Julia
Sáez-Angulo
Madrid, 09.07.2016 .- Los escritores Juan Carlos Suñén y Jorge Reichman
clausuran el curso de “Favorables”, dirigido por el primero, en la sala Berlanga del CentroCentro Cibeles
de Madrid, con el tema “Poesía y Verdad”. Entre los asistentes diversos poetas
como Ana Rossetti, Julia Sáez Angulo o Carmen Silva.
Los
recitales poéticos en el sótano del palacio de Cibeles han ganado en acústica
–la capilla desafecta al culto anterior sufría el ruido del tráfico rodado de fuera-
pero ha perdido accesibilidad, ya que hay que bajar un buen caracol de
escaleras, porque no funciona, para los viejos poetas y asistentes impedidos,
un ascensor bloqueado con llave que nadie tiene o no quiere usar.
(Habrá
que reconsidera el hecho. Nunca se dan facilidades a los poetas y estos acaban
por abandonar los recitales municipales. El último lo suspendió este curso Manuel Casillas
–el gran amigo de Tierno Galván- en Ronda (Málaga), porque los ediles no les
ponían calefacción en invierno y en el espacio del al lado una televisión
sonaba a todo volumen. Todo esto
desalentó a los asistentes hasta que director gritó: “Cerramos la Poesía hasta que nos ofrezcan una condiciones decentes”.)
Juan
Carlos Suñén invocó, en su intervención, las teorías del poeta francés Yves
Bonnefoy (1923- 2016) recientemente fallecido, del que recordó su afirmación de
que la democracia es el modo de hacer sitio a la reflexión de los otros, y que
“la imperfección es la cima”.
Al
citar a Terry Eagleton (Manchester, 1943) para hablar de poesía y verdad,
expuso su afirmación de que “un poema es una declaración moral” y que invita a fijarnos más en lo que no dice, que en lo que dice. La valoración estética no
es solo lo importante en el verso.
Al
hablar de Antonio Gamoneda (Oviedo, 1931) adujo que si bien la temática es
palabra que no gusta a los poetas, se cuida de que la poesía social o
comprometida, que se pone a salvo de la estética, corre el peligro de reducir
la obra a consigna.
También dijo: El poema nace de todos los estímulos, de la tradición
literaria y de las realidades inmediatas. Hay falsas verdades que toca a la
poesía enfrentarse con ellas. Vivimos una época de gran manipulación del lenguaje, de manipulación política; el poeta debe
clarificarlo. Si las palabras se pierden hay que salir a buscarlas. Son
luciérnagas supervivientes, no mantenidas. Que sobrevivan a nuestra época es
nuestra obligación de humanos.
Verdad, moralidad, belleza
Jorge
Riechman (Madrid, 1962) hizo una larga concatenación de citas de distintos autores sobre poesía
y verdad, “un desafío oceánico”. Argumentó con Shakespeare, Eagleton, Pessoa (“el poeta es un fingidor”,
Gamoneda, Joan Brossa, Goethe (Poesía y
verdad”, 1811), Heidegger, Gramsci (“la verdad es revolucionaria”) y, sobre
todo, con René Char (Francia, 1907 -1998).
En su
parlamento se oyeron afirmaciones como: “A cada desmoronamiento de las palabras
el poeta responde con futuro”; “verdad es un término polisémico, no unívoco”;
“el mentiroso lleva una vida de indescriptible soledad”; “la confianza y el
respeto tienen que ser creados, no surgen espontáneamente. Hay vínculos
estrechos entre verdad y confianza”. “Las verdades humanas las construimos” “Somos
homo narrans, compartimos ficciones",
“las víctimas piden la verdad”; “la verdad como respeto, como apertura, como
esfuerzo”…
“La poesía es una experiencia hacia la verdad”
para Kafka; “Una paradoja y una contradicción pueden apuntar a la verdad”; “la
poesía no es magia”, señala W.H. Auden; “investiga la verdad de tu tiempo y
encontraras la poesía”, afirmó Celso Emilio Ferreiro. Y parafraseando a Cezanne.
“el pintor nos debe la verdad en la pintura” y su equivalencia: “el poeta nos
debe la verdad en la poesía”. “La verdad, la moralidad y la belleza son muy
importantes para entregárselas al enemigo".
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