L.M.A.
Los artistas de principio del siglo XX
sintieron la necesidad de unirse para poder desarrollar diversas actividades
que, disgregados, no acababan de lograr. Así reunidos medio centenar de ellos
en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando, fundaron la Asociación Española de Pintores con los principales objetivos de organizar certámenes
colectivos orientados primordialmente al mejor conocimiento de los jóvenes
valores, celebrar concursos, actos culturales, etc., y de modo importante,
crear y fomentar entre todos los artistas asociados un beneficioso espíritu de
compañerismo y profesionalidad.
El día 15 de abril de 1910, fueron firmados
el Acta de Fundación y los correspondientes Estatutos por sus creadores Eduardo
Chicharro, Miguel Blay y Cecilio Pla, y el día 24 del mismo mes y año se
celebró la Junta General Constitutiva, cuya Acta firmaron como Socios
Fundadores, además de los tres citados, otros artistas tan prestigiosos y
relevantes como: Joaquín Sorolla, Doménech, los Villega, Francisco Maura,
Ricardo Baroja, Aniceto Marinas, Manuel Benedito, Fernando Alvarez de
Sotomayor, Pinazo, José Mª López Mezquita, José Llasera, Marceliano Santamaría,
José Moreno Carbonero, Antonio Muñoz Degrain, Benlliure, Francisco Pradilla,
Ferrán, José Capuz, Vera, Martínez, Cubells, los Zubiaurre, Mateo Inurria,
Francisco Esteve Botey, Anselmo Miguel Nieto, Bermejo, José Nogué, Julio Romero
de Torres, Garnelo, Luis Bea, Espina, Francisco Alcántara, Simonet, Lupiáñez,
Viniegra, Moreira, Ariz, Pulido, Coullaut Valera, Morena, Llaneses, Ramón
Zaragoza, Martínez Abades, López Ayala, Rodríguez Acosta, Poggio, Lhardy,
Comas, Sánchez Gerona, Anasagasti, Néstor, Roberto Domingo, Ricardo Marín,
Martínez Vázquez… y muchos otros que, más tarde, fueron y son aún maestros del
arte de España que daban, con su fama y autoridad, brillo y prestigio a la
naciente Asociación.
Dentro de un clima de estímulo, fruto de los
excelentes resultados obtenidos con las sucesivas exposiciones y
manifestaciones artísticas de todo tipo celebradas, nació entre los asociados
la idea de organizar un gran certamen de carácter nacional donde pudieran
participar todos ellos, muy numerosos ya. La idea cristalizó en una ambiciosa
exposición que con el nombre de SALON DE OTOÑO, tuvo lugar por primera vez el
año 1920.
Con tal motivo, en el Catálogo de este I
Salón de Otoño se insertaba un Manifiesto definitorio que se ha constituido
como la más clara expresión de la principal misión de la Asociación en el
movimiento artístico español y que sigue aún vigente como nuestra razón de ser.
Decía textualmente: “La Asociación de
Pintores y Escultores somete a vuestro juicio un acto de carácter artístico,
llena de ilusión y confianza. Un acto que no se parece a nada de lo acaecido en
España, en materia de Bellas Artes: el arte todo regido por los mismos
artistas; los ideales de cada uno conciliados en uno solo; el paso a las
modernas y necesarias orientaciones y el respeto a la gloriosa tradición”.
Al primer Salón presentaron obra los grandes
nombres artísticos de la época, inaugurándose también una sala llamada de
“Recuerdos”, donde se colgaron obras de los hermanos Bécquer, Domingo Marqués,
Gessa, Lucas hijo, Raimundo Madrazo, Enrique Mélida, Eduardo Rosales, Carlos
Luis Rivera, Tomás Martínez, Casimiro Sainz, Martín Rico, Emilio Sala, Urgell y
Velázquez...
El I Salón de Otoño superó las expectativas
iniciales, siendo notables el gran número de expositores, la calidad exhibida,
los visitantes de la muestra y unánime la buena acogida del público, crítica y
autoridades artísticas oficiales.
Con el paso del tiempo los Salones fueron
adquiriendo, cada vez más, una enorme importancia en la vida artística de
España, que trascendió incluso al extranjero. Llegaron a obtener estos
certámenes tan justo valor como índice real de la marcha del Arte en España, y así
continuaron, aumentando constantemente en cuanto a importancia y prestigio,
significando para los que ganaban su Medalla, la consagración definitiva como
verdaderos artistas profesionales.
Lo que comenzó como una exposición de obras
de artistas independientes, se acabó convirtiendo en todo un hito esperado por
muchos. Año tras año, el Salón de Otoño convocaba a los artistas de todos los
rincones de España a presentar las creaciones de autores noveles junto a
renombrados y aclamados maestros. Un Salón que así visto formaba un auténtico
museo y un gran escaparate de vanguardias.
Desde su creación en 1920 el Salón de Otoño
ha reunido obras de autores de prestigio y de amplio reconocimiento, tanto de
la crítica como del gran público, que cada otoño esperan ansiosos la
convocatoria de un nuevo Salón para acudir a él, participar y formar parte de
las más novedosas tendencias.
La Asociación Española de Pintores y
Escultores es la protagonista de excepción de lo que ha sido la evolución de la
pintura y la escultura española en el siglo XX, y lo que llevamos del XXI. El
talento de los socios que se cuentan en sus filas se ve complementado con el
prestigio de sus más veteranos creadores y siempre engrosan las exposiciones
del Salón de Otoño.
En el Salón de Otoño siempre se reitera la
voluntad de dar cabida a los artistas más jóvenes, manteniendo un porcentaje
que contraste con las obras maestras. En todos los Salones de Otoño, y son ya
80 las ediciones a las que este mismo año llega, ha habido obras de
atrevimiento y de ensayo que la Asociación Española de Pintores y Escultores ha
amparado siempre, sin encasillarse en tradicionalismos sistemáticos, ya que
todos sus asociados son iguales ante el reglamento de participación en el
certamen, sin fronteras de ideales ni de técnicas, ni de tendencias.
Abierto a la participación de todos los
artistas españoles, cada edición cuenta con un mayor índice de participación,
lo que lo convierte no sólo en el certamen más antiguo de los que se celebran
en España, sino en el más prestigioso de todos, y prueba de ello es su
permanencia en el tiempo, ajeno a situaciones políticas y económicas
fluctuantes como las que atravesamos.
Durante muchos años las sedes de los Salones
de Otoño fueron el Palacio de Cristal y el Palacio de Velázquez del madrileño
Parque de El Retiro, realizándose en la actualidad en la Casa de Vacas del
Parque de El Retiro de Madrid.
Además de los premios económicos que otorgan
distintas entidades patrocinadoras, el Salón de Otoño cuenta con una serie de
premios honoríficos reservados sólo a los socios de la Asociación Española de
Pintores y Escultores.
La Medalla de Pintura “Eduardo Chicharro”, la
Medalla de Escultura “Mateo Inurria”, el Premio de Escultura “Leonardo Martínez
Bueno” para artistas jóvenes, la Medalla de Acuarela “José Prados López”, la
Medalla de Dibujo “Roberto Fernández-Balbuena” y la Medalla de Grabado “Juan
Espina y Capo”.
En esta edición se han incluido además, las
que fueran Primera, Segunda y Tercera Medalla del Salón de Otoño, una
denominación por la que los artistas asociados se regían desde que se creara el
certamen en 1920.
El pasado mes de febrero, la Asociación
Española de Pintores y Escultores convocó un concurso de carteles entre sus
socios para elegir la que sería la imagen visual del 81 Salón de Otoño. De
entre las numerosas obras presentadas al concurso, la idea ganadora fue la de
Carmen Durán, con un vistoso cartel en el que predominan los colores banco,
negro y rojo.
El Salón de Otoño está
patrocinado por la Fundación Maxam, que en el acto de inauguración presenta
además el tradicional calendario de la que era antigua Unión Española de
Explosivos (UEE), y para la que guarda la memoria imágenes históricas de carteles
como el de Romero de Torres, Cecilio Plá o Manuel Benedito o los más modernos
de Canogar, Genovés, Eduardo Arroyo o Urculo.
Además colaboran
empresas como la incondicional firma de El Corte Inglés, que lleva más de 50
años colaborando con el Salón de Otoño, la Asamblea de Madrid, que contribuye
con un premio al artista más joven del certamen, la Fundación FIArt (Fondo
Internacional de las Artes), que patrocinará una exposición individual, la
Fundación Marazuela del Ayuntamiento de Las Rozas, que pone a disposición del
ganador un pabellón expositivo, la Fundación DEARTE Contemporáneo de Sigüenza
que cede el Palacio de aquella ciudad para una exposición individual, el
histórico escultor Santiago de Santiago, quien otorga un trofeo escultura
especialmente elaborado por él, la empresa interesARTE TV, que realizará cinco
videobook a los ganadores, y la Agrupación Española de Acuarelistas, que
otorgará una placa.
Tradicional también es
el apoyo del Ayuntamiento de Madrid, que siempre ha estado junto a esta
convocatoria y que desde hace unos años cede la Casa de Vacas del madrileño
Parque del Buen Retiro para realizar la exposición de las obras premiadas y
seleccionadas.
Más información en www.apintoresyescultores.es
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