• El poeta más venerado por la juventud japonesa, que lo ha encumbrado a la categoría de icono cultural. Edición bilingüe.
L.M.A.
27/10/24.- Madrid.- Chūya Nakahara, autor del libro “Triste y bello”, es un poeta japonés, que no supo ser otra cosa. El poemario ha sido publicado por la editorial Satori.
Sinopsis.- Chūya Nakahara, personificación del poeta bohemio por antonomasia, fue un alma marcada por la muerte, la soledad y la melancolía. Pese a no gozar de reconocimiento en vida, aportó una mirada totalmente novedosa a la poesía japonesa; y sus versos, dotados de un ritmo casi musical, una frescura inédita hasta entonces.
Chūya supo volcar sus sentimientos en poemas atemporales que trascienden lo individual para capturar la esencia de lo puramente humano. Profundamente conmovedora y dotada de una mágica cualidad reparadora, su poesía es un canto al ir y venir de la esperanza que ha servido de espejo y bálsamo para el alma de una infinidad de lectores.
Cuando nieva, siento que la vida
se vuelve algo triste y bello,
algo colmado de melancolía. (Chūya Nakahara)
Chūya Nakahara (1907-1937) nació en la ciudad de Yamaguchi el 29 de abril de 1907 en el seno de una familia acomodada, la cual le proporcionó una esmerada educación. Desde muy joven, sintió una especial inclinación por la poesía, que se reveló más acusada tras la inesperada muerte de Tsugoro, su hermano menor, en 1915. El padre, médico cirujano del ejército, aspiraba a que su primogénito continuara la tradición familiar y se dedicara a la medicina, pero el joven Chūya quería ser poeta y se sentía alejado de su familia, de la que se distanció finalmente cuando se fue a vivir con la actriz Yasuko Hasegawa en 1924. En ese mismo año, la pareja se traslada a Tokio y la capital se convierte en una enciclopedia para un Chūya ávido de conocimiento que comienza a labrarse su imagen de poeta bohemio influido por la obra de Rimbaud. Tras unos años de infructuosos esfuerzos, Chūya entra finalmente en la Universidad de Lenguas Extranjeras de Tokio en 1931, donde estudia francés hasta 1933, año en el que se casa con Takako Ueno, en un matrimonio arreglado por su familia. En octubre de 1934 nace su primer hijo, que fallece prematuramente en noviembre de 1936. Como consecuencia, Chūya sufre una crisis nerviosa que lo lleva a ser ingresado temporalmente en una clínica psiquiátrica. Tras salir de la clínica y dedicarse durante unos meses a sus tareas de traductor y poeta, la voz de Chūya se apaga definitivamente el 22 de octubre de 1937.
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