en realidad ya había
cumplido 25. Mera anécdota, hoy en día aún sigue esa moda de quitarse años...
aunque, posiblemente lo hagan porque la juventud vende... y nadie quiere estar
fuera de mercado” (…)
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