Julia Sáez-Angulo
Ronda, 19. 03. 2016 .- Tienen
75 ancianos a su cargo en una residencia cómoda con habitaciones luminosas y
calientes para todos ellos. Son las Hermanitas de los Pobres de la Casa de
Ancianos de Ronda (Málaga), instaladas en esta pintoresca e histórica ciudad
desde 1884.
Fundadas
por la francesa santa Juana Jugan (1792 – 1879), las Hermanitas de los Pobres
tiene casas en numerosas ciudades y pueblos de España. La fiesta de san José,
su patrón, que cuenta con una bella estatua en el jardín, la han celebrado con
solemnidad. Santa Juana Jugan fue canonizada por Benedicto XVI en 2009.
Viven de
la Providencia Divina que hasta ahora no las ha abandonado. Lo suyo en la
petición de ayuda a los ciudadanos por la calles o a la salida de tiendas y
mercados o de la que libremente llega de estos o de empresas e instituciones
que quieren sostener a los hombres y mujeres marginados a partir de los 65 años
de edad.
Nada de
conciertos con instituciones políticas que pueden coartar su vocación de
atender a los más pobres entre los pobres, a los que duermen en la calle o ya
no pueden pagar su pensión, a los mayores indigentes o enfermos... “A diario
rezamos por nuestros bienhechores” reza una de las máximas del convento.
Las
Hermanitas de los Pobres, junto a los voluntarios que les ayudan, son capaces
de atender a los indigentes que los servicios sociales de Ayuntamientos y
hospitales les envían, siempre a partir de los citados 65 años. Personas muchas
veces desorientadas o deterioradas de mente por el Alzheimer o la minusvalía
mental. Siempre hay lista de espera, lo que trae a la memoria la máxima
evangélica de Cristo: “A los pobres siempre los tendréis con vosotros”.
Hay
casos emocionantes de estos ancianos que llegaron maltrechos y en pocos días
cambian su aspecto y su semblante. Recorriendo las habitaciones con vistas a la
bella serranía de Ronda o a los dos patios de naranjos, una no puede menos que
exclamar: ¡Seguro que muchos no han vivido mejor en su vida! “De eso se trata:
de que terminen sus días alegres y contentos”, contesta la Hermana María de los
Ángeles Alonso sin vacilar. “Gastamos mucho en calefacción para que no pasen
frío”.
La
Hermana Judith Daugherty, nacida en Estados Unidos –con un español perfecto-,
que ha recorrido diversos conventos de la congregación en España, me cuenta
algunas historias conmovedoras de ancianos residentes que ha conocido a lo
largo de su vida, historias de amor y servicio en Estados Unidos, Colombia,
Lérida, Barcelona, Vitoria, Antequera...
Son diez
las religiosas que atienden a estos ancianos, junto a un equipo de contratados,
con arreglo al cupo que la normativa legal exige para atender a los mayores.
Uno de ellos pasa por nuestro lado y le cuenta a sor María de los Ángeles que
ha estado trabajando un poco en el jardín. El que se siente útil puede hacer alguna
cosa. El trato afectivo de las madres al entrar o salir de una celda o un salón
es un hecho comprobado.
Después
de esta visita por la Casa de Ancianos Ronda, una suspira y piensa que sería
una suerte, si se llega a la vejez, el acabar en estas manos de las Hermanitas,
pero ya sabemos la condición: ser los más pobres entre los pobres. No valen enchufes. En este
convento se respira el amor de Dios y la veneración al prójimo, que es Cristo
entre los pobres.
Más información
www.hermanitasdelos pobres.es
Casa de
Ancianos Ronda
Hermanitas de
los Pobres
Av. Poeta
Rilke, 2 B
29400 Roda
(Málaga)
Aportaciones:
Unicaja C.C.
2103-0166-37-0010113986
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