L.M.A.
El Museo Nave de Motores del Metro de Madrid inaugura la presentación de
la IV Bienal Itinerante de “20 Pintores
unidos por la Acuarela”, el próximo día 15 de marzo de 2017, miércoles. La
exposición, organizada por Pablo Reviriego y Mercedes Ballesteros recorrerá una
veintena de ciudades de toda España. El comisario de la misma es Pablo Reviriego.
La
presidenta de honor de la Bienal es Doña Ana de Orleans, princesa de Francia,
residente en Madrid desde hace 50 años, que es también acuarelista y de ella se
muestran dos obras en la exposición.
La IV
Bienal de “20 Pintores unidos por la Acuarela” está patrocinada por Max Sauer,
fabricante de marcas Sennelier y Raphaël, y Metro de Madrid.
Más
de 40 pintores han expuesto en las distintas Bienales de “20 Pintores unidos
por la Acuarela”.
Arte de
Transparencia y Luminosidad
La
crítica de arte Julia Sáez-Angulo, Miembro de la Asociación internacional de
Críticos de Arte, AECA/Spain, escribe en el catálogo de la IV Bienal, en el que la portada es de la pintora Mercedes Ballesteros:
“Si hay un arte en el que la luz brilla en transparencias, ese arte es
la acuarela. Oriente, cultura milenaria más antigua que la de Occidente, ha
desarrollado con maestría el arte de la acuarela, la pintura diluida al agua de
manera monocroma o polícroma. Un gran vehículo de expresión artística. Pintura
delicada y valiosa. Luz, forma y movimiento. Luz y éxtasis.
Lograr
la transparencia y la luminosidad equilibrada es la aspiración de los buenos
acuarelistas, siempre menos numerosos que los pintores al óleo, aunque buena
parte de ellos practiquen con ambos pigmentos y técnicas.
En su
maridaje con el papel, la acuarela es una técnica pictórica que se remonta en
China a un siglo anterior a nuestra era. En Europa se afirmó en el Renacimiento
y llegó a la cima con dos grandes nombres, Albert Durero y Joseph Mallord William Turner, éste último
precursor de la abstracción y la vanguardia avant
la letre.
Turner
ha dejado una fecunda estela de acuarelistas en Inglaterra, donde el mismo
Príncipe de Gales la cultiva con pasión. Doña Ana de Orleáns, princesa de
Francia, también cuenta que en su familia se ha practicado siempre la acuarela,
porque, desde niños, se ha contado con un profesor de esta técnica artística.
Entre los Orleans hay acuarelistas notables.
España
ha dado grandes nombres de acuarelistas como el gran Mariano Fortuny y Marsal
(1838 – 1874), del que nuestra primera pinacoteca hizo una singular exposición
en 2011, bajo el elocuente título de Fortuny
y el esplendor de la acuarela en el Museo del Prado. Fortuny fue un acuarelista suntuoso,
preciosista. El orientalismo y el paisaje fueron sus temas preferidos. Los
grandes seguidores del arte de Fortuny fueron Martín Rico, José Jiménez Aranda,
José Tapiró, Antonio Fabrés, José Villegas o Francisco Pradilla. El Museo del
Prado atesora una buena colección de acuarelas procedentes del legado de Ramón
de Errazu.
El
comisario de la exposición 20 Pintores
unidos por la Acuarela, Pablo Reviriego,
cita en su libro de recuerdos
personales Del valle a la ciudad, a
sus dos grandes maestros admirados:
Rafael Requena y Julio Quesada, “mis dos acuarelistas de referencia” los llama.
El mismo comisario se siente orgulloso de haber iniciado la Bienal
Iberoamericana de la Acuarela, nacida de la colaboración entre la Agrupación
Española de Acuarelistas, AEDA, y el Museo de la Real Casa de la Moneda. Esta
Bienal ha permitido confrontar los trabajos pictóricos de uno y otro lado del
Atlántico.
En la
obra actual de estos 20 Pintores unidos
por la Acuarela encontramos esa transparencia y luminosidad requeridas.
Belleza en definitiva, con toda la carga que esta palabra encierra. El escritor
austriaco Thomas Bernhard decía que “la belleza sobrecoge y paraliza”, mientras
que la poeta Margarita Larramendi habla en uno de sus versos del “venenoso
dolor de la belleza”.
Como
bien nos recuerda, el profesor Félix
Ruiz de la Puerta: “La aventura del conocimiento comenzó con los griegos, un
pueblo inquieto que se sintió seducido por las ideas de verdad y de
belleza”. El arte de la acuarela nos ha
proporcionado hitos y cumbres de conocimiento y belleza. Una buena razón
poética”.
Museo Nave de Motores del Medro de Madrid
c/ Valderribas, 49
Madrid
(Metro Pacífico)
Pablo Reviriego ante el Guggenheim
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