EN SAN JUAN DE PUERTO RICO, CUBA, Y REPUBLICA DOMINICANA.
Carmen
Valero
23.05.17 .- VITORIA .- Ha
fallecido María Teresa Elgarresta Larrañaga, nació en Villarreal de Urrechu (
Guipuzcoa) el día 1 de diciembre de 1923,
e ingresó en la Casa noviciado de las Hermanas Carmelitas de la Caridad de
Vitoria, el 25 de febrero de 1948. En la
misma casa, actual residencia de hermanas mayores, falleció el pasado día 14 de
mayo, rodeada del cariño y cuidado exquisito de la comunidad Vedruna .
La
familia, especialmente su cuñada Mari Carmen y sus sobrinos Maria Eugenia,
Maria Antonia y Felipe, se turnaban en visitas durante la semana, para que no
le faltase ese cariño, que siempre tuvo cerca y tanto le alegraba. Siguiendo las normas fundacionales de Santa Joaquina de
Vedruna, que quería que sus comunidades fuesen como una familia, ella lo puso
en práctica, y en los comienzos de los años setenta, las hermanas de las
comunidades de Norteamérica y El Caribe, hacían intercambios para conocerse.
Las personas que viajaban desde España u otros lugares, encontraban acogida en
esas comunidades familiares, y lo apreciaban
mucho. Su formación en enfermería y puericultura, contribuyeron a su
preocupación por los mas necesitados, especialmente por los niños y los mayores
en el carisma Vedruna de la sanidad y la educación.
Pidió ir a misiones, para lo que fue a
prepararse a Roma en la Institución Vedruna, con objeto de fundar casa en la
India, o en Pakistán, visado que no concedieron las autoridades asiáticas, y la
destinaron a Londres, junto a Pura Múgica y Mª Antonia Badía, donde abrieron
una casa residencia universitaria en el año 1957. Posteriormente inauguraron un
colegio católico parroquial en Stratford-on-Avon. Allí se prepararon en inglés,
obteniendo títulos en Oxford y Cambridge, para luego poder impartir clases a
los niños y a las residentes, que procedentes de los colegios de España,
obtenían sus certificados de estudios en inglés.
Eran unas auténticas emprendedoras, y la casa
de Londres, un espacio intercultural de formación, donde niñas y religiosas de
diversas nacionalidades (India, Japón, Italia, Venezuela, Guatemala, Nicaragua,
Chile, Estados Unidos y España), recibían el apoyo a todo el que llegaba al 12,
Lansdowne Rd., en Wimbledon, con posibilidades económicas o no, porque aparte
de las universitarias residentes, a las personas que carecían de medios
económicos suficientes, les buscaban trabajo como “Au-pair”, y así dieron
oportunidad a muchas personas sin medios económicos, y que hoy siguen
reconociendo esa dedicación de las Vedruna, al ser buenas conocedoras del
idioma inglés. Creó un espacio en los anexos de la casa, donde pusieron una cocina
salón de estar e iban a reunirse. Se celebraban misas en español e iban los que
carentes de familia, se pasaban las
tardes allí, para poderse hacer la comida, o quedar con las amigas en las jornadas de descanso, como lugar de
acogida, le preocupaba mucho la gente. Las fiestas de El Carmen y Santa
Joaquina se celebraban a bombo y platillo, en los jardines de la casa, se
hacían paellas y tortilla de patatas. Se reunían mas de cien personas.
Todas las hermanas Vedruna y alumnas que
pasaron por allí, lo recuerdan. Era la Inglaterra de los Beatles y Mary Quant,
donde se conocía el meridiano de Greenwich, y los grandes museos de Londres.
María Teresa Elgarresta facilitaba para la formación todas las cosas lógicas, y
creaba ambiente de familia, y lo transmitía con una inteligencia muy clara y
acogedora. Era facilitadora de la felicidad a los otros, y lo disfrutaba.
Cuando las hermanas Vedruna, viajaban de
Europa a América, o viceversa, las compañías aéreas permitían hacer una escala
en una capital europea, y para muchas hermanas de América del Norte y el
Caribe, era paso obligado Londres, donde aprendían inglés.
En el año 1968, la destinan a Washington,
como viceprovincial de América. Reside en la Casa Vedruna House, y empiezan a
trabajar en las parroquias, con los mas
pobres. Fundan la casa de atención a los “homeless” (los sin techo), los pobres que viven por la calle y vagan con
sus maletas, e iban a pernoctar a esta casa para estar resguardarlos de las
inclemencias del tiempo, como un refugio, donde dormían, se aseaban y desayunaban. Trabajaban en el Centro Católico dos hermanas ya fallecidas Amaya Duralde y Carmen Banegas, que recibieron un homenaje de reconocimiento cuando se jubilaron.
Reestructura las Vedrunas en América del Norte
Recibe el mandato de reestructurar las
fundaciones Vedruna de América del Norte, y cierra las casas de California, para reducir comunidades muy separadas por la
distancia kilométrica, y la falta de personal para atenderlas.
En el año 1970, la destinan a Puerto Rico, a
la Residencia universitaria de Rio Piedras, desde donde va a iniciar unos
cambios transcendentales para las hermanas de El Caribe: Republica Dominicana, Puerto Rico y Cuba. Lo impulsó el equipo
general de Catalina de la Serna, al que se incorporaron una portorriqueña,
Lutgarda Reyes y una española Pilar Torres, buenas conocedoras del lugar, que emprendieron
la creación de comunidades pequeñas en los barrios mas pobres, y donde mas necesidades habia. Empezaron a formar
comunidades con la gente que querían mucho a las hermanas, y nombraron en
Puerto Rico Ministra de la Eucaristía a Nieves de La Rubiera, cargo de la
Parroquia para ir a visitar enfermos y ancianos, y acompañar a los que no
tenían medios a los médicos. En Guaynabo fundaron el centro CREA, uno de los
primeros centros de atención a drogadictos y enfermos de sida, donde trabajó
mucho con ellos la hermana Amelia López, artista volcada en la formación de
estas personas, codirectora de la editorial Vedruna, con la hermana Lucia
Sagastasoloa.
En la República Dominicana, cierran la
Residencia universitaria y se instalan en los barrios mas pobres como Los
Guandules y Guachupita, en Santo Domingo, donde instalan una escuela en
colaboración con Fé y Alegria, llevan la Casa de Formación a Herrera, para
convivir con los mas necesitados. La Casa provincial se instala en un barrio
negro denominado Villa Mella, donde residían las españolas fundadoras, Catalina
Sanchez e Isabel Gómez, que fallecieron allí, trabajando hasta el final con la
gente, y atendidas por las hermanas dominicanas, en la enfermería de la casa.
En el año 1978, vuelven a destinarla a
Washington a Vedruna House, y en el año 1979 a Brooklyn, donde abren la casa de
Putnam Ave., en un barrio muy pobre Bet Stevenson, Un barrio lleno de latinos y
negros, de la parroquia de Good Councel. Abren otra comunidad en la casa parroquial en
Marcy Ave. y son también muy pobres predominando los hispanos y judios.
Colaboran también con la Parroquia de La Transfiguración, y nombran a
una Vedruna capellán del hospital Woodhod, del estado de Nueva York, dedicado a
los pobres.
En el año 1980, regresa a la Casa provincial
de Vitoria, y el año 1981, solicita atender a su hermano soltero Pedro,
imposibilitado, en Villarreal de Urretxu, sintiendo la necesidad de atenderle,
durante una temporada, hasta su fallecimiento, después de tantos años de
ausencia de España. Regresa a la Casa Provincial y atiende a las hermanas
mayores y enfermas. En el año 1989, la destinan a Pamplona, al barrio de la
Txantrea, una comunidad pequeña, donde colabora en la parroquia, visitando
enfermos y en las tareas que la encomendaban, y vive con la comunidad pobre
durante diez años. Disfrutaba mucho porque le gustaba cocinar, y se encargaba
en la casa de la cocina. El párroco de la Txantrea concelebró el funeral.
El año 1999, regresa a la enfermería de la
Casa Provincial, sintiéndose mayor, y creyendo siempre que iba a vivir muy poco,
desde que un médico en Londres, había dicho que tenía un corazón muy grande, y
que eso no era bueno. Solo acertó en que
tenía un corazón muy grande, donde le cabía todo el mundo que conocía, y lo
abrió a las hermanas facilitando nuevos
caminos de inserción con los mas pobres, siendo pionera en todo lo que hizo, y
que algunos consideraban demasiado avanzada, pero ella, fiel a su vocación y a
su relación con Dios supo hacerlo. Todo el trabajo de María Teresa Elgarresta,
era poner en práctica una teología muy avanzada en esos tiempos, y que ella
tuvo la visión suficiente, para ejecutar las decisiones, sin perder ni un ápice
de las bases comunitarias de la fundadora, y que hoy con el Papa Francisco,
están en plena vigencia. Pudo hacerlo y lo hizo.
A su funeral, asistieron muchas religiosas
Vedrunas, y las hermanas de su comunidad de mayores donde pasó los últimos
años, donde están atendidas como en la
mejor residencia de cinco o seis estrellas, si las hubiere como en los hoteles,
dando un testimonio continuo a los demás, al igual que lo hacen en las otras
casas de mayores, dedicadas a ello, Carabanchel, El Escorial, Valladolid,
Cádiz, León, Vinalesa y en la Casa Madre de V ic.
Las comunidades presentes en el acto, estaban
encabezadas por la Hermana Provincial de Europa, Narcisa Fiol, (Sisita).
Presidian los familiares de María Teresa, su cuñada Mari Carmen Cortaberría, y
sus hijos, además de sus sobrinos y primos.
El funeral se celebró en la capilla Gure Aita
(Padre nuestro), anexa a la Casa de las hermanas.
Dirigió la ceremonia Mª Paz Marroquí, acompañada
de una hermana de Norteamerica, que leyó las lecturas. Al final se leyó un
comunicado de las provincias de América, en el que evocaban el encuentro con
Dios. Decían: “!Como nos entendiste lo que queríamos con la inserción y lo
apoyaste!. Firmado: Las hermanas de El Caribe y América.”.
Al día siguiente sus cenizas fueron
depositadas en el cementerio de Santa
Isabel de Vitoria, en el panteón de las Hermanas Carmelitas de la Caridad,
presidido por el párroco Don Tomás Carbajo Pérez. A los cantos de alabanza de las hermanas en
el recorrido, se unieron los pájaros que no pararon de gorjear, como tanto a
ella le gustaba escucharlos bajo los tilos de su casa, mientras regaba las
flores del jardin.
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Todos los que te conocimos, damos gracias por
tantas cosas que nos diste de ejemplo y que nunca olvidaremos. Permanecerás en
nuestra memoria para siempre.
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