BRILLANTE PROCESIÓN BARROCA DEL CORPUS EN MADRID
Julia
Sáez-Angulo
El desfile procesional de la fiesta del Corpus Christi en
Madrid constituye uno de los más singulares de sus manifestaciones religiosas.
La Eucaristía en la custodia de plata de
Francisco Álvarez, siglo XVII, que se guarda en el Ayuntamiento de Madrid y
pertenece al pueblo del Madrid que la encargó y pagó por suscripción popular.
La custodia de 110 kilos de peso y metro y
medio de altura se pasea en carroza desde la catedral de la Almudena a la
iglesia de San Ginés, en la calle Arenal cercana a la Puerta del Sol.
El cardenal Rouco Varela ha presidido la barroca procesión
madrileña, después de una misa solemne en la plaza de la Armería del Palacio
Real, donde se recordó el lema de este año “Venid hambrientos y sedientos”,
tomado del profeta Isaías y que hace referencia a la mala situación social por
la que pasan muchos españoles, debido a la crisis económica.
Cofradías, órdenes militares, niños de Primera Comunión,
clérigos, seminaristas y numerosos fieles han seguido la procesión del Corpus
Chriti en Madrid para exaltar la Eucaristía con la presencia real del cuerpo y
la sangre de Cristo. La evocación plástica del barroco no se hace esperar y son
muchos los visitantes que esperan en las aceras para contemplar el cortejo
procesional.
En
el desfile destaca la Real Corte de Honor de Santa María de la Almudena, que
este año celebra su centenario. Fundada por
la infanta María Teresa de Borbón y Hasburgo (Madrid, 1882 – 1912), princesa de Asturias en dos
ocasiones de su vida, la Corte de Honor está formada por damas de la sociedad madrileña
que visten el traje capitular negro, con mantilla española, peineta, broche y
guantes grises. Estética y ascética se dan la mano en esta institución mariana
de gran prestigio en la catedral. El capellán de la Corte de Honor es don Jesús Junquera.
Mantillas
de blonda o de chantilly, que realzan la piel de las damas que las lucen, casi
siempre aderezadas con colares, pendientes y pulseras de perlas que resaltan
del negro y dan luz al rostro. Presidida por Maracera D´Ocón, la Corte de Honor
cuenta con diversas celadoras que, tras el estandarte, portan varales de plata –el dorado es sólo
para la presidenta-- que se inclinan al paso de la custodia con el Santísimo.
La
Real Cofradía de la Esclavitud viene del siglo XVII y va ganando en estética,
recuperando su antiguo traje negro para las mujeres. Los caballeros del Santo
Sepulcro con sus grandes capas blancas, de cruces rojas bordadas en ella, dan prestancia
al desfile procesional, siempre en la adoración del Santísimo Sacramento. Los
Heraldos del Evangelio, con sus botas de cuero y túnica blanca embellecen igualmente
el cortejo, al igual que otras cofradías y órdenes.
El
Nuncio de la Santa Sede en Madrid estuvo presente en los actos del Corpus
Christi y la banda de música tocó en varias ocasiones el himno nacional,
patrimonio de los españoles en los eventos políticos, deportivos y religiosos.
En
la calle Mayor de Madrid algunas alfombras florales esperaban el paso de la carroza
con la Sagrada Forma, para que atravesara por ellas. Cálices, cruces y otros
ornamentos religiosos “bordaban” la alfombra.
La
procesión del Corpus Christi en Madrid va recuperando poco a poco su esplendor
histórico, cuando la Tarasca desfilaba en ella para regocijo de todos los
madrileños, que deseaban competir en esplendor con la procesión de Toledo.
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