sábado, 9 de mayo de 2020

Obituario. ALFONSO LÓPEZ GRADOLÍ

Alfonso López Gradolí

por Tomás Paredes

            9/5/20 .- Madrid .- El poeta Antonio Leyva me anuncia el día 6 de mayo la muerte de Alfonso López Gradolí. Sufrió un infarto que no pudo superar. Alfonso López Gradolí (Valencia1943-Madrid 2020), se licenció en Derecho en la Universidad de Valencia y luego vino a Madrid, fue funcionario público, escritor prolífico muy premiado y collagista.
Su faz aniñada, su semblante bonachón, su trato afable, su manifiesta sensibilidad dibujaban un ser empático, campechano, intimista, bueno, diáfano. Buscó la luz como lugar, pintó, hizo collages muy coloristas y algunos libros memorables. En alguna ocasión al anunciarse por teléfono, su interlocutor entendió su apellido como “un señor de Valladolid” y así, cada vez que me telefoneaba, al preguntar de parte de quién, el respondía: “un señor de Valladolid”.
Frecuentaba la galería Orfila, allí presentó alguno de sus libros y participó en varias de poemarios ajenos, recitales y ciclos de lectura. Allí llevaba una cartera repleta de libros, que iba repartiendo entre amigos y gustadores. Casi nunca suyos, de autores varios. Era como aquellos antiguos viajantes sin prisa que siempre portaban en su maletita algo para regalar.
Era poeta y prefería el verso, pero también publicó en prosa libros deliciosos como: Guía secreta de Valencia, Diccionario otro de lugares comunes, Palabras sobre trazos y colores, y textos para artistas plásticos. Es verdad que es un poeta mediterráneo, de la luz, pero, desde mi óptica, su importancia está en relación a la poesía visual española, experimental, siendo autor de un libro mítico: Quizá Brigitte Bardot venga a tomar una copa esta noche, 1971, y de varias antologías y ensayos sobre la poesía visual y experimental, editados por Calambur.
Su primer libro, El sabor del sol, lo prologó José Hierro; su segundo, Los instantes, Claudio Rodríguez. Su poesía se fue sajelando, no purificando, sino librándose de purismos, de metáforas, de palabras complejas, de hermetismos, hasta quedar en estructuras de sencillez y nítida percepción: Una muchacha rodeada de espigas, Las señales del fuego, Los signos de la soledad, La luz más pura, Las profundas aguas...
Jaime Siles, crítico de abolengo, lo sitúa en la generación del cincuenta, no me lo parece. Y dice que su mejor libro es Las señales del tiempo, para mí que ninguno resistirá el paso del tiempo como Quizá Brigitte Bardot...Lo que cuenta de su espera a la entrevista con la diva resulta de una ternura infinita. Es su libro más redondo, histórico, natural, ambicioso, logrado, pionero. Ahí rompe con la mediocridad ambiente.
Conquistó galardones adunia, ninguno que le pusiera en pinganitos, ninguno que igualara su bonhomía, su ductilidad, su transparencia, era como un orondo vaso de agua clara. Hace poco me dijo que le hiciera una lista con los libros suyos que no tenía, pero se me adelantó la parca, que le arrebató la vida, con lujuria, pero no podrá silenciar su nombre, ni el de QB.
Poemas suyos han sido traducidos al italiano, inglés, francés, valenciano. Hizo vanguardia, no pastiche, cuando las vanguardias ya son históricas. Pintó, fue retratado por Paco Nieva, poemizó la pintura, homenajeó a los poetas de su preferencia: Dylan Thomas, Guillén...Supo ver la grandeza poética de Azorín, atravesó la belleza con un yagatán de seda porque conocía la danza giróvaga de los sueños. Nefelibata, sensitivo, secluso, mollar ¡Ad augusta per angusta!


                                                                                                                  

6 comentarios:

Emilio Porta dijo...

Aunque hacia años que nos veíamos, Alfonso fue el primero que me abrió los ojos a nuevos conceptos poéticos, hace ya tiempo, cuando él era un maestro y yo un aprendiz... DEP, querido y nunca olvidado amigo, uno de los últimos innovadores y un gran tipo. Escritor redondo como señala el obituario, original y más amigo de la verdad que de los fuegos fatuos y eso que nunca le faltó la chispa en su vida y en su obra.

Emilio Porta dijo...

Quería decir que hacía años que no nos veíamos... Pero Alfonso era una persona difícil de olvidar.

Juana Mari Herce dijo...

No conocía a este escritor y me gustaría mucho conseguir el libro" Quizá Brigitt Bardot venga a tomar una copa esta noche" si algún lector de La Mirada sabe donde lo puedo conseguir le estaría muy agradecida si lo comentará por aquí.Por otro lado expresar mi más sentido pésame a los familiares y amigos del escritor Alfonso López Gradoli.D.E.P.

Enrique Gracia Trinidad dijo...

Mi mejor recuerdo para el amigo de hace tantos años, aunque últimamente nos veíamos poco. Siempre lo valoré mucho.

Enrique Gracia Trinidad dijo...

Para Juana María Herce.
Yo tenía ese curioso libro, pero hace muchos años que se extravió (debí dejárselo a alguien). Hace un año lo volví a pedir creo que fue en Amazon.

Juana Mari Herce dijo...

Gracias Enrique,mire en Amazon pero no tienen el libro disponible,lo encargaré en mi librería habitual,a ver si hay suerte y lo encuentro
Un saludo desde Benalmádena.