Discos de diversos tamaños, colores y hasta formas se
encuentran en la colección
L.M.A.
-10 de agosto de 2018- La Biblioteca Nacional de
España conserva en sus fondos una de las colecciones más grandes de discos de
vinilo del país, que cuenta aproximadamente con
300.000 grabaciones en este formato. Parte de esta colección está aún sin
catalogar, pero hacerlo es uno de los objetivos prioritarios del Servicio de
Registros sonoros de la Biblioteca. Los orígenes de esta colección se remontan
a 1958, cuando la publicación de la Ley de Depósito Legal estableció la
obligación de depositar en la BNE al menos una copia de cada grabación sonora
que se publicase.
El disco de vinilo apareció a mediados de los
cincuenta del siglo pasado, y gracias a las propiedades del material con el que
se fabricaba consiguió desplazar rápidamente a su antecesor: el disco de 78
revoluciones por minuto o “disco de pizarra”. A pesar del retroceso que
experimentaron con la aparición de otros formatos como el casete y
especialmente el CD, se han seguido vendiendo vinilos, e incluso otros formatos
más modernos han imitado el aspecto de estos discos.
Así lo hace Imbècil, primer trabajo discográfico del grupo Prozak Soup, que
se encuentra disponible en la BNE. Esta obra se comercializa en una memoria USB
cuya funda imita en proporción y forma a las carpetas en las que se introducían
los vinilos.
El aspecto de estos discos no siempre se ha
limitado al clásico formato circular de color negro, sino que hay una gran
diversidad de tamaños, colores o formas que puede adoptar este soporte. La
dimensión del vinilo determina su duración, siendo las medidas más habituales
el de 30 centímetros para álbumes y el de 18 para sencillos. Sin embargo, se encuentran discos
con tamaños desde los 5 a los 50 cm.
Respecto al color de los vinilos, pese al predominio
del negro, existen de todos los colores. Dentro de los fondos de la BNE hay
algunas piezas que huyen de la monocromía negra como por ejemplo el LP Gold
EP de Jerry Daley, que es totalmente blanco o la caja recopilatorio Grandes
éxitos, pequeños desastres de
Dani Martín, que incluye discos de color verde, blanco, negro,
rojo y naranja. Sangre, sudor y laGrima, el primer LP del grupo Los Wallas, es completamente morado y la reedición
en 2016 del álbum Tormentas imaginarias de la banda granadina 091 se hizo en color naranja.
Además, existen discos que muestran imágenes
directamente sobre el vinilo: los discos ilustrados. Un ejemplo de este formato
son las ediciones infantiles que incluían dibujos sobre su superficie y un
carrusel de espejos que al ponerse sobre el vinilo en movimiento reflejaban las
imágenes produciendo un efecto óptico. Aunque no se conserva el carrusel de
espejos, en la Biblioteca Nacional podemos encontrar algunas de estas curiosas
obras, como Pecho tabla: el feroz guerrero, que data de 1961.
Tampoco la forma de los vinilos es siempre
circular. Hay discos de diversas formas: siluetas, triángulos, estrellas… Este
sería el caso de las postales sonoras, de forma cuadrada o rectangular. Estas tarjetas, que
llevaban insertadas un pequeño disco podían registrar grabaciones musicales,
pero también mensajes de voz.
La carpeta que protege a los discos de vinilo es la
parte más visual del mismo y posee un gran tamaño, por lo que su aspecto
estético ha sido siempre muy cuidado. Existen ilustraciones de portadas que se
han convertido en sello de identidad de sus grupos. Un ejemplo de ello es la
ilustración del álbum de Pink Floyd The dark side of the moon, fácilmente
reconocible como logo de la banda en muchos artículos de promoción.
En la colección de vinilos de la Biblioteca
Nacional no se conserva sólo música, sino también programas de radio, grabaciones
de obras infantiles o voces de poetas como Neruda recitando
sus composiciones. El archivo de la palabra es el encargado de
gestionar y difundir estos documentos que recogen la voz hablada.
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