L.M.A.
Ceremonia del milagro toma título
de un verso del poema que Manuel Álvarez Torneiro, Premio Nacional de Poesía 2013,
ha escrito para la obra que Celso Varela exhibe a-hora en el Instituto Cervantes de Roma. Una
selección de trabajos -paisaje, bodegón y retrato-, de los diez últimos años,
incidiendo en la obra reciente. El comisario de la muestra es Tomás Paredes, presidente de la Asociación Española de Críticos de Arte, AECA.
La ceremonia del milagro es un proceso en el
que el lenguaje se hace poesía, la imagen hechiza y el gesto emprende su viaje
hacia una adhesión emotiva insuperable.
Su preferencia a
pintar al aire libre, su necesidad de modelo, su anárquico sentido de la
inspiración, le hacen un pintor muy personal, con un minucioso sistema compositivo
–dibujo, lluvia de trazos y goteo-, que caracteriza su icono.
Celso Varela,
Portas (Pontevedra) 1952, es de formación autodidacta, pero ha llegado a
conformar un lenguaje que le ha situado a la cabeza de la pintura gallega hoy,
como se vió en la antológica que realizó en el Museo de Pontevedra, en 2013.
Sus paisajes se envuelven en una maraña de colores que transportan a un mundo
propio. Tras sus exposiciones de Lisboa, Galicia y París, llega a Roma y pronto desembarcará en
Berlín.
Roma acoge la obra
plástica de un autor que traduce la sempiterna lluvia de su tierra, en una
catarata de luz y color, que le justifica, le redime y le salva. Lo que vemos,
nos hace sentir; lo que sentimos, nos hace ver el canto de un espíritu
enllamecido, heterodoxo, sensible.
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