• Retorno a la Belleza. Obras maestras del arte italiano de
entreguerras presenta más de 100 obras de artistas como De Chirico,
Carrá, Morandi, Casorati, Donghi, entre otros.
L.M.A.
Madrid, 22.02.17 .- Hasta el 4 de junio en la Sala Recoletos, 23, en Madrid.
Fundación MAPFRE ha presentado hoy, 22 de febrero, en Madrid, la
exposición Retorno a la belleza. Obras maestras del arte italiano de
entreguerras.
Una muestra compuesta por más de cien piezas, y articulada en
siete secciones, de aquellos artistas italianos que, en las primeras décadas
del siglo XX, volvieron su mirada a la tradición clásica como modelo para
recuperar un tiempo dominado por los valores de la belleza y la armonía.
En la primera sección Metafísica del tiempo y del espacio, se exponen obras
de Giorgio de Chirico y Carlo Carrà, dos figuras imprescindibles de esta
tendencia.
De Chirico presenta objetos cotidianos mezclados con elementos
clásicos, vaciados de estatuas o bustos que remiten a ese sentido de lo
antiguo que gustaba al pintor. Por su parte, Carrà presenta el tema del
bodegón con una interpretación metafísica, una composición de objetos
cotidianos incoherentes.
Bajo el título Evocaciones a lo antiguo, confluye el grupo de pintores conocido
bajo el nombre de Novecento, fundado en 1922 y compuesto por Mario Sironi,
Achille Funi, Leonardo Dudreville, Anselmo Bucci, Ubaldo Oppi, Piero
Marussig y Gian Emilio Malerba, entre otros. Pretendían romper el arte de
vanguardia con sus obras, retornando a la esencia de la cultura italiana con
un estilo monumental y arcaizante.
Un ejemplo de ello es la obra de Sironi, El
arquitecto, 1922-1923.
La tercera sección de la muestra se denomina Regreso a la figura. En esta
sección se evidencia la vuelta a los géneros tradicionales de la pintura y, en
especial, al retrato, que se convierte en el protagonista de este período.
Antonio Donghi, Ubaldo Oppi o Piero Marussig se unen al gusto por la figura
en clave clásica, como se observa en las obras Las dos hermanas, 1929 o
Mujeres con guitarras, 1927de Massimo Campigli.
El interés y la representación del desnudo femenino están presentes en estos
años, como se observa en la sección El desnudo como modelo, siendo Felipe
Casorati uno de sus mayores exponentes. El caso del artista Cagnaccio di
San Pietro es destacado porque realizó obras con un fuerte contenido social,
aunque formalmente mantuvo las principales características de este período.
Las calles de las ciudades, los edificios, los puentes y la naturaleza son temas
recurrentes de los artistas y están presentes en la siguiente sección, Paisajes.
Los lugares donde se desarrolla la vida, ya sea rural o industrial, también
adquieren gran relevancia e intentan despertar en el espectador un
sentimiento de inquietud y, en muchas ocasiones, de melancolía.
Una
melancolía que surge, no por lo que se ha perdido, sino por lo que se adivina
que no va a poder ser.
Esta mirada del paisaje tiene su contrapunto en la sección La poesía de los
objetos, que es una manifestación de la naturaleza muerta y que refleja a la
perfección Giorgio Morandi, que hace de este motivo el eje de toda su pintura.
Cierra la muestra Las edades de la vida, una sección en la que temas como la
maternidad, la senectud y la infancia son motivos comunes en la pintura
italiana de este periodo histórico. Destaca de forma considerable la obra
Retrato de Renato Gualino, de Felice Casorati. El pintor, a través del joven
representado cual príncipe del Quattrocento por su gesto y su porte, rinde un
homenaje a los retratos italianos del Renacimiento.
La muestra ha sido organizada en colaboración con el Mart, Museo di Arte
Moderna e Contemporanea di Trento e Rovereto, y cuenta con préstamos de
numerosas colecciones particulares e instituciones internacionales, entre las
que cabe destacar la Pinacoteca di Brera, el Museo del Novecento de Milán,
el Musée d’Art Moderne de la Ville de París, la National Gallery de Praga o el
Museo Morandi, entre otros.
En la rueda de prensa han participado el director de Cultura de Fundación
MAPFRE, Pablo Jiménez Burillo, y la comisarias de la exposición Daniela
Ferrari, conservadora del Mart, Museo di Arte Moderna e Contemporanea di
Trento e Rovereto, y Beatrice Avanzi, conservadora del Musée d’Orsay.
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