domingo, 25 de mayo de 2014

“Adela”, obra dramática a partir de “La casa de Bernarda de Alba” en el Teatro Fernán Gómez







Julia Sáez-Angulo


            La escritura llama a la escritura; la literatura escribe so literatura; el teatro llama al teatro. Adela, la obra dramática que se exhibe en el Teatro Fernán Gómez de Madrid, está escrita a partir de la obra de Federico García Lorca La casa de Bernarda Alba. Un derivado singular, un intertexto que habla de cómo pudieron habers sucedido las cosas; en suma, del paso del tiempo.

            Sólo dos actores sobre el escenario, Lucía Astigarraga y Víctor Algra; la dirección corre a cargo de Antonio Domínguez y Rosell Murillo Lechuga; la iluminación de Pau Ferrer; la escenografía de Andrés Murillo y el Vestuario de Azucena Calzada.

            Pepe el Romano, el prometido de Angustias, la hija mayor de Bernarda Alba, es el ausente de la obra lorquiana, pero en esta recreación aparece junto a Adela, en una derivación novedosa, donde ambos amantes han de afrontar las dificultades de la contravención: robar el novio a la hermana y huir.

            La convivencia no es fácil, desgasta, máxime si se ha de enfrentar a una sociedad que censura una conducta. Todo tiene su precio, viene a decir el texto de esta obra dramática y no se debe ser caprichoso o libre una vez, sino ofrecer un do sostenido que no siempre es fácil. El aislamiento y el silencio no son gratos y eso lleva a cierta obsesión y locura.




            Adela es corazón y pasión, capricho y entrega física, sin respeto o límite a las convenciones o a la familia. Ha de pagar por ello y eso lo percibe Pepe el Romano, menos expresivo en palabras  y lenguaje corporal.

            La pasión de la pareja se manifiesta en el escenario, también de forma gestual con los cuerpos, en un sostenido control para no ser agresivo en la convención del arte. Manifestación inteligente y sin desagrado. la pasión no sostiene una vida y lleva a un circulo cerrago que agobia.

            El texto está bien articulado para mostrar el conflicto de la pareja transgresora, para el lamento de “pudo haber sido de otra manera”, para el deseo masculino de huir, lo mismo que antes hizo; la desesperación de la hembra ante el hermetismo del macho.

            Obra bien interpretada con una puesta en escena sobria pero plásticamente hermosa. Inteligente.


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