Carmen
Valero
El
pintor Ricardo Zamorano (Valencia, 1923) dirige la tertulia “Contra Aquello y
Esto” -alterando el orden de lo escrito por Larra-, que tiene lugar todos los viernes al mediodía en el madrileño Café Gijón.
Más de treinta años de fidelidad a esta tertulia que fue fundada y dirigida por
el poeta Medardo Fraile.
Entre
los miembros de la tertulia: Teresa Núñez, Héctor Alperi, Isabel Hierro
–hermana del poeta Pepe Hierro, Mercedes Solé, Alfonso Sebastián, Angelina Gatell,
Juanjo Soria, Carlos Ortega, María Guía Boix… También formaron parte de ella
los desaparecidos Alfonso Martínez Mena, Manuel Ortega o Luis Cañada.
Ricardo
Zamorano, profesor de Dibujo en el Instituto Tirso de Molina de Madrid, donde
se jubiló, ha sido un retratista notable, un grabador excelente y un pintor
figurativo expresionista y crítico.
Grupo Estampa Popular
En los
años 60 perteneció al Grupo Estampa Popular, formado por artistas con gran
sentido crítico hacia la situación político- social del momento, que nació en
Madrid y se extendió a ciudades como Bilbao, Sevilla, Granada y Córdoba.
Algunas de sus exposiciones fueron censuradas o prohibidas como la que
pretendió inaugurarse en la galería Quijote de la plaza de España.
Al grupo
Estampa Popular pertenecieron Pepe Ortega, Manolo Calvo, Ortiz Valiente, Luis
Garrido, José Luis Delgado o Arturo Sánchez. Carlo Saura lo hizo en ocasiones
concretas.
Zamorano
obtuvo una beca de la Diputación de Valencia a finales de los años 40 y en 1955
viajó la República Dominicana para trabajar como pintor en la denominada Feria
de la Paz en la República Dominicana, que celebraba los veinticinco años del
régimen del dictador Rafael L. Trujillo.
En la República Dominicana
En la República Dominicana
En la isla caribeña,
Zamorano estuvo ocho meses, trabajando en primer lugar haciendo grandes murales
al temple con el retrato de Trujillo para los distintos pabellones de la Feria de la Paz y seguidamente pintando pequeños retratos para el yate de Trujillo, denominado
“el Benefactor de la nación” o "Jefe", así como de su hija Angelita, -Lita Trujillo-,
“la primera y la única”, según rezaba la leyenda de un sello postal de aquellos
momentos.
“Nos contrató el pintor Juan
Alcalde, enviado por Vela Zanetti, que tenía un puesto importante en la
República Dominicana”, explica Zamorano. Junto a él viajó también el pintor
Manuel Ortega recientemente fallecido.
“Nos pagaban muy bien en
dólares y con aquel dinero pudimos vivir bien un buen tiempo”, añade el pintor,
que se divierte con la anécdota de que metió la pata al encontrarse con el
presidente Trujillo a petición del pintor:
“Yo lo pintaba de
fotografía, pero quise verle al menos una vez. Una persona me llevó ante su
presencia y Trujillo me preguntó:
-¿Por qué quería usted
conocerme?
-Porque, Excelencia, sólo le retrato de
fotografía y quería verle de cerca. Ahora compruebo que es usted más moreno.
El dictador dio un golpe en
la mesa con las dos manos y la persona que le llevó hasta él, me invitó a irnos
de inmediato porque le había llamado “negro”, al decirle “moreno”, (la manera
de hacerlo en la R. Dominicana), que era lo que más detestaba en el mundo.
Trujillo soñaba con el gran
deseo de blanquear la isla y las mujeres negras buscaban hombres blancos para
conseguirlo. Esa fue la razón de que admitiera en la isla a numerosos judíos que huían de Europa y a republicanos españoles exiliados.
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