viernes, 10 de marzo de 2023

REAL ACADEMIA ESPAÑOLA. Sobre la tilde en “solo”


Foto: Fundeu





L.M.A.

        9 de marzo de 2023.- Madrid.- El director de la Real Academia Española (RAE), Santiago Muñoz Machado, ha ofrecido unas declaraciones tras el pleno de esta tarde ante el interés suscitado por la decisión que tomó el jueves 2 de marzo la Academia sobre la tilde en solo. Se acordó añadir a la redacción actual de la regla el inciso «a juicio del que escribe».

 Se trata de un cambio de redacción de la norma que la hace más clara. Se publicará en la nueva edición del Diccionario panhispánico de dudas (DPD), que se presentará en el Congreso Internacional de la Lengua Española (CILE) de Cádiz, el próximo 29 de marzo.

 Al inicio del pleno de hoy, se ha leído el acta de la sesión anterior y los académicos han hecho sus comentarios y observaciones ante la cuestión planteada. Como conclusión, el acuerdo ha sido ratificado sin modificación.

 LA TILDE DIACRÍTICA

 La RAE viene refiriéndose a la tilde diacrítica desde sus primeras ortografías. Primero en monosílabos como dé/de, sé/se, sí/si, mí/mi… y más tarde en bisílabos tónicos y átonos como dónde/donde, cuándo/cuando, cómo/como, etc.

 Entre 1870 y 1880 se utilizó este rasgo para diferenciar el adverbio solo del adjetivo solo, así como los pronombres demostrativos este, ese, aquel de los determinantes que tienen la misma forma.

 La RAE y la ASALE, que tienen la obligación de introducir coherencia en la ortografía, han buscado soluciones equilibradas. Así vienen haciendo desde siempre. En la Ortografía de 2010 y en obras posteriores se determina la norma siguiente: escribir sin acento el adjetivo solo y los determinantes demostrativos (como siempre), a la vez que se permite escribir sin tilde el adverbio solo y los pronombres demostrativos este, ese, aquel incluso en casos de posible ambigüedad.

 Para la reedición del Diccionario panhispánico de dudas se propone una redacción más explícita, pero que mantiene la norma de la Ortografía de la lengua española (2010):

 a) Es obligatorio escribir sin tilde el adverbio solo en contextos donde su empleo no entrañe riesgo de ambigüedad.

b) Es optativo tildar el adverbio solo en contextos donde, a juicio del que escribe, su uso entrañe riesgo de ambigüedad.

 a) Es obligatorio escribir sin tilde los demostrativos este, ese, aquel (y sus femeninos y plurales) en contextos donde su uso no entrañe riesgo de ambigüedad.

b) Es optativo tildar los usos pronominales de los demostrativos este, ese, aquel (y sus femeninos y plurales) en enunciados donde, a juicio de quien escribe, su empleo entrañe riesgo de ambigüedad.

1 comentario:

Carlos Uralde dijo...

Yo estoy a favor de mantener las tildes en aquellas palabras con doble significado (adverbios, demostrativos… etc.), pues los signos gramaticales nos permiten interpretar la literalidad del texto, y la intencionalidad que el autor decida dar a “sus” mensajes y narraciones. Es una ventaja para el lector (especialmente locutores, presentadores, actores, narradores…), que nos permite comprender el contexto global de una frase, de un párrafo, o de cualquier tipo de parlamento, e interiorizar implícitamente la comunicación entre el emisor y el receptor. Creo que es una cualidad que perfecciona la relación entre comunicantes, y que, –como tal– representa una riqueza de nuestro idioma (y del francés), que no posee la lengua inglesa.

En cualquier caso, y aparte de tecnicismos, creo que todo esto forma parte del proyecto post-humanista (NOM-Agenda 2030), de imponer una nueva “civilización”, que ya podemos percibir en la sistemática destrucción de nuestras “señas de identidad”, tales como nuestra cultura, en la que la lengua es una pieza básica y fundamental (eliminación de formas de respeto hacia prójimos desconocidos, con implantación del “tuteo” –es otro ejemplo–)

Para plantar un árbol nuevo, hay que retirar antes el que en ese mismo lugar sigue existiendo, bien sea a hachazos, bien fuere, contaminando sus raíces.

El próximo paso será la eliminación de la “Ñ”.

Carlos Uralde