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Manuel Quiroga
10.04.19 .- Ante la publicación del
poemario “Rúas (Respirando Lisboa)”, editado por El Búho Búcaro Ediciones
(Madrid 2018) como 9º título de “Plaquette Poesía” nos permitimos unas palabras
de acompañamiento.
Al igual que el
personaje que interpreta Rudiger Vogler en Historias
de Lisboa (1994, dir: Win Wenders), en
el presente volumen, los poemas buscan captar el ritmo de una ciudad como
Lisboa, donde la presencia de su máximo poeta, Fernando Pessoa, se siente en la
sinfonía de las calles, los edificios, la gente que la habita.
Manuel Quiroga Clérigo
se nos presenta como un viajero que abraza la ciudad de Pessoa, la ciudad del
Tabucchi de Sostiene Pereira,
la ciudad se escucha como una suave letanía que le canta a ese pintoresquismo
que está en el arte y en el mar, tal como los conciben los portugueses y como
los interpreta el poeta español.
Observar es detenerse,
aún en “El viaje”, el poético y el vital. Ahondar en la palabra, en el verso,
es reformular lo cotidiano a partir de la perspectiva de la creación, que nunca
es una, que son varias, pero que acaba siendo una única y grande concepción del
mundo por parte de quien nos sueña (por recordar a Jorge Luis Borges y mitad
citarlo, mitad parafrasearlo).
El poema que abre la
posibilidad de transitar por estas “rúas”es el resultado de la mirada poética
del viajero, del peregrino, del caminante, la del enamorado de un entorno que
“Prosigue por el recorrido sin prisa ni regalo/esperando el abrazo de todas las
caricias”, una vez que ese instante de observar, de ahondar, quedó no en el
pasado sino plasmado en la expresión creadora.
Este tan singular
“viaje” obra, además, como pórtico que se abre al transitar poético de un autor
que, más que simplemente visitar las calles, las rúas
de una determinada ciudad, las incorpora para siempre a su muy particular y
expresiva forma de interpretar el exterior e interior de su íntima condición
humana: “Unas aves nerviosas de algodón deslizante/se elevan por la orilla
hacia un azul de ausencias./El mundo reducido a todas las distancias/de los
atardeceres (…)”. (“Instantánea Lisboa”); “(…) en Rúa Augusta escuchar algún
fado”. (“En los días del sol”).
“Ver la ciudad” es un poema, pero también es la posibilidad
de volver a su habitante ´poeta´ que la confirma, como el Kavafis de Alejandría
para el Durrell de ese Cuarteto de
Alejandría que en la figura de Darley evoca al poeta
griego nacido en Egipto. En Rúas se
trata de un poeta español que, recorriendo Lisboa, vuelve a recorrer la poética
de un Pessoa antes leído y ahora vivido y a la vez evocado por andar la ciudad,
por andar los versos (antes los ajenos; ahora los propios): “Las fachadas del
cielo, las esquinas de mármol/(…)/con la calma consciente de las
eternidades/(…)/´Otra vez te reveo Lisboa, Tajo y todo´/dijo una vez, un día,
don Fernando Pessoa”.
Así el poeta Quiroga
Clérigo sale a la busca del poeta Pessoa a través de la ciudad que este
celebró; que celebró en versos que ahora,
los del autor de “La noche y tras la noche” pueden “responder”; a los que apela
Quiroga Clérigo, confirmando lo que Juan Loveluck expresa en Novelistas
hispanoamericanos de hoy (Taurus, Madrid 1976),
relativo a que muchas veces el libro de un autor surge como “respuesta” al
libro de otro autor: “La ciudad del poeta, inusitada,/inicia los fragores del
comercio,/el estruendo total de las sirenas,/el frágil devaneo de los
barcos,/los graves despilfarros de motores,/el olímpico fluir de las
banderas./Salimos de la calle tan unánimes/buscando la belleza y sus
afluentes/con el fresco tesón de la mañana”.
Fernando Pessoa es una
constante en esta celebración que hace Quiroga Clérigo de Lisboa: “Por la
necesidad de mi ciudad yo luchaba y perecía”, escribe el poeta portugués y es
citado por el español. Así entonces, la atracción por la ciudad cobra una mayor
fuerza al emanar, en parte, de la obra de su ilustra habitante, presente en los
libros pero también en las calles, los edificios y los misterios: “Recorremos ahora la ciudad con sus
galas/buscando los secretos de antiguas leyendas/las historias de amor, el
lugar de los pájaros,/las rúas rumorosas que habitaron poetas”.
(“Observación”).
Y esos misterios son los
que siguen atrayendo y atraen a nuevos visitantes, a nuevos lectores, a nuevos
poetas que, como el autor de “Rúas (Respirando Lisboa”- Manuel Quiroga
Clérigo-, renuevan en la expresión creadora esa gran Tradición literaria que
permite extraer para lo imperecedero en la palabra bien escrita, la esencia de
los seres, sus entornos, sus circunstancias, sus realidades, sus sueños y sus
fantasías: todo eso y mucho más, con lo que se elabora esa poesía que surge
para quedarse, como estas rúas cuyos poemas nos invitan a transitarlas.
Guillermo Lopetegui
Premio Nacional de
Literatura 2016, Uruguay
San Sebastián de los
Reyes, Junio de 2018
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