L.M.A.
19/1/20.- Madrid.- Julia Sáez-Angulo
envió al escritor argentino Roberto Alifano, que trabajo con Borges, el artículo
de Loreto Sánchez Seoane en El
Independiente, titulado “Borges, el escritor que perdió el Premio Nobel por apoyar una dictadura”,
artículo publicado el 19 de enero de 2020. La respuesta de Alifano fue la
siguiente:
Respuesta de Roberto Alifano:
Querida Julia. No es tan así.
Si hay alguien que conoce
del tema -y por experiencia propia- soy yo.
Borges nunca apoyó a Videla
y siempre estuvo en contra de la dictadura; firmó, además, manifiestos en
contra de ella.
Te cuento en detalle lo que
sucedió:
La Universidad de Santa
María de Valparaíso le otorgó un doctorado honoris causa.
Cuando él me contó, yo le
aconsejé no ir a recibirlo; en todo caso que vengan a Buenos Aires y se lo den
aquí.
Pero la señorita María Kodama,
insistió en que debía viajar. En cuanto estuvo allí Pinochet aprovechó para
condecorarlo.
Fue casi un escándalo y es
verdad, le costó el Premio Nobel.
Por otro lado, el
secretario de la Academia, el doctor Artur Lundqvist, le tenía antipatía a
Borges. Yo lo oí decir, en un almuerzo que tuvimos en la casa de Camilo José
Cela, que, mientras él fuera secretario de la Academia iba a impedir que le
otorgaran ese premio a Borges.
Éramos cinco o seis en la
mesa y, como puedes suponer, yo lo discutí, pero hasta el mismo Camilo estuvo a
favor de Lundqvist.
Modestamente yo tenía razón,
fue el disparate más grande de la Academia.
1 comentario:
Borges es uno de los más grandes talentos de la Historia de la Literatura universal. Y pasará a la Historia como tal, con Nobel o sin Nobel. Muchos premios Nobel no le han llegado ni a la suela del zapato. Pero los premios, casi todos los premios, tienen su parte política, de amistades, relaciones, intereses editoriales... mucha basurilla que el mundillo literario actual almacena. Alifano cuenta la verdad. Fue, sin duda, un error de Borges, un mal cálculo. Él era un espíritu independiente, tanto, que fue un gran detractor del peronismo y de todos los ismos. Y es que, cuando alguien tiene ideas, las ideologías suelen jugar poco papel.
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