L.M.A.
15/2/24 .- Madrid .- David Toscana, es el ganador de la V Bienal de Novela Vargas Llosa, con su novela “Santa María del Circo”, publicada por la editorial Candaya. “Creo que David Toscana ha escrito una de las mejores novelas del idioma” ha dicho de ella Mario Vargas Llosa. “Lo que está en juego en este texto notable es el humor. Un humor extraño e incandescente. En lo más profundo de las tragedias que viven los personajes, hay siempre una luz a la que pueden aferrarse”
Santa María del Circo es la segunda novela del escritor mexicano David Toscana, recientemente reconocido con el V Premio Bienal Vargas Llosa por su novela más reciente, El peso de vivir en la tierra. Se trata de un cúmulo de relatos entrecruzados donde el contexto del circo da pie a una crítica ácida sobre la sociedad, la condición humana, la belleza, la injusticia y la sensación de ser diferente a los demás.
Como en toda la obra de David Toscana, el sentido del humor, oscuro, doliente, lacerante, es uno de los elementos más destacables de Santa María del Circo: un humor irreverente, que opera sin miedo ni piedad, que se propone casi como un modo de análisis de la vida de los personajes y que nos ofrece, en esta novela, una mirada clínica sobre una realidad desquiciada.
Los entrañables personajes que recorren las páginas de esta novela encarnan, como en una ficción dentro de la ficción, una serie de arquetipos donde vemos, como en un juego de espejos, los comportamientos más intensos de la decadencia, el delirio, la locura y el absurdo de la sociedad. La abyección de algunos contrasta con la vulnerabilidad de otros; la inocencia se enfrenta a la avaricia; el incesante deseo de búsqueda de sentido se contrapone al desasosiego y el abandono.
Uno de los temas primordiales de Santa María del Circo es el deterioro, la decadencia, tanto de las estructuras sociales y de los vínculos, como de la identidad y del cuerpo: en los monólogos en los que algunos de los personajes cuentan su historia, podemos ver cómo el cuerpo juega un papel fundamental en la construcción del relato, así como en la crítica a los cánones estéticos y las normatividades del mundo más superficial del consumo.
Las historias de Santa María del Circo son también un alegato sobre la crueldad: la crueldad entre los personajes, la del espacio (desolado, desértico, infértil), la crueldad con los animales y contra todo aquello que es diferente. Sin embargo, se atisba un rastro de esperanza: la reconciliación, el perdón, el deseo, la ilusión que representa el espectáculo circense como una manera de romper los límites de la penosa realidad al menos durante unos momentos.
Santa María del Circo es también el relato de un delirio colectivo: cuando los hermanos que regentan el circo se pelean y se separan, algunos de los artistas descubren, en su peregrinaje, un pueblo abandonado. Ahí edifican un remedo de sociedad sin cuestionarse, abandonándose al destino, dejándose llevar por los papeles que el azar les impone y transgrediendo todos los límites, lo que nos recuerda al famoso experimento psicológico que en 1971 llevó a cabo Philip Zimbardo en la Universidad de Stamford en torno a una cárcel ficticia.
Encontramos en esta novela una crítica a los estereotipos y a la simplificación del lugar de cada persona en el mundo: David Toscana apuesta por profundizar en la psique individual, por reconocer las diferencias y los anhelos, por complejizar las personalidades y encontrar, en la hondura, el sentido de la existencia.
Santa María del Circo nos permite adentrarnos en la obra narrativa y en el imaginario de uno de los escritores más reconocidos del panorama literario de habla hispana, y puede atraer tanto a lectores que ya conocen el trabajo del escritor mexicano como a los que se interesan por la literatura hispanoamericana en general. Además, podemos acercarnos al circo como a un personaje más: relatos, artistas, acontecimientos que han trascendido, a lo largo de los siglos, la historia del circo como un espectáculo que refleja en sus entrañas el arrojo, el miedo, el engaño, el ingenio y la compasión de la sociedad como un divertimento.
David Toscana (Monterrey, México, 1961). Se graduó como Ingeniero Industrial y de Sistemas. Formó parte del International Writers Program, en la Universidad de Iowa, y del Berliner Künstlerprogramm.
Es autor de Estación Tula (1995), Lontananza (1997), Santa María del Circo (1998), Duelo por Miguel Pruneda (2002), El último lector (2004, premios Antonin Artaud, Bellas Artes de Narrativa y José Fuentes Mares), El ejército iluminado (2006, Premio Casa de las Américas José María Arguedas), Los puentes de Königsberg (2009), La ciudad que el diablo se llevó (2012), Evangelia (2016) y Olegaroy (2017, premios Xavier Villaurrutia y Elena Poniatowska).
Su obra se ha traducido a quince idiomas.
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