Julia
Sáez-Angulo
02. 06.2016 .- El profesor Francesc Torralba ha impartido una conferencia sobre la encíclica Laudato si del papa Francisco en el auditorio del Colegio Fundación
Caldeiro de Madrid. El conferenciante fue presentado por el párroco de N. S.
del Dolor, padre Jesús Chechiquía.
Fransesc Torralba i Torrelló (Barcelona, 1967) estudió Filosofía el la Universidad de Barcelona y
Teología en la Facultad de Teología de Cataluña. Es catedrático de Ética de la
Universidad Ramón Llull. Hizo su tesis sobre el pensador y filósofo danés
Kierkegaard y entre los libros que ha escrito figuran: El camino espiritual de Soren Kierkegaard; Esos valores nos unen;
Explorar el sentido de la realidad, y
La lógica del don de la vida y la muerte. Está casado y tiene cinco hijos.
El
profesor Torralba recordó que la encíclica Laudato
Si (2015) hace un diagnóstico realista y con esperanza sobre la situación
del planeta tierra y el medio ambiente. Se habla de una ecología integral que
cristalice en la “casa común”, frente a la extendida mentalidad del hombre que
convierte la naturaleza en simple uso y consumo y para ello es explotada.
Hay
que pensar en otro modelo, señala la Encíclica, el de “fraternidad cósmica” y
una nueva espiritualidad. El papa se apoya en el Génesis para hablar de la
creación, como conjunto interdependiente de seres y el efecto global, que
requiere una ética mundial para ser eficiente. La creación habla de un orden en
la naturaleza y el hombre llega para “cuidar, velar y custodiar el jardín”.
La
creación no es biocéntrica –todos los seres valen por igual- dijo el profesor
Torralba. El hombre es superior en dignidad a otros seres (así los señalaron
Santo Tomás de Aquino, Dum Scot o Ramón Llull), pero eso le exige estar atento
a la creación de la que ha de ser responsable.
“Ecología
Espiritual”
El
conferenciante habló de la constatación del drama, la raíz del mismo y la
denominada por el papa “nueva espiritualidad”, todo ello en Laudato Si. Para el hombre moderno, la
naturaleza ha dejado de ser sagrada, es un bien profano útil y hace falta una
“espiritualidad ecológica” –expresión clave, “palabra mágica” dijo Torralba.
Frente a la ecología radical o profunda, hay una ecología que se hace
compatible con el bienestar del hombre.
Hace falta
una “ecología espiritual”, se señala en la Carta del papa Francisco con cuatro
rasgos: gratitud franciscana. San
Francisco sintió un éxtasis frente a la naturaleza; sobriedad ante y con el entorno. Séneca dijo que no es rico quien
tiene mucho, sino quien puede vivir con menos; unión con la realidad, y
finalmente el cuidado de la naturaleza.
La Encíclica termina con una llamada a la acción, para superar el
individualismo y particularismo y apostar por soluciones globales de comunidad.
Cada cual aporte lo que pueda aportar y hay que querer llegar a todos, dijo el
conferenciante, quien señaló en el animado debate que el mal es siempre muy
ruidoso, mientras que el bien y la bondad son por definición discretos, por lo
que no se deben hacer diagnósticos solo con datos negativos, para los siete mil
quinientos millones de seres humanos sobre el planeta.
Torralba
concluyó apelando a la globalización de los derechos de los seres humanos, pues
no cabe producir y contaminar en un sitio y vender en otro; no cabe que nacer
niña sea un drama en determinados países. La uniformidad es un empobrecimiento
y la variedad, una riqueza, pero los derechos del hombre han de ser
universales. También señaló el conferenciante que la educación y coherencia en
los mensajes educativos entre familia y escuela eran importantes y que la
repetición es la clave del estudio y la efectividad.
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