Julia Sáez-Angulo
23/9/24 .- Madrid.- La editorial Satori, especializada en literatura japonesa, acaba de lanzar al mercado del libro, la escritura contemplativa del poeta erudito Kamo No Chomei, bajo el título “Un relato desde mi choza”. Una delicia para los amantes de la escritura meditativa sobre la naturaleza y la transitoriedad de la existencia. La traducción es de Jesús Carlos Álvarez Crespo.
Sinopsis .- Poeta ermitaño y monje erudito del siglo XII, Kamo no Chōmei decidió abandonar los privilegios de una vida cortesana y se retiró a su cabaña del bosque, donde se consagró a la escritura y la contemplación.
Un relato desde mi choza es una invitación a reflexionar sobre la naturaleza transitoria de la existencia y la importancia de encontrar la paz interior en medio del caos.
Los ecos de este clásico del pensamiento japonés siguen resonando, siglos después, en nuestro mundo contemporáneo, cambiante y frenético, para brindarnos su sabiduría imperecedera.
• Kamo no Chōmei
(1155-1216), Poeta, ensayista y crítico de waka (poesía vernácula japonesa), es unánimemente considerado una de las figuras más importantes en la historia de la poética nipona.
Chōmei recibió una completa formación artística en música y poesía. A pesar de su origen comparativamente humilde, sus dotes poéticas le valieron el reconocimiento de la corte y la obtención de un cargo designado, al que renunció al tomar los hábitos budistas en 1204 y dar la espalda al mundo. Construyó su pequeña cabaña de ermitaño en las estribaciones de Hino, al sureste de la capital. Allí, atribulado por los violentos desastres naturales que asolaron Heian-kyō durante esos años, Chōmei escribió Un relato desde mi choza (Hōjōki), un canto a la vida retirada en la naturaleza de quien busca la soledad y la simplicidad en un mundo lleno de caos y desorden.
A pesar de su retiro, Chōmei se mantuvo en contacto con la corte y el mundo poético. En 1205, diez de sus poemas se incluyeron en el primer borrador del Shinkokinshū, la octava antología imperial de poesía que fue promovida por el emperador Go-Toba, de quien Chōmei era protegido. Alrededor de 1208 o 1209, Chōmei comenzó a trabajar en su obra magna Tratado sin nombre (Mumyōshō), Otras de sus obras son Hosshin shū («Ejemplos de vocación religiosa», 1214-15), y el Ise-ki («Registro de un viaje a Ise»), que lamentablemente no se ha conservado.
Las obras de Kamo no Chōmei reflejan una profunda conexión con la naturaleza y una vocación de búsqueda de la verdad espiritual, dominada por la visión budista de quien es consciente de la vanidad del esfuerzo humano y la impermanencia de las cosas materiales.
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