miércoles, 6 de noviembre de 2024

ANDRES GARCÍA y González Torices, XXVII Premios Santa Teresa de Jesús, por el Hogar de Ávila. Madrid

José Romera sustituye a José Félix Olalla, en la dirección del Aula de Poesía "A Orillas de Ávila"

Lectura del poema ganador


Carmen Valero Espinosa
Fotos: Julia Sáez-Angulo
n
6/11/24.- Madrid .- Aarón Carlos Andrés García y José González Torices, accésit, XXVII Premios Santa Teresa de Jesús, que fueron entregados bajo la presidente del Hogar de Ávila en Madrid, Anunciación Guil, junto al diputado de Cultura de Ávila, Javier Jiménez, el concejal de Cultura abulense Ángel Sánchez y el director del Aula de poesía Orillas de Ávila, el poeta José Félix Olalla. El acto, que tuvo lugar en el Centro Cultural de los Ejércitos, fue conducido por David Gómez.
Todos los intervinientes tuvieron palabras de pésame y afecto para los damnificados por la DANA en Levante, antes de elogiar la Poesía y la creatividad de los poetas.
A continuación de la entrega de premios, 1000 euros y diploma al ganador, tuvo lugar un recital de los poemas ganadores, una conferencia sobre la Cultura hoy, por la periodista Blanca Berasategui y un concierto de piano de Paco Recuero, en el que también intervino el poeta José Romera, que sustituirá a José Félix Olalla en la dirección de la citada Aula de Poesía.
Los poemas de los premiados y de los poetas que han intervenido en el Aula durante el pasado curso, se han recogido en un libro, publicado por Ediciones Vitrubio, que fue obsequiado a todos los asistentes al acto.
Los poetas que estuvieron en el Aula de poesía Orillas de Ávila el pasado curso, fueron: Vicente Hans Haendel, Yolanda Obregón García, Francisco Caro Sierra, Juan Pedro Carrasco, Mary Paz Hernández Sánchez, Víctor Herrero de Miguel y Blanca Berasátegui.

Este silencio no es ningún poema.
Este silencio inmenso, suturado de sombras.
Este silencio curvo que desgarra palabras,
utopías y verbos.
Este silencio, sí.
Una fronda rasgada por las garras de un árbol.
Un mutismo tras otro como un sólido grito.
Una hueste de otoños levantando los brazos.
Y el poeta lo sabe y el alcor de los labios,
ese atril de los vientos,
que este silencio no es ningún poema.
Que deliran aviones con las garras mayúsculas.
Que las cuencas vacías y las zanjas abiertas
sólo ven esqueletos, multitu vaciada
y puñales de aire,
Que el espejo se cierne de macabras imágenes
y la aurora se indigna cada día que pasa, 
envejece en segundos como el rayo en los sótanos
desangrados de púrpura
o más bien se agosta, se muere lentamente
cuando mira a los cuerpos
que ahora son somo esquirlas
o fragmentos de ágora
o polvo de hacinados catalejos.
Dios mío.
Toda el alma lo sabe.
Que otra vez el silencio
vacía los oteros de razones,
de supuestas hazañas
y el corazón habita en mil pedazos,
mis agudas espinas,
en mil párrafos hondos de amputadas metáforas
como el árbol cansado que se duele y denuncia
las palomas huidas. (...)
        Aarón Carlos Andrés García
Anunciación Guil, presidente, y Blanca Berasategui
Paco Recuero y José Romera
Carmen Valero y Paco Recuero



2 comentarios:

Mary Paz Hernández Sánchez dijo...

Describes muy bien Julia lo acontecido ayer en el Hogar de Ávila, un acto muy bien llevado entre poesía y música, además el premio de poesía muy merecido, para mi gusto es un poema estupendo. Mi enhorabuena al poeta por el premio.

Raúl dijo...

Bello poema. Un rincón de Ávila en Madrid: bella idea y tradición. Nuevos saludos,
Raúl