Mirando mi pasado solo puedo decir como el poeta: "Confieso que he vivido». Han sido muchas experiencias que se acumulan en mi memoria desde aquel 1980 en que llegué a África por primera vez. Si dejo rienda suelta al disco duro de mi cerebro, me descarga las más bellas. Pero yo sé que las otras, las que escuecen, las que apestan a humanidad corrompida, a sangre derramada, a la miseria de los que no son de nadie, también están ahí, formando parte del puzle de mi vida.
Señor, tú me has acompañado siempre, como telón de fondo de mi vida, de esa vida que he vivido con profundidad, gastada por los demás, feliz de haberla dado... Solo te repito lo de siempre: «Aunque camine por valles oscuros, no temo, porque tú vas conmigo; la certeza de tu presencia me consuela».
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