viernes, 17 de junio de 2022

"El caballo ciego", espléndida novela de Kay Boyle, edita por Muñeca Infinita


Kay Boyle, escritora


L.M.A.

    17/6/22 .- Madrid.- Traducida por Margarita Palmer, esta novela corta -amena y bien escrita- retrata a una familia en 1938. A una joven, casi en el momento de convertirse en adulta, le regalan un caballo castrado y repentinamente ciego. La madre está decidida a sacrificarlo; su hija, a salvarlo. El caballo es el significante central en una lucha triangular y casi freudiana entre un padre, artista fracasado y alcohólico, una madre castradora y pragmática, y una hija que busca su independencia, pero no puede permitírsela.

    Una ficción de la familia como campo de batalla, en la que todas las conversaciones transcurren en un campo de minas. Una brillante combinación de observaciones agudas, tensión in crescendo y conciencia moral: sencilla en la superficie y compleja en el fondo.

La autora, que rehuyó ser adscrita a la Generación Perdida, es una de las escritoras subestimadas del siglo XX, comparable sin embargo por su elaborada prosa a Virginia Woolf, James Joyce y William Faulkner.

KAY BOYLE (1902 - 1992) fue una novelista, cuentista, educadora y activista política estadounidense que vivió muchos años en Europa. Al regresar a su país, fue víctima del macartismo y perdió su corresponsalía para The New Yorker. En 1963, Boyle se convirtió en profesora de Escritura Creativa en la Universidad Estatal de San Francisco; por su defensa de los derechos civiles, fue detenida dos veces y encarcelada.

Miembro de la Academia Americana de las Artes y las Letras, recibió dos premios O. Henry, dos becas Guggenheim y la del Fondo Nacional de las Artes. Publicó más de cuarenta libros, entre ellos catorce novelas, ocho volúmenes de poesía, once colecciones de relatos, tres libros infantiles y varias traducciones. Murió en una comunidad de jubilados de California en 1992.

1 comentario:

Inmaculada de la Fuente dijo...

Muy oportuna esta recuperación de Kay Boyle, una autora a descubrir o a releer.
Inmaculada de la Fuente