Julia
Sáez-Angulo
Treinta
y nueve retratos de los escritores premiados con el prestigioso Premio
Cervantes, que están dispersos por las salas de lectura de la institución, se
exponen actualmente en las salas de exposiciones de la Biblioteca Nacional de
España, B.N.E. hasta el 25 de enero de 2015. La inauguración se hizo por Ana
Santos; directora de la BNE.
Desde
Jorge Guillén, primer premio Cervantes en 1976, retratado de modo magnífico por
García-Alix, a Elena Poniatowska, la última premiada de este año, ofrecen sus
rostros y figuras de la mano de distintos pintores. A Luis Rosales lo retrata
Juan Antonio Aguirre sin excesiva fortuna en 1982; a Mario Vargas Llosa, lo
interpreta Benjamín Lira en 1994; a Álvaro Mutis, lo vierte en pintura Leticia
Feduchi ante una mesa redonda (¿camilla o de cristal?) con libros en 2001;
Antonio Gamoneda, lo retrata Rafael Carralero en 2006 y a Ana María Matutem la
pinta Alicia Marsans en 2010 entre sus personajes fantasmales y con una suerte
de bandera republicana.
A Rafael
Alberti lo retrata Herminio Molero con una patética o divertida carabela con
estrella roja en decadencia como la de Alberto en su escultura frente al Museo
Reina Sofía. Carlos Franco interpreta a Cabrera Infante, con una manos que
dejan que desear; Cidoncha hace un retrato magnífico de José Hierro, pintor
mejor retratista que de naturalezas muertas; Nicanor Parra hizo su propio
autorretrato bastante bien hecho aunque una parte quemada.
México
es el país con más premios Nobel -cinco
en total-, después de España. Carlos Fuente optó por el retrato blanco con una
simple silueta de sombra. Sánchez Ferlosio se negó a retratarse –la
extravagancia y negatividad siempre es publicitaria- pero ha cedido un buen
dibujo a grafito con su cabeza para esta ocasión ¿no se contradice? Al año del
premio Cervantes, Hacienda le reclamaba impagos sucesivos. Pelayo Ortega
retrató a Gerardo Diego; Hernán Cortés, a Caballero Bonald.
Al
principio era una comisión de expertos la que decidía qué pintor retrataba
quien, y en esta serie que supera la mitad, se ve la mano de Juan Manuel Bonet,
que fue director del Museo Reina Sofía y los artistas de los 80. Después se permite a cada premio
Cervantes que elija a su retratista, peo con el límite de seis mil euros en la
partida, cantidad límite y más que razonable, para evitar abusos en el campo
del retrato oficial como bien ha denunciado en sus conclusiones el reciente
abuso en este campo.
Jesús
Marchamalo es el comisario de la exposición, que hizo un recorrido con los
periodistas contando anécdotas, curiosidades y chascarrillos sobre los retratos,
mezcladas con el yo. Estrella de Diego, catedrática de Historia del Arte, escribe
un texto sólido sobre el retrato en el catálogo editado por los Amigos de la
BNE.
Vitrinas
con libros, documentos, manuscritos de los escritores completan la muestra y un
video en el que se comentan los distintos estilos y materiales de los retratos
expuesto.
Entre
los asistentes a la inauguración se encontraban María Kodama: el fotógrafo
Javier Abella; Miguel Ángel Cortés; Carlos Franco; Hernán Cortés; Javier
Lostalé, García-Alix; Ana Vicente o Virginia Villalobos.
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