Julia Sáez-Angulo
15/08/17.-
TORRELODONES. Madrid .- Rafael Botí Torres, miembro de la Asociación Española
de Críticos de Arte, AECA, fue amigo, modelo, coleccionista y albacea del
pintor onubense Daniel Vázquez Díaz (1882 – 1969), al que elogia de continuo en
sus conversaciones como un gran artista español, el mejor pintor de su
generación y uno de los mejores de España, que ha dejado una importante saga de
discípulos de la que ya solo viven Rafael Canogar, Cristino de Vera y Agustín Ibarrola.
“Es
una pena que hoy no se hable ni se exponga la pintura de don Daniel como merece,
un pintor soberbio, que además de los bocetos, pinturas y frescos del
monasterio de la Rábida, nos dejó un legado abundante de unos cinco mil cuadros
y miles de dibujos, entre los que figura una rica galería de prohombres de su
tiempo”, dice Rafael Botí Torres (Madrid, 1930, cordobés de corazón).
“Todavía
gotean algunos dibujos de don Daniel por las subastas y yo, antes, me
apresuraba a adquirirlos, lo mismo que sus cuadros, si estaba a mi alcance”,
añade Botí, que ha llegado a coleccionar más de 160 obras del autor onubense,
de los que ha donado varios a distintas instituciones museísticas o culturales,
entre ellas al Museo Vázquez Díaz de Nerva, Huelva, (donación testamentaria de
bocetos y acuarelas para los frescos del Descubrimiento en La Rábida) y al
Museo Rafael Botí Gaitán (padre de Botí Torres), de la Diputación de Córdoba.
También vendió una galería de retratos en dibujo de don Daniel a la Fundación
Mapfre.
“Los
pintores necesitan buenos herederos, sobre todo inmediatos, para que siga vivo
el legado pictórico del artista y no es estoy muy seguro de que don Daniel haya
tenido suerte en esto”, se lamenta el crítico de arte, cuyos recuerdos se ponen
en pie al hablar del maestro:
“Era
un hombre muy generoso cuando exponían sus alumnos o discípulos: era el primero
que acudía y el último que se marchaba de la galería; era capaz de explicar elogiosamente la
exposición a aquellos que estimaba con posibilidades de adquirir obra, para que
el artista acabara vendiendo algún cuadro. Don Daniel me contaba que él se
fijaba sobre todo en los zapatos, sobre todo si eran de charol, para dirigirse
a esa persona y convencerle de que comprara un cuadro”.
“Sin
embargo en asuntos de desprenderse de dinero era tacaño. Ahorraba mucho y
adquirió diversos bienes patrimoniales, entre ellos terrenos cercanos a Madrid
en la carretera de La Coruña. No se gastaba un duro en sí mismo, ni en los
amigos. Cuando no
encontraba a nadie que le llevara de la galería de arte a su casa, me llamaba
por teléfono y me pedía: “Rafaelito, ¿vienes a buscarme?”. Sabía que yo iba
encantado a recogerlo en moto, porque lo apreciaba mucho”, cuenta Botí.
Los bocetos y frescos de La Rábida
Daniel
Vázquez Díaz y Rafael Botí Gaitán –padre de Rafael Botí Torres, coleccionista- eran
dos pintores que se apreciaban, admiraban y hablaban muy bien uno del otro. Don
Daniel tenía mucha confianza con nuestra familia y se permitía llamar por
teléfono a mi madre para preguntarle qué tenía para comer. A él le gustaban
mucho las patatas con carne que preparaba mi madre y se las hacía con mucho
gusto. Cuando venía a casa nos obsequiaba con una pequeña obra suya, así que he
de aclarar que en este campo era generoso con vosotros. Macarrón se quedaba
asombrado de que fuera obsequioso de su obra con nosotros, pues decía que no lo
hacía con nadie.
Rafael
Botí Torres, que posó con gusto para don Daniel como torero, cuenta que Vázquez
Díaz conocía bien a su vecina la actriz Carmen Ruiz Moragas, amante del rey
Alfonso XIII, y ella le consiguió un encuentro con el monarca en la Biblioteca
Nacional de España, momento que aprovechó el pintor para explicarle al rey su
exposición de pintura de los bocetos sobre el Descubrimiento para los frescos
de La Rábida y, a los pocos días, le llegó institucionalmente el encargo de
pintar la serie en el monasterio de La Rábida con una mínima subvención de cincuenta
mil pesetas. Pintó también un retrato del Alfonso XIII, que Botí donó a la Real
Academia de Bellas Artes de Córdoba.
“En
La Rábida, el pintor trabajó muchísimo, se alojaba en la casita del peón
caminero, un modesto espacio que le acondicionaron los frailes y no se gastó un
duro, porque comía todos los días con ellos y decía que muy bien. El resultado de
su trabajo fue magnífico. Yo coordiné la exposición sobre los bocetos de don
Daniel en La Rábida, que tuvo lugar en el Centro Cultural de la Villa en 1992,
comisariada por Luis González Robles”, explica Botí.
El
coleccionista de Vázquez Díaz tuvo en sus manos un retrato de Carmen Moragas
del pintor onubense, que regaló en su momento a un conocido madrileño. Hoy,
Botí conserva todavía una buena colección de obra de don Daniel, siempre
dispuesta a prestarla para exponer en instituciones. Entre los cuadros, el
soberbio retrato del poeta Adriano del Valle (1885 -1957), de la esposa danesa
del pintor, escultora, de la que también conserva alguna obra, así como un Toledo...
“Don
Daniel Vázquez Díaz fue un pintor extraordinario, un hombre muy inteligente y
una persona buenísima”, insiste Botí Torres. “Si se hubiera quedado en País
hubiera sido un monstruo reconocido de la pintura. En España también lo es,
pero no tan reconocido. La ventaja de que don Daniel viniera a España es que
enseñó a muchos discípulos a encontrar su camino, pues él nunca forzaba,
respetaba la libertad y orientaba al mismo tiempo. Todos sus discípulos lo
respetan muchísimo y no es para menos”.
Botí lamenta
que el Museo de Daniel Vázquez Díaz de Nerva no esté en el circuito de museos
bien comunicados. Este años se hizo una exposición de Vázquez Díaz y sus
discípulos en el Centro Cultural de Moncloa de Madrid, comisariada por Tomás
Paredes, presidente de AECA, entre los que figuraban José Caballero, Agustín
Ibarrola, Rafael Botín Gaitán, Santiago Pelegrín, Juan Antonio Morales, Luis
Caruncho, Daniel Clavo, Pablo Zelaya, Luis Caruncho… "Mi padre y Vázquez Díaz veraneaban en Fuenterrabía y pintaban muchas veces el mismo paisaje", cuenta Botí.
El mismo Botí donó al museo de Nerva una
pieza de Agustín Ibarrola, que compró a la nieta de Vázquez Díaz, Laura.
Más
información
www.rafaelboti.com
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