• La exposición reúne todo el corpus que Chirino dedicó a la música, un total de 19 esculturas, medallas y dibujos, hasta completar un total de casi 50 piezas relacionadas con la música de otros artistas, que que contextualizan la serie que parten desde el cubismo a la neovanguardia.
• Picasso, Juan Gris, Lipchitz, Dalí, Bruce Nauman, Man Ray, Óscar Domínguez y Ángel Ferrant, entre otros, están presentes en la muestra
L.M.A.
17 de mayo de 2024. La Fundación de Arte y Pensamiento Martín Chirino presenta hoy en su sede del Castillo de La Luz de Las Palmas, la exposición Martín Chirino: Homenaje a la música. La sonoridad de la materia, co-comisariada por David Cortés Santamarta, profesor de Estética y Teoría del Arte de la Universidad de La Laguna en Tenerife y crítico musical; y Jesús M. Castaño, director general de la Fundación Arte y Pensamiento Martín Chirino. La muestra permanecerá abierta hasta el 1 de septiembre.
La muestra coincide con la publicación de la cuarta monografía sobre el artista canario enmarcada en la Enciclopedia Martín Chirino, de la que ya se han publicado Reinas Negras por Alfonso de la Torre. Afrocán, escrita por Antonio Manuel González y Vientos por Fernando Castro Flórez.
La exposición y la edición del volumen cuentan con la colaboración de varias entidades públicas y privadas, entre las que cabe destacar a los Gobiernos de España y de Canarias, el Cabildo de Gran Canaria y el Ayuntamiento de las Palmas, y el apoyo de la Fundación “la Caixa” a través de CaixaBank y de la Fundación DISA.
Se reúnen alrededor de 50 obras de diversos autores y técnicas, todas relacionadas con la música y su influencia en el arte. Estas, además de incluir algunas de los fondos del legado de Chirino, proceden de la Colección Azcona, del Gobierno de Canarias, así como de otras instituciones públicas y colecciones privadas.
Están representados autores como Picasso, con un aguafuerte, Guitarra sobre la mesa; Juan Gris, con La guitarra frente al mar, de la colección del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía; Dalí, con Guitares espagnoles; Bruce Nauman, con el vídeo Violín afinado, de la colección del IVAM; Lipchitz con dos dibujos y dos esculturas, una de bronce y otra de escayola; una amplia serie de dibujos de Ángel Ferrant - artista muy seminal para Chirino-, centrados en las formas de los instrumentos de cuerda; el célebre Violon de Ingres de Man Ray; Óscar Domínguez con Violín y cabeza de potro de la colección Azcona; la serie de fotografías de Peter Moore que retratan a Charlotte Moorman en distintas representaciones en colaboración con John Cage o tocando el violonchelo desnuda; un trampantojo del pintor del siglo XVIII Pedro de Acosta, y el bronce Guitarra nº2 de Pablo Serrano, entre otros.
Pero el grupo más numeroso lo componen las obras del propio Martín Chirino, en este caso, casi todas hacen referencia al tema de la música. En este conjunto sobresale la serie Homenaje a la música. Se trata de un grupo de ocho piezas que el autor realizó entre 1995 y 2019.
Homenaje a la música I
Laberintia de la música, 1995,
Marca el momento fundacional de esta reflexión tan prolongada en la carrera de Chirino donde se hace «explícito el vínculo de la serie con la estética cubista», como escribe Santamarta en el catálogo. Este se consigue con la referencia a los instrumentos musicales de cuerda que protagonizaron tantas de las naturalezas muertas de Pablo Picasso, Georges Braque o Juan Gris.
Homenaje a la música II
Homenaje a la música II, 2005,
Ejecutada una década después, destaca con más fuerza la intención de Chirino por hibridar los instrumentos. En ella se combina la boca de una guitarra y una voluta, que podría ser de violín o violonchelo, con una división en un eje vertical, a la manera cubista.
Homenaje a la música III
Homenaje a Rostropovich, 2006,
El artista hace otra variación con el título, mencionando explícitamente a un músico merecedor de su halago. Algo que volverá a hacer con el sexto homenaje. El juego con las formas le lleva en esta ocasión a privar al instrumento de un soporte, creando una ligera silueta.
Homenaje a la música IV
Premio internacional del cante de las minas, 2010,
Chirino continúa con una forma exenta, pero en este caso el acabado es de bronce dorado pulido. En estas dos últimas obras, el escultor «no hace sino proseguir e incorporar una nueva declinación al vocabulario formal que, sostenido en el recurrente uso de la espiral, el óvalo y la elipse, habría de dominar su creación desde que las convirtiera en el fundamento de sus series El Viento y Raíz, concebidas en 1958», aclara Santamarta.
Homenaje a la música V
Homenaje a la música V, 2015,
Esta pieza recupera el hierro forjado y la base sobre la que se dibuja el instrumento musical, que se deforma especialmente en su cabeza que apunta a dos direcciones opuestas. También hay un aumento de las formas curvadas y sinuosas. «El negro del empavonado de la pieza y los reflejos brillantes obtenidos mediante la lijadura de las aristas contrastan con la pátina oxidada del plano, en una combinación de textura y cromatismo inédita en la serie».
Homenaje a la música VI
Homenaje a Pau Casals, 2015,
Ejecutada el mismo año que la anterior, esta vez la base sobre la que se apoya el instrumento metálico es de madera. La voluta es especialmente compleja en este caso, a causa de su división en cuatro una vez que ya había sido forjada. Se establece así la relación con las cuerdas del instrumento del maestro del violonchelo, que solo se sugieren.
Homenaje a la música VII
Guitarra. Sueño de la música, 2018,
El continuo uso de una base bidimensional en esta serie, que Chirino volvió a adoptar con el quinto Homenaje, no se debe de una regresión formal. De esta misma época también son algunas de sus obras volumétricamente más ambiciosas, por lo que la decisión del artista debe tomarse como una reflexión sobre el lugar que ocupan en la práctica de la escultura los fondos y composiciones más propios de la pintura.
Homenaje a la música VIII
Violonchelo. Sueño de la música, 2019,
En la misma línea de meditación sobre las superficies planas, el último de los Homenajes incorpora una gran mancha clara en la madera que sirve de fondo a la manera de una veta agrandada. Esa fuerza expresiva se ve reforzada por el uso de las dos líneas paralelas que enmarcan el violonchelo por su lado opuesto (y que hacen referencia tanto al arco como a las propias cuerdas).
Estas obras –por su versionado de instrumentos de cuerda como la guitarra, el violín o el violonchelo– hacen patente su relación con el cubismo y el impacto que tuvieron las vanguardias en su producción.
Además su compromiso con la música le llevó a crear entre 1994 y 2019 una serie de medallas en diferentes metales, la mayoría en bronce, desde la que hizo para el Premio Festival de Música de Canarias hasta las últimas para los premios Emeritus Magister de la Escuela Reina Sofía y del mejor intérprete de ópera en el Concurso Internacional Alfredo Kraus, pasando por la que conmemoró el 25 aniversario del Concurso Internacional de piano de Santander de Paloma O’Shea (1998) o las tres de la serie Espiral del viento, elogio a la música del premio Tomás Francisco Prieto de la Real Casa de la Moneda en 2004. Sin olvidar sus dibujos de 2005 o los cinco bocetos preparatorios del logotipo del Teatro Pérez Galdós en 2007.
Tal y como escribe David Cortés Santamarta en el IV volumen de la enciclopedia: «En ninguna otra de sus series Chirino había planteado un diálogo tan evidente con las lecciones cubistas». Ilustrando la importancia de los instrumentos de cuerda para las vanguardias, la exposición también incluirá una serie especialmente amplia de dibujos de Ángel Ferrant con formas derivadas de la guitarra.
Al respecto de estas influencias en la obra de Chirino, Jesús M. Castaño escribe en el catálogo que «al igual que reclama el cubismo como padre, declarará que la música es el aliento terrestre más bello y esencial».
Martín Chirino
No hay comentarios:
Publicar un comentario