Julia
Sáez-Angulo
El poeta judío Edmond Jabès (El Cairo, 1912 – París, 1991) es el autor
de “El libro de la hospitalidad”, publicado por la editorial Trotta. Fue una de las figuras literarias clave en la
lengua francesa, después de la segunda guerra mundial. Entre sus libros más sobresalientes se
encuentran: El libro de las preguntas,
Del desierto al libro, El pequeño libro de la subversión fuera de sospecha y El umbral de la arena.
El libro ha sido traducido y presentado por Sarah Martín.
El libro de la hospitalidad es un opúsculo de un centenar de páginas, que trata
de la definición de extranjero, su vulnerabilidad a mercede de la hospitalidad
que le brindase el prójimo. De qué tipo de hospitalidad es el contenido del
libro publicado por Trotta.
La
obra de Edmond Jabès trata en diversos capítulos de de la hospitalidad de la
lengua, la hospitalidad divina, la hospitalidad nómada, de la hospitalidad,
última voz y de un espacio para el adiós.
“Inútil
es el libro cuando la palabra carece de esperanza”, se dice al principio de sus
páginas. “Escribir, ahora, únicamente para dejar constancia de que un día dejé
de existir; de que todo, encima y alrededor de mí, se volvió azul, inmensa
extensión vacía para el vuelo del águila cuyas poderosas alas, con su batir,
repiten hasta el infinito los gestos del adiós al mundo”.
“Esta
insistencia en el libro, médula de la poética jabesiana, socava la tradición al
tiempo que potencia la creación y en ese encuentro –de la memoria-se fragua una
historicidad otra, en un movimiento que recupera la fluctuación del signo y
pone en circulación una escritura donde los límites parecen disolverse, como si
la poesía reivindicase calladamente su precariedad y el poeta asumiese su
perpetua condición de exiliado, de judío, de marginal, como si la literatura le
gritase su no-lugar…”, dice Sarah Martín en el prólogo del libro.
“Anegado
de historia, el tiempo del hombre camina sobre las huellas de un pasado que no
ha acabado porque, como el libro, es continuamente releído y, por tanto, no
deja de rescribirse”, añade Martín.
Poesía
de la acogida, del amor, de la advertencia: “Nunca una brizna de hierba resucitará
al árbol fulminado”.
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