La exposición sobre el ingeniero y matemático podrá visitarse hasta el 6 de mayo en la BNE
L. M.A.
-8 de febrero de 2018- La
Biblioteca Nacional de España presenta desde el 8 de febrero hasta el 6 de mayo
Juanelo Turriano, genio del Renacimiento, una exposición
que, mediante la presentación de una de las figuras más emblemáticas del
panorama técnico-científico del Renacimiento, narra uno de los periodos de
mayor esplendor y riqueza de la historia de Cremona, su ciudad natal, así como
su apertura al mundo bajo el poder de Carlos V y Felipe II.
Juanelo
Turriano, nacido en 1500, fue relojero, ingeniero y matemático en la corte
española entre los años 1547 y 1585, año de su muerte en Toledo; cuatro décadas
en las que realizó en nuestro país los más increíbles ingenios mecánicos,
innovando en los ámbitos fundamentales de la investigación mecánica de la
época: las miniaturas, la automatización y la construcción de grandes máquinas
como el Artificio de Toledo.
La
muestra recorre la biografía del personaje mediante una selección de
documentos, libros y obras de arte de las principales instituciones cremonesas,
así como de la Biblioteca Nacional de España, que ilustran tanto su época en
Cremona como su época española y el contexto histórico general. Entre ellas
destaca un busto de Turriano en mármol, obra de Pompeo Leoni, procedente del
Museo de Santa Cruz de Toledo y recientemente restaurado por el Instituto de
Patrimonio Español (IPCE).
Entre
los primeros biógrafos de Turriano, está presente en la exposición, Marco
Girolamo Vida (1550), quien describe al relojero “con la cara, el cabello y la barba ennegrecidos y cubiertos de ceniza y sucio hollín, con las manos y sus
gruesos y enormes dedos siempre llenos de óxido, desgreñado e inadecuadamente
vestido”.
La ciudad del siglo XVI se presenta a través de la
obra de Antonio Campi, Cremona fedelissima città (1585), que presenta el mapa de la ciudad, así como sus más notables
monumentos, aportando el dato del número de habitantes de la ciudad (37.293) excluyendo a los menores de diez años.
Según Campi, el gentilhombre Giorgio Fondulo, médico y astrólogo, fue el mentor de
Turriano y quien le facilitó los primeros textos en latín, la lengua científica
de la época. De esta forma Juanelo, probablemente tan dotado para las
matemáticas como para el arte de la forja, adquiere un saber mixto que lo
aproxima a Arquímedes, uno de los más grandes modelos clásicos de la mecánica
en la doble vertiente teórica y experimental en la que se basa la ciencia
moderna. Entre los médicos de Cremona, y presente en
la exposición, Realdo Colombo,
discípulo de Andrea Vesalio, fundador de la anatomía moderna y médico de Corte
de Carlos V y Felipe II.
El también médico milanés, Girolamo Cardano, matemático y filósofo, en las
dos primeras ediciones de De Subtilitate libris XXI (1550 y 1554),
atribuye a Turriano la construcción de un instrumento
descrito por Vitruvio: una máquina de Ctesibio, o sea una bomba de dos pistones alternos que accionan válvulas en el interior
de dos cilindros. Otras de sus invenciones descritas por Cardano fueron un
candado con combinación de letras, un reloj de muelles sin cuerda y la
suspensión cardánica, aplicada tanto a una ingeniosa silla de manos para Carlos
V, aquejado de gota, como a una lámpara de aceite.
Otros inventos como la fresadora para cortar ruedas dentadas, sus relojes
planetarios o el Artificiode Toledo son fruto de un saber práctico y teórico de
alto nivel que sabía aplicar las más avanzadas conocimientos técnicos a problemas
planteados en términos matemáticos, geométricos y aritméticos.
En la corte española
La carrera de Turriano en la corte española sigue los pasos del Imperio:
sus grandes empresas no habrían sido posibles sin el mecenazgo de Carlos V
y Felipe II. La importancia del inventor
fue reconocida en vida con una medalla conmemorativa que se atribuye a
Jacometrezo, acuñada hacia 1550. Del año siguiente es otro de los documentos
que pueden verse en la exposición certificando otra de sus grandes obras: el privilegio
imperial
con el que Carlos V concede a Juanelo, “facile
princeps tra gli architetti d’orologi”, una pensión vitalicia de 100 escudos de oro
por la construcción de un reloj planetario como no se había visto otro con
anterioridad.
Entre las principales
fuentes impresas de época sobre Juanelo destaca Las
Antiguedades de las Ciudades de España (1575), de Ambrosio de
Morales, quien describe sus extraordinarias capacidades y sus excepcionales
creaciones. Resulta sin embargo curioso no hallar planos o dibujos del
Artificio en una colección de máquinas de corte como la descrita en los Los 21
libros de los Ingenios y de las Machinas, atribuido durante mucho
tiempo a Turriano, hoy a Lastanosa y que trata de ingeniería y arquitectura.
Gracias sin embargo a la fundación Juanelo Turriano se podrá ver un video en el
que se reconstruye en una animación en 3D el Artificio de Toledo en
funcionamiento.
La
Edad de los nuevos inventos
La Edad de lo nuevo, revisa el
contexto histórico con los Nova
Reperta, del noble florentino Luigi
Alamanni realizados por el flamenco Stradano, que ilustran los inventos
desconocidos por los antiguos romanos: el reloj, la imprenta, la brújula y la
ingeniería naval, así como máquinas para elevar las aguas y las gafas,
instrumentos todos del saber moderno. En 1543, annus
mirabilis del
proceso que lleva a la revolución científica vieron la luz la obra de
Copérnico, De revolutionibus orbium
coelestium, y De humani corporis fabrica de Vesalio. Dos globos de
Mercator procedentes de Cremona recuerdan el encuentro entre Mercator y
Juanelo.
La exposición
sitúa el inicio de una de las trayectorias profesionales más fascinantes
de la mecánica renacentista en su contexto histórico. La historia de un
individuo que hoy puede comprenderse mejor gracias a una serie de
descubrimientos documentales que permiten además describir toda una época. De
este modo, Juanelo será el guía que nos conduzca a través de un momento
crucial en la narración de los orígenes de la Modernidad: el momento
histórico que algunos, dejándose llevar por la retórica de la época,
denominaron Edad de lo Nuevo, situada
entre el Renacimiento y la Revolución científica.
El
itinerario explica cómo, no obstante su gran talento, el relojero de
Carlos V fue un producto de su tiempo y no un genio aislado, y se aclararán
las razones por las cuales su figura fue tan importante para sus contemporáneos
y lo es aún en la actualidad.
Juanelo
Turriano ha pasado a la historia como una de las figuras más emblemáticas y
excepcionales del panorama tecnocientífico de la Europa renacentista, pues
encarna el modelo del artesano vitruviano que aúna talento, capacidad y
conocimiento técnicos. Por otro lado, destacó no sólo como inventor, sino
también como modelo social.
La exposición se
complementa con distintas actividades, entre ellas talleres escolares y
familiares y una mesa redonda organizada por la Fundación Juanelo Turriano.
Juanelo Turriano
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