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L.M.A.
Fotos: Maica Noïs
Madrid, 11.05.17 .-Se ha presentado en Madrid PEOPLE II, la nueva serie del artista Jaume Estartús. Tras el éxito de la primera entrega, hace dos años, la Galería de Arte David Bardía presenta 72 nuevas obras y un importante libro - catálogo de 500 páginas con todas las obras de ambas series.
En PEOPLE II se recrean temas de otros tiempos o escenas
de ciudades como Venecia y Nueva York, entre otras. Todas ellas, con una
marcada estética fotográfica y la calidad de un artista que acumula más de 40
años de profesión.
Fotografía, cine, novela negra
La critica de
arte Julia Sáez-Angulo escribe en el catálogo: “La
fotografía, el cine, la novela negra, las imágenes de los medios de
comunicación, el comic, la ciudad, la vida… el pop, la cultura popular y la vida cotidiana
nutren buena parte de la iconografía de People
II (2016-2017), la reciente serie
pictórica del artista Jaume Mestres Estartús, segunda parte de la
llevada a cabo dos años antes bajo el título de People. Pintura voluntariamente figurativa, narrativa, buena parte
en blanco y negro con acentos de color, formatos no excesivamente grandes
–salvo excepciones-, como si de algún modo los cuadros quisieran acercarse a la
estética de la fotografía, de las viñetas, o de las postales.
Se percibe que el
pintor disfruta de veras con lo que hace, que le gusta contar y decir con la
imagen pintada, aunque sin el bocadillo de letras o la presencia de las
palabras. Se ha entusiasmado con este saber hacer y lo prolonga en una segunda
parte con maestía. El autor está apasionado con esta nueva etapa de su pintura,
bien aceptada por los coleccionistas en su primera parte y que continúa con un
nuevo quiebro y una renovada serie de cuadros. Imágenes que nos harán disfrutar
de nuevo la opción por el tema, por el argumento abierto, por la calidad de su
dibujo, la untuosidad de su pintura y la elección del blanco y negro con presencias
cromáticas, que subrayan, además de añadir un toque misterioso que retrotrae, en
parte, al perfume evocador de cierto pasado. La estética de la antigua
ilustración o de las cartas postales acuareladas o retocadas a mano.
En suma, Estartús es
un gozoso retro-moderno, que sabe reinventarse en cada muestra expositiva para
disfrute, no solo de sus coleccionistas, sino de los visitantes y espectadores de
su exposición. La muestra de sus cuadros en Madrid tiene un punto de
“acontecimiento pictórico”, entre una buena pléyade de seguidores que abarrotan
con su presencia la inauguración –siempre con puntos rojos junto a las obras- y
en los días sucesivos para revisitar y recrearse con calma en la belleza y
sugerencia de sus recientes creaciones. También para sonreír.
El pintor ha querido
hundir su mirada en algunos relatos cotidianos de una vida social, vista de
modo trasversal, y los ha traducido al arte de la crónica o del pop, esa
iconografía de masas que nos viene principalmente de la vida cotidiana, la publicidad,
la televisión o el comic. Así, lo mismo vemos una madre con buena espetera
mirando por un catalejo que sujeta un niño pequeño o a un caballero encorbatado
que avanza peligrosamente hacia las piernas de una muchacha y ella le sujeta la
frente con su pie, en una actuación entre pícara y lúdica. Algo similar podría
decirse de las piezas “Picardía infantil” o “La merienda”, donde tres muchachas
sentadas dejan ver sus bragas o “Paraguas rojo”, donde una mujer minifaldera
pasea erguida por la ciudad.
Hay un punto de humor
y picardía en estas escenas recreadas por el pintor Estartús. Los glúteos de
las mujeres en pompa reaparecen en sus cuadros. A veces se cuela cierto
voyeurismo en las imágenes, como cuando su mirada focaliza, entre otras figuras,
en una muchacha que avanza o hace cola frente a un mostrador. El pintor se
detiene en las piernas de la joven embutidas en vaqueros azules y sandalias
beige y blancas de alto tacón. El título del cuadro: “Vaqueros y tacones”. El
cineasta Luis García-Berlanga contaba en una entrevista que nunca vio mayor
erotismo en una mujer, que en aquella que agitaba su sandalia y su pie,
mientras ambos –ella y él- esperaban en la sala de un aeropuerto. En algunos
cuadros de Estartús una adivina–también con imaginación calenturienta- la
mirada y la carcajada del sátiro juguetón que pinta. ¿O es solo un pretexto
para aplicar el color dentro del blanco y negro?
La música del cine y la novela negra nos
llegan, en otros cuadros, como en “Soledad” en el que aparece un bar alargado
–quizás un saloon- , con taburetes a
lo largo de la barra, y al fondo, una mujer que bebe y espera. Toda una
historia por fabular con onomástica precisa por ser inventada. “La partida” de
cartas es otra imagen que se alinea en este apartado de garitos, humo, apuestas
y conspiraciones de la novela negra. Mención aparte merecen sus picados cinematográficos como en la obra
denominada “Jaque”, todo un juego de cabezas, gorras y sombreros, donde el
protagonista central es el damero de ajedrez, en torno al cual giran los
jugadores y mirones.
La vida cotidiana
ofrece infinitas sensaciones y produce múltiples emociones; pareciera que el
pintor ha querido seleccionar y apresar las suyas con cámara oculta y lenta,
para mostrarlas de seguido al espectador en su pintura. Un juego de miradas
interpuestas, pasadas por el pigmento, el papel, el lienzo o la tabla. Aquí los
niños, a veces pilluelos, cobran protagonismo especial, que conformarían un friso
infantil particular dentro de People II. Al
igual que Murillo, Estartús recrea a los niños en el cuadro con tanto amor y
dedicación, como si fueran príncipes, sin perder el encanto de los pilluelos de
Poulbot en lo alto de Montmartre del XIX.
En ocasiones la
ternura es la que se apodera de la sensibilidad del artista y nos ofrece la secuencia
del tiempo en tres parejas cogidas de la mano que avanzan de espaldas, dos
niños, dos jóvenes y dos adultos. Quizás la misma pareja en la vida durante las
tres edades de las que nos hablan los clásicos. Un cuadro de concepto y gran
fuerza en las figuras y en el modo de presentarlas. Otras escenas conmovedoras
serían la del cuadro titulado “Triste Navidad”, en la más pura coda de un
cuento de Dickens o “El desayuno”. Curiosamente una de sus pinturas se titula
directamente “Ternura”.
Tauromaquia y paisajes de nieve
La tauromaquia es un género
artístico que está en la tradición de la pintura, con importantes intérpretes
como Goya, Carnicero, Benlliure o Picasso. Estartús ha querido sumarse a esta ilustre
saga con sus corridas o “sanfermines”.
Los paisajes de nieve
son otro capítulo singular de la serie People
II, ya muy aplaudido en People I. La
nieve se presta bien al blanco y negro, a los arrastres de materia en la
pincelada, del pigmento a la hora de dar realce o relieve. “Chamonix”, un buen
destino de nieve, de sky, de vacaciones invernales, buen pretexto para un
cuadro... Varias imágenes del invierno en “New York winter” pasan en un
secuencia sin solución de continuidad a la pintura de Estartús. Dan ganas de
parafrasear-en lo que a nieve se reviere- a Tracy Chevalier, cuando pone en
boca de Vermeer de Delft: “Hay muy poco blanco en la nubes; sin embargo la
gente dice que son blancas”, dirigido a “la joven de la perla”.
Venecia, la hermosa
ciudad del Adriático, es un topos en el arte, un lugar devorado por
los ojos de viajeros y pintores, una fuente inagotable de vedute… Estartús ha sucumbido a su seducción y se enlaza a la
cadena de visiones de la ciudad de los canales, junto a las de Canaleto,
Claudio de Lorena, Turner, Fortuny… El autor catalán lo hace con sus trazos, su
ortografía plástica, sus señas de identidad. Venecia en blanco y negro, tachonada
de color. Nunca morirá Venecia.
“Cola de pelotón” es
quizás el cuadro más colorista, con una gran visión de multitud y de conjunto,
siempre sobre blanco y negro como base. No es la primera vez que el pintor se
acerca al tema del deporte, también lo hizo en People I con cuadros como “Medio maratón Eje Cafetero Colombia” o
“New York maratón II”. El deporte forma parte de nuestra cultura o lo que es lo
mismo de nuestro modo de vivir. No resulta sin embargo tan frecuente en la
pintura. Este artista sí le ha prestado atención.
Estartús, pintor que
viene de la abstracción matérica en sus comienzos, nos señala que, al igual que
hizo con gusto aquella pintura informalista de gesto y trazo, con fuertes
collages, se solaza hoy en esta otra, hecha de formas, de dibujo preciso y
plasticidad cremosa en la pincelada. El arte es arte, por encima de los
estilos, la pintura es pintura más allá de corrientes o de modas, porque precisamente
el arte ha de trascender el tiempo y ser perdurable, testimonio del artista y de
su estilo puntual, del pintor y su manera de plasmar lo deseado, de la libertad
de elección y decisión del autor, que se plasma en cada cuadro y se comparte
con el receptor de la mirada.
Recapitulemos: People II una pintura figurativa amena, nunca
monocorde, con distintos temas, diversas narraciones y diferentes derivas. La
vida y la imaginación se alían, la tradición del arte y la modernidad se besan;
el ojo y la mano se coordinan. El artista y el pintor se funden.
Y dicho lo escrito
sobre el arte de Estartús o, más exactamente, sobre su pintura, a la crítica de
arte le gustaría compartir y debatir lo expuesto con otras miradas distintas,
de opinión diferente, en un debate abierto, a la italiana, es decir, dejando
siempre salida al otro, de coincidencias y discrepancias en la contemplación de
cada cuadro, en la apreciación individualizada de todos ellos. Entre tanto, el
pintor seguiría con su obra, fruto de su mirada lúdica, tierna, irónica,
pícara, erótica, filosófica… y, por encima de todo, pictórica”.
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